La ayuda a los grupos pol¨ªticos subi¨® un 100%, en 1987

El Estado financi¨® un incremento superior al 100% en las subvenciones de car¨¢cter regular a los partidos pol¨ªticos, durante el a?o 1987. Se trata del ejercicio cuya contabilidad se encuentra pendiente de fiscalizar por el Tribunal de Cuentas. La demora afecta al control de a?os posteriores.Los partidos pol¨ªticos viven en Espa?a del dinero de los contribuyentes, en mayor medida que de sus propios recursos. En este contexto, hace tres a?os tuvieron razones de peso para subirse a s¨ª mismos la asignaci¨®n regular en el llamativo porcentaje del 100%. Se hab¨ªan producido las elecciones legislativas de Junio de 1986 y las arcas de los partidos estaban exhaustas. Coalici¨®n Popular hab¨ªa llegado a la asfixia financiera -a causa de la disminuci¨®n de los apoyos privados de la Banca-, el PCE hab¨ªa obtenido pobres resultados -que le imped¨ªan mejorar sus recursos estatales- y el PSOE gener¨® una deuda de 800 millones de pesetas, s¨®lo a causa de esas elecciones.

Garant¨ªa del Estado

Todos tuvieron razones para subir las asignaciones regulares del presupuesto p¨²blico a las fuerzas pol¨ªticas, dado que esas cantidades supon¨ªan un flujo de dinero mensual con la garant¨ªa del Estado. De los 3.102 millones pagados por este concepto en 1986, se pas¨® a 7.500 en el a?o siguiente.Despu¨¦s de adoptar esa medida, los partidos negociaron una ley que estableci¨® la obligatoriedad de fiscalizar anualmente la contabilidad general de las fuerzas pol¨ªticas, co mo muestra de transparencia respecto al uso del dinero p¨²blico. Pero las cosas han rodado de tal manera que el Tribunal de Cuentas se ha visto enredado en dificultades pr¨¢cticas para llevar a cabo su tarea.

La ausencia de control sobre la contabilidad ordinaria de los partidos en 1987 impide tambi¨¦n conocer con fiabilidad su inversi¨®n en las campa?as electorales. ?stas ¨²ltimas generan subvenciones aparte, que se fiscalizan de manera espec¨ªfica, pero todo parece indicar que una parte del dinero estatal para el funcionamiento ordinario de los partidos se usa tambi¨¦n para sufragar gastos electorales.

Por ejemplo: el PNV declar¨® haber financiado la mayor parte de su campa?a electoral de 1986 con recursos propios. S¨®lo en la medida en que la fiscalizaci¨®n general sea conocida se podr¨¢ saber de donde proven¨ªan aquellos fondos.

Los partidos disponen de cuatro v¨ªas diferentes para recibir dinero del Estado: la financiaci¨®n regular (9.000 millones anuales, aproximadamente), la subvenci¨®n a grupos parlamentarios (algo m¨¢s de 1.000 millones al a?o), las subvenciones electorales y las ayudas auton¨®micas.