'La ventana indiscreta'

22.30, TVE- 1 (110 minutos).Ahora que la peque?a pantalla se ha convertido semanalmente en una superpoblada ciudad de largometrajes -con d¨ªas de hasta casi una docena- es motivo de alegr¨ªa infinita la aparici¨®n en ella por primera vez de una gran pel¨ªcula.

En el caso de La ventana indiscreta, motivo incluso de fiesta nacional. Porque es mucho m¨¢s que una gran pel¨ªcula. Es una de las dos o tres mejores pel¨ªculas de uno de los dos o tres mejores cineastas de la historia, esto es, un pedazo de obra maestra sin par.

La ventana indiscreta, adem¨¢s, como quien no quiere la cosa, es la met¨¢fora misma del propio cine. La apoteosis, en toda su viva luminosidad, de la mirada. La mirada como eje circunvalatorio del mundo. La mirada como sin¨®nimo de perversidad, como espejo del deseo, como un irreversible trayecto hacia el destino. Y su campo visual, la misma inundaci¨®n de maravilla, fascinaci¨®n, miedo, sonrisa, pavor v tantas v tantas cosas m¨¢s, que desprende el s¨¦ptimo arte. Alfred Hitchcock puso toda esa cascada de propuestas en s¨®lo hora y pico, revisti¨¦ndola de una espesa mezcla de comedia, thriller de suspense y filme de erotismo fino, ese que cala y calienta cien mil veces m¨¢s que un mercanc¨ªas cargado de pel¨ªculas de John Holmes. Todo aquel que penetre -exacto: este filme se penetra- m¨¢s de una vez en La ventana indiscreta, como Dios manda, saldr¨¢ saludablemente enfermo: habr¨¢ ca¨ªdo por el abismo del s¨ª mismo y, afortunadamente, ya jam¨¢s se curar¨¢.