Banca 'versus' cajas
El notable avance que han experimentado las cajas de ahorro respecto a la banca privada desde que se liberaliz¨® el mercado financiero espa?ol es uno de los aspectos abordados por el autor del presente art¨ªculo, quien justifica esta situaci¨®n en la fidelidad del ahorrador espa?ol a las formas tradicionales del negocio bancario.
Definir con rigor el concepto de cultura financiera no deja de presentar grandes dificultades, toda vez que inciden numerosas variables de distinta ¨ªndole de muy dificil determinaci¨®n y valoraci¨®n. No obstante, al margen de connotaciones personales o sociol¨®gicas, se puede entender la cultura financiera en funci¨®n del comportamiento econ¨®micamente racional de los ahorradores, dirigido a conseguir los mayores niveles posibles de liquidez, rentabilidad y seguridad.Desde que comienza el proceso de liberalizaci¨®n y reforma financiera en Espa?a, el subsector de cajas de ahorro ha sido, con gran diferencia, el que mayor crecimiento ha experimentado, en contraste con la banca privada, que ha perdido m¨¢s de 10 puntos en la cuota de mercado durante los ¨²ltimos a?os.
Ante esta desigual evoluci¨®n en el mercado de captaci¨®n de recursos financieros en Espa?a, especialmente desde que se produce la liberalizaci¨®n y equiparaci¨®n de funciones entre los distintos intermediarios, cabe plantearse si en ello ha incidido en alguna medida la tecnolog¨ªa financiera. Naturalmente, al ofrecer los nuevos productos financieros mayores cotas de rentabilidad y liquidez, sin afectar pr¨¢cticamente a la seguridad, es previsible una mayor utilizaci¨®n de los mismos, en detrimento de los dep¨®sitos convencionales.
Estos nuevos productos comienzan a introducirse en Espa?a a principios de la d¨¦cada actual, y el peso espec¨ªfico de los dep¨®sitos tradicionales comienza a descender entre los recursos procedentes del sector privado. Al margen de la escasa incidencia que la innovaci¨®n financiera presenta en el peque?o subsector de cajas rurales y otras cooperativas de cr¨¦dito, interesa centrar la atenci¨®n en el an¨¢lisis de esos nuevos instrumentos que restan protagonismo a los dep¨®sitos de cajas de ahorro y bancos.
Los componentes del pasivo del sistema crediticio sobre el sector privado, seg¨²n la estad¨ªstica global del Banco de Espa?a, lo constituyen, adem¨¢s de los dep¨®sitos, otros pasivos l¨ªquidos y otros acreedores. Si tenemos en cuenta que este ¨²ltimo cap¨ªtulo de otros acreedores posee un car¨¢cter residual y se refiere especialmente a cheques conformados, efectos, fianzas y dem¨¢s obligaciones a pagar por parte de las entidades crediticias, los nuevos instrumentos de captaci¨®n de recursos del sector privado se circunscriben al cap¨ªtulo de otros pasivos l¨ªquidos.
Centr¨¢ndonos, pues, en dicho componente del pasivo del sistema, hay que se?alar, en primer lugar, que el mismo alcanza un peso espec¨ªfico similar entre los recursos privados de las cajas de ahorro y de la banca privada: un 25%. No obstante, la tasa de crecimiento en la utilizaci¨®n de los nuevos productos ha sido mucho m¨¢s alta en el subsector de las cajas que en el de la banca. En principio, de este hecho podr¨ªamos deducir un mayor nivel tecnol¨®gico en la actividad de las cajas de ahorro respecto a los bancos privados, que vendr¨ªa a explicar en buena medida el mayor avance experimentado por aqu¨¦llas en la distribuci¨®n de la cuota de mercado en los ¨²ltimos a?os.
Sin embargo, a tenor de la composici¨®n de esos pasivos no dep¨®sitos, hay que hacer dos importantes matizaciones a esa deducci¨®n. En primer lugar, resalta por s¨ª solo el dato de que m¨¢s de un tercio de estos t¨ªtulos corresponda a operaciones de seguro, permitidas s¨®lo a un restringido n¨²mero de cajas y que han gozado de un gran atractivo hasta fechas recientes gracias a los conocidos beneficios fiscales de las primas ¨²nicas. De otra parte, hay que subrayar que, aunque en el cap¨ªtulo de empr¨¦stitos las cajas presentan una proporci¨®n algo superior a la banca, gracias a la emisi¨®n de c¨¦dulas hipotecarias, los t¨ªtulos de participaci¨®n de activo, que la banca privada viene utilizando de forma creciente desde 1987, no tienen ninguna presencia en el pasivo de las cajas de ahorro.
Remuneraci¨®n
Por otra parte, este fuerte crecimiento de los dep¨®sitos en las cajas de ahorro no se apoya en una remuneraci¨®n m¨¢s atractiva que en la banca privada. Antes al contrario, si nos fijamos en los tipos de inter¨¦s pasivos de ambos subsectores podemos apreciar un nivel similar en las imposiciones a plazo y una media de casi un punto por encima en los tipos pagados por la banca en cuenta corriente financiera y cuentas de ahorro.
Bien es cierto que desde el pasado octubre, y de la mano del Banco Santander, ha irrumpido en el mercado la denominada revoluci¨®n del pasivo con alta remuneraci¨®n de las cuentas corrientes, lo que hace presagiar un r¨¢pido aumento de la alfabetizaci¨®n del ahorrador espa?ol. No obstante, este vaticinio puede que no sea excesivamente realista, pues, en el fondo, estas supercuentas, al exigir un saldo m¨ªnimo, se asemejan bastante a las tradicionales imposiciones a plazo, y, seg¨²n algunos estudios emp¨ªricos, se necesitar¨ªa un saldo medio cercano a los 10 millones de pesetas para obtener una TAE del 10% o el 11%.
De este modo puede afirmarse que el notable avance que han experimentado las cajas de ahorro respecto a la banca privada en Espa?a desde que existe un mercado financiero liberalizado se ha debido fundamentalmente al alto nivel de fidelidad del ahorrador espa?ol a las formas tradicionales del negocio bancario. En este sentido hay que se?alar que los beneficios que conlleva la innovaci¨®n financiera no afectan de forma un¨¢nime al mercado financiero. Aunque en este hecho pueden incidir factores importantes, como la calidad del servicio, el trato personal, etc¨¦tera, a nuestro juicio la raz¨®n principal se debe a la escasa cultura financiera -concebida desde la ¨®ptica del comportamiento racional- que todav¨ªa impera en amplios sectores de los ahorradores espa?oles. Naturalmente, la sensibilidad a las ventajas de la ingenier¨ªa financiera se hace notar de modo creciente en las formas de ahorro en Espa?a, pero todav¨ªa se observa un desfase notable con el nivel medio comunitario.
es profesor titular de Econom¨ªa Aplicada y vicedecano de la facultad de Econ¨®micas de la universidad de Sevilla.
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