"Ahora es cuando de verdad quiero ser torero"`
Emilio Mu?oz reaparece tres a?os despu¨¦s
Emilio Mu?oz reaparece esta temporada en los ruedos. Vuelve de forma tan inesperada como se fue, y entonces, como ahora, casi a hurtadillas. Las razones que aduce tanto para aquella despedida como para esta reaparici¨®n son as¨ª de sencillas: "Antes estaba desmotivado porque no me sent¨ªa torero; s¨®lo ahora es cuando de verdad quiero serlo". Su nuevo apoderado, Enrique Pat¨®n, le ha apalabrado dos actuaciones en la feria de Sevilla, y previamente participar¨¢ en unos cinco festejos, algunos de ellos en Francia, con objeto de ponerse a punto.
Ten¨ªa nueve a?os cuando empez¨® el trianero Emilio Mu?oz a torear, 15 cuando debut¨® de luces, 17 cuando tom¨® la alternativa y fue un ni?o prodigio, hasta que cierto d¨ªa el ni?o, ya no tan prodigio, desapareci¨® del mundillo taurino sin cortarse la coleta ni nada. Ahora, el que vuelve es un hombre de 27 a?os, de buen aspecto -y ya se dir¨¢ porqu¨¦ el aspecto tiene importancia-, sosegado y con sentido del humor.El sentido del humor y el sosiego sorprenden porque Emilio Mu?oz, desde la alternativa, era un torero en permanente crispaci¨®n y de aspecto malhumorado. "Ten¨ªa mis motivos. Yo estaba a disgusto dentro y fuera del toreo. Dentro, porque ni lo sent¨ªa ni me llevaba bien mi apoderado, Jos¨¦ Luis Marca, ni pod¨ªa superar los graves problemas personales que sufr¨ªa. Fuera, porque mi vida familiar se convirti¨® en,un infierno a causa de las desavenencias de mis padres, que acabaron en divorcio".
Cuenta Emilio Mufloz c¨®mo ocurri¨® todo aquello, c¨®mo le afect¨® la responsabilidad quehubo de asumir para convertirse en cabeza de familia y sacarla adelante cuando s¨®lo ten¨ªa 18 a?os. "Con 17 a?os, mi padre me ech¨® de: casa y tuve que vivir en un hotel de Sevilla. ?Se imagina qu¨¦ clase de vida es ¨¦sa, un chaval de 17 a?os viviendo en un hotel? Luego, el que se march¨® de casa fue mi padre, y entonces regres¨¦. Entre disgustos y responsabilidades excesivas para mi edad, ya se puede imaginar en qu¨¦ condiciones sal¨ªa al ruedo".
Pero, adem¨¢s, Emilio Mufloz no se sent¨ªa torero. Algo chocante en quien ya de novillero pose¨ªa el don del arte para interpretar las suertes. "Mi padre hab¨ªa querido ser torero y tore¨® s¨®lo una vez; es decir, que en una tarde hizo debil, homenaje y despedida. Luego se dedic¨® a empresario modest¨® -de la picaresca, ya sabe- y yo le acompa?aba. En un coche viejo nos met¨ªamos todos, lo menos 15 personas, incluidos los toreros, mozos, taquilleros yyo, tumbado detr¨¢s de los asientos. Al llegar a los pueblos, la gente nos esperaba en la plaza principal y, seg¨²n sal¨ªamos, nosiba contando: '?Uno, dos, tres..., catorce, quince ... !".
Quiere decir Emilio Mufloz que ese ambiente lo vivi¨® desde chico, y asegura que sal¨ªa a torear aceptando que tal actividad se la hab¨ªa asignado el destino simplemente por ser hijo de Leonardo Mufloz, El Macareno. Cuando tom¨® la alternativa, aquel chiquillo que pose¨ªa el don del arte pas¨® a ser un espada bravuc¨®n (tambi¨¦n le dicen cojonero). ?Qui¨¦n de ambos Emilio Mufloz era el aut¨¦ntico?
"El primero. Sin estabilidad emocional resultaba imposiblesentirse inspirado'ante el toro. En mi reaparici¨®n", concluye Emilio Mufloz, "ser¨¦ el artista del principio, porque ahora es cuando me siento realmente torero. Y por eso vuelvo, no por dinero, pues gan¨¦ lo suficiente y me sobra para vivir".
Retirado, Emilio Mu?oz se cas¨® con Mar¨ªa Luisa, hija del ganadero Luis Algarra, y en cada a?o de inactividad torera ha tenido un hijo: Marita, Aurora y Emilio. Por si la vida no le hubiera pegado a¨²n demasiado duro, estuvo 14 d¨ªas en presidio, acusado de estafa, y luego, en el juicio, result¨® absuelto. "Ni siquiera me vi libre de la difamaci¨®n, y dijeron que me retir¨¦ porque le daba a la hero¨ªna. ?Tengo yo aspecto de heroin¨®mano, oiga?". La verdad es que no, todo lo contrario. Se entrena mucho, seg¨²n dice; vive en Castillo de las Guardas, en su finca El Torbi. "Hay en Sevilla una finca modelo que llaman El Torbiscal, y como la m¨ªa es peque?ita, la pusimos El Torb¨ª'. As¨ª que, adem¨¢s de buen aspecto y sosiego, buen humor trae tambi¨¦n aquel Emilio Mu?oz que estuvo en el toreo con mucha crispaci¨®n y mal humor.
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