En busca del burgu¨¦s perdido
A estas alturas, pocos ignoran que los pa¨ªses del socialismo real han creado una nueva clase dirigente que gobierna en beneficio propio y se autolegitima en nombre de la clase obrera.Esta clase dirigente est¨¢ encuadrada en el partido ¨²nico y gobierna en la Administraci¨®n p¨²blica y en las empresas sin tener que rendir cuentas a nadie m¨¢s que a s¨ª misma.
As¨ª eran las cosas hasta que en unos meses han ca¨ªdo una tras otra las fichas en fila del domin¨® y todos los partidos socialistas-comunistas de la Europa del Este han perdido, o est¨¢n a punto de perder, el monopolio del poder pol¨ªtico.
Entre los muchos interrogantes que despierta este cambio hay uno de especial importancia: el poder pol¨ªtico va a democratizarse, pero ?qu¨¦ ocurrir¨¢ con el poder econ¨®mico, con el control de las empresas que est¨¢n en manos de gerentes miembros del partido ¨²nico o de su confianza?
Si estos pa¨ªses se encaminan hacia una econom¨ªa de mercado, y ¨¦ste es el caso claramente en los dos procesos m¨¢s avanzados, el polaco y el h¨²ngaro, ?qui¨¦n formar¨¢ la nueva burgues¨ªa, qui¨¦nes ser¨¢n los nuevos due?os de lo que ahora pertenece al Estado?
Una cuesti¨®n pol¨ªtica
La cuesti¨®n no es s¨®lo de ¨ªndole econ¨®mica, sino b¨¢sicamente pol¨ªtica, porque pol¨ªtico ser¨¢ el proceso d e decisi¨®n. sobre la naturaleza de la nueva propiedad empresarial y porque la respuesta que se d¨¦ a esta pregunta influir¨¢ de forma decisiva en el proceso de democratizaci¨®n general.
Obviamente, los grupos que tengan el poder econ¨®mico pesar¨¢n sobre los futuros ¨®rganos leg¨ªtimos del poder pol¨ªtico, y no hace falta ser marxista para saber esto. No es lo mismo enfrentarse a un proceso democratizador sobre una red social de peque?as o medianas empresas : y cooperativas que hacerlo frente a una estructura piramidal de grandes conglomerados, como ocurre ahora en los pa¨ªses socialistas.
Por otra parte, ?cu¨¢les ser¨¢n los valores pol¨ªticos de los nuevos empresarios del Este? Justo dos siglos despu¨¦s de la Revoluci¨®n. Francesa, en pa¨ªses que nunca tuvieron su toma de la Bastilla se produce otra revoluci¨®n democr¨¢tica que reivindica la libertad, pero que no puede escuchar sin escalofr¨ªos las palabras igualdad o fraternidad.
De modo que estos pa¨ªses parecen dispuestos desde el principio a aceptar la desigualdad propia de un sistema capitalista, acostumbrados como est¨¢n a la desigualdad socialista.
Pero la desigualdad ?a favor de qui¨¦n?
Las alternativas no son muchas. No existe capital privado, y las burgues¨ªas expropiadas hace: 40 a?os se exiliaron y con ellas desapareci¨® el esp¨ªritu empresarial.
Nacionalizar una econom¨ªa es mucho m¨¢s f¨¢cil y r¨¢pido que promover la aparici¨®n de una nueva burgues¨ªa.
Ante esta barrera aparecen tres salidas: fomentar la inversi¨®n extranjera, es decir, buscar al capitalista fuera, como est¨¢n haciendo ya con relativo ¨¦xito Polonia y Hungr¨ªa; democratizar la propiedad econ¨®mica descentralizando los grandes aglomerados industriales y convirtiendo en accionistas a los trabajadores; y la m¨¢s sencilla, dejar que los actuales gerentes se conviertan legalmente en los nuevos propietarios.
A fin de cuentas son ellos los que tienen la experiencia, el bagaje de conocimientos y las relaciones comerciales necesarias para dirigir una empresa.
Esta ¨²ltima salida implica que la reforma en marcha legitime definitivamente lo que ahora es ya un hecho, es decir, el poder econ¨®mico de los gerentes, que aparec¨ªa antes enmascarado en el supuesto papel gobernante del partido.
En Hungr¨ªa hace ya muchos a?os que el Partido Socialista Obrero H¨²ngaro (PSOH, comunista) no dirige la vida econ¨®mica y son los grupos industriales y los tecn¨®cratas de varios ministerios los que negocian entre s¨ª y deciden, en un modelo corporativo de representaci¨®n de los intereses.
Revoluci¨®n burguesa
En este sentido, ¨¦sta ser¨ªa una aut¨¦ntica revoluci¨®n burguesa: la nueva clase que tiene ya un poder econ¨®mico real se libera de estructuras pol¨ªticas que la asfixian y de un mecanismo de legitimaci¨®n que se derrumba, el obrerismo.
El nuevo marco, una democracia parlamentaria pluripartidista y una econom¨ªa de libre mercado, ser¨ªan el ambiente natural de esta clase, mucho m¨¢s propicio para su desarrollo.
El hecho de que esta nueva clase haya tenido que memorizar las obras completas de Lenin para llegar a ocupar su puesto ser¨ªa s¨®lo una broma cruel de la historia, que, por lo dem¨¢s, no ha sido nunca muy generosa con todos estos pueblos.
La realidad, sin embargo, es algo m¨¢s complicada: no est¨¢ muy claro que este grupo de gerentes, ya casi propietarios, est¨¦ interesado en la mercantilizaci¨®n de las relaciones econ¨®micas, esto es, en la extensi¨®n de los principios del libre mercado a todos los sectores.
En muchos casos los beneficios empresariales se basan en el car¨¢cter monop¨®lico u oligop¨®lico de la oferta y los gerentes se oponen a la apertura del sector.
Por otra parte, se defienden contra la reducci¨®n de las ayudas estatales a empresas no rentables, ayudas de las que ellos obtienen sustanciales beneficios, y en esta oposici¨®n cuentan con el apoyo de los trabajadores y del Parlamento actual, en el que tienen una presencia numerosa. En general puede decirse que los gerentes de empresas rentables en sectores con futuro apoyan la liberalizaci¨®n, mientras que los restantes se oponen.
Y en conjunto este grupo de personas se enfrenta a las tendencias descentralizadoras que intentan independizar unidades econ¨®micas aut¨®nomas del control de los conglomerados empresariales.
En Hungr¨ªa hay temores de que el modelo econ¨®mico hacia el que se camina sea el de un mercado libre tan s¨®lo en apariencia, al igual que era una apariencia el car¨¢cter socialista de su econom¨ªa anterior.
En esta visi¨®n pesimista del futuro, el pa¨ªs se encontrar¨¢ en una econom¨ªa capitalista donde sectores importantes impiden con ¨¦xito la liberalizaci¨®n a costa del saneamiento de la econom¨ªa nacional y del nivel de vida en general, pero a favor de los intereses inmediatos propios y de sus empleados.
Apoyo intelectual
La tercera v¨ªa posible de privatizaci¨®n, el desmembramiento de los aglomerados empresariales y la cesi¨®n de la propiedad a los trabajadores a trav¨¦s de nuevos consejos obreros, cuenta con apoyos entre los intelectuales y dentro del principal partido de la oposici¨®n pol¨ªtica, el Foro Democr¨¢tico.
Sin embargo, esta salida comporta graves riesgos que se deducen de la disoluci¨®n de la responsabilidad empresarial, y los h¨²ngaros tienen muy presente la anarqu¨ªa econ¨®mica a que han llegado sus vecinos yugoslavos a partir de una forma m¨¢s o menos autogestionaria de propiedad empresarial. La discusi¨®n est¨¢ abierta y apenas empieza a plantearse p¨²blicamente. En Hungr¨ªa, como en los dem¨¢s pa¨ªses de la zona, s¨®lo nuevos Gobiernos surgidos de elecciones libres tendr¨¢n legitimidad suficiente para plantearse tema tan espinoso.
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