El Bar?a se salva el d¨ªa que Cruyff rectifica
Alguien debi¨® de explicarle a la alcaldesa valenciana, Clementina R¨®denas, que aquella pasi¨®n, aquel amor, es la salsa del f¨²tbol. La misma que anoche tuvo entre las cuerdas, durante 82 minutos, a Josep Llu¨ªs N¨²?ez y Johan Cruyff. A ambos los salv¨® el prodigioso partido de sus gentes, su dedicaci¨®n, su entrega, la blandura de los locales y el prodigioso acierto de Ronald Koeman. El gol del rubio holand¨¦s, a ocho minutos del final, vale m¨¢s de 1.000 millones. Vale, de momento, una Recopa, la competici¨®n m¨¢s sencilla del continente.En la formaci¨®n azulgrana hubo sorpresa, c¨®mo no, y en ella aparecieron veteranos como Alexanco y Julio Salinas con los que El Profeta suele contar en momentos de apuro. Pero hab¨ªa m¨¢s, mucho m¨¢s. Cruyff volvi¨® a la tradicional defensa con Serna, Koeman, Alexanco y Julio Alberto, que saldr¨ªa lesionado.
El jefe hab¨ªa renegado de su cat¨®n y, por fin, aceptaba jugar con un esquema tradicional que todos los t¨¦cnicos consideran ideal para una plantilla como la azulgrana. Alexanco hac¨ªa de cierre, mientras Koeman se encargaba de Penev, Urbano de Eloy y Serna de Ton?. Los azulgrana no se mov¨ªan de sus zonas y cog¨ªan al delantero blanco que aparec¨ªa por sus fueros. En el otro lado, todo estaba mucho m¨¢s claro: el que cerraba era Arias, Giner sujetaba a Julio Salinas, Bossio a Bakero y Boro a Beguiristain, mientras Quique sub¨ªa hasta el centro del campo para emparejarse con Amor en la banda izquierda azulgrana.
Estaba claro que iba a ser un partido pele¨®n. Los azulgrana iban a tratar de imponer su dominio partiendo de una firme defensa y ayudando Bakero a los centrocampistas, basando sus sustos en el contragolpe. El Valencia, que consigui¨® igualar la eliminatoria cuando se llevaban jugados ¨²nicamente 12 minutos, trat¨® de explotar el efecto champa?a; es decir, estallar en los primeros 20 minutos de cada tiempo y mantener las distancias despu¨¦s. La t¨¦cnica champanoise le funcion¨® en la primera parte, tanto que Ton? pudo resolver la eliminatoria a los 16 minutos al estrellar un remate en la cepa izquierda de Zubizarreta. Pero estaba visto que Dios s¨®lo ayuda a los malos cuando son m¨¢s que los buenos. El Barcelona fue afianz¨¢ndose en el campo en un intento de demostrarle a su t¨¦cnico que as¨ª, colocados como deben, eran m¨¢s felices. Y esa comodidad y frescura de los barcelonistas se tradujo en tres claras ocasiones de gol de Txiki (minuto 19), Alexanco (40) y Bakero (44), que desarticul¨® Sampere.
Faltando 15 minutos, el estadio se puso a hacer chup, chup. Sus gentes trataron de empujar a su equipo hasta la final, pero ya no les restaban fuerzas. El Barcelona, adem¨¢s, se hab¨ªa adue?ado de la situaci¨®n aunque entre imprecisiones mutuas. Hasta que lleg¨® la frialdad n¨®rdica de ese hombre que ha costado millones y que anoche empez¨® a demostrar su precio con un sensacional gol.
Koeman, que se ha pasado el a?o metiendo penaltis y fallando faltas, hizo diana el d¨ªa m¨¢s indicado, el d¨ªa se?alado. Su gol premiaba el trabajo de todo un equipo, que anoche se situ¨® en el campo como lo hubiese hecho cualquier t¨¦cnico sensato.
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