Un conciliador en Managua

ALBERT MONTAGUT El ex presidente norteamericano James Earl Carter, cuyo vacilante paso por la Casa Blanca sirvi¨® de detonante de la doctrina de Ronald Reagan, pasar¨¢ a la historia de Nicaragua como una de las piezas claves del proceso electoral de ese pa¨ªs. El respeto pol¨ªtico que este ex gobernador de Georgia jam¨¢s encontr¨® entre sus adversarios de Washington lo ha logrado ahora, lejos de Estados Unidos y entre gentes que no hablan ni su propio idioma.

Jimmy Carter, la persona que denunci¨® el fraude del general Manuel Antonio Noriega en, las elecciones de Panam¨¢ de mayo de 1989, ha sido el juez de los comicios de Nicaragua. Su voz se ha o¨ªdo, y cuando ¨¦l ha hablado, todos han escuchado.Desde su puesto de responsable de la delegaci¨®n norteamericana que ha seguido el proceso electoral nicarag¨¹ense durante los ¨²ltimos siete meses, el ex presidente ha logrado lo que parec¨ªa imposible: equilibrar un pa¨ªs, desequilibrado, legitimar la victoria electoral de la Uni¨®n Nacional Opositora (UNO) y el reconocimiento p¨²blico del Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN) de su derrota en las urnas. La presencia de Carter en Nicaragua ha serenado el proceso electoral en ese pa¨ªs hasta tal punto que, en la noche del recuento, sus palabras sirvieron para hacer entender a los sandinistas que el pueblo no les hab¨ªa otorgado su confianza y que deb¨ªan sencillamente traspasar el poder.

Ayer trascendi¨® que, en las horas que siguieron al cierre de los colegios electorales, Carter, el ex fiscal. general Elliot Richardson y Josao Baena Soares, secretario general de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), tambi¨¦n desplazados a Nicaragua como observadores, visitaron el cuartel general del presidente Daniel Ortega.

Los sandinistas se negaban en aquellos momentos a hacer p¨²blicos los primeros sondeos en los que se anunciaba ya la victoria de Chamorro.

La plana mayor del FSLN confiaba en un improbable vuelco en el recuento que les diera la victoria final. Carter les explic¨® los mecanismos y los comportamientos de los votos durante los recuentos y les hizo entender que hab¨ªan perdido.

El temor de los sandinistas a la reacci¨®n de los seguidores de la UNO decidi¨® a Carter la visitar tambi¨¦n el centro electoral de Chamorro, donde consigui¨® que la presidenta electa realizara un discurso conciliador.

Elogios a Ortega

Carter declar¨® aquella misma noche que el presidente Ortega hab¨ªa llevado a cabo una "se?alada demostraci¨®n de libertad, de democracia y respeto por los derechos humanos", al tiempo que anunciaba que los l¨ªderes sandinistas le hab¨ªan solicitado que permaneciera unos d¨ªas en Managua, junto a los otros miembros del Centro Carter trasladados a Nicaragua.

Por paradojas de la historia fue Carter, el amigo americano de los nicarag¨¹enses, quien ayud¨® a los sandinistas a derrocar a Somoza y hacerse con el poder pol¨ªtico de Nicaragua en 1979, y tambi¨¦n la persona que anunci¨® a los l¨ªderes del FSLN que su etapa hab¨ªa terminado y que era el momento de dejar paso a la decisi¨®n leg¨ªtima de las urnas. La revista Time ha calificado a Jimmy Carter como "el mejor de nuestros ex presidentes". A sus 65 a?os, su pelo blanco y sus ojos azules han resurgido de las cenizas.

"Es muy poco lo que los ex presidentes pueden hacer por su reputaci¨®n en la Casa Blanca, pero es mucho lo que los ex presidentes pueden hacer por su reputaci¨®n como personas", ha declarado Stephen Ambrose, el bi¨®grafo de Nixon y Eisenhower, quien opina, como los editorialistas de Time, que Carter "es el m¨¢s exitoso de los ex presidentes norteamericanos".