Sobre basureros y sofismas

He le¨ªdo con inter¨¦s el editorial de EL PA?S del s¨¢bado 3 de febrero sobre basureros industriales. Qu¨¦ duda cabe que cualquier Gobierno tiene la obligaci¨®n de ordenar el vertido de sus residuos industriales, pero su afirmaci¨®n de que el s¨®lo hecho del "uso y consumo de productos industriales" invalida la protesta ante la ubicaci¨®n de un vertedero industrial en la Conca de Barber¨¢ es, creo, mucho m¨¢s sofista que la afirmaci¨®n "quien cree el residuo que apechugue con ¨¦l".Si por un lado el consumo de productos industriales fuera raz¨®n suficiente para albergar dichos basureros, pa¨ªses m¨¢s ricos que el nuestro, como Alemania y otros, podr¨ªan alegar que, ya que consum¨ªmos sus productos (y cada vez en mayor medida), ubic¨¢ramos tambi¨¦n sus desperdicios, argumento id¨¦ntico al de su editorial. Por otro lado, las industrias aportan a los lugares donde est¨¢n instaladas (en este caso las comarcas catalanas) un doble beneficio: la codiciada riqueza de puestos de trabajo y sustanciosos ingresos en forma de contribuci¨®n industrial a los pueblos en cuyo t¨¦rmino municipal est¨¢n ubicadas. Creo que este doble beneficio es el que hay que tener en cuenta para valorar el derecho moral que tienen unas u otras comarcas catalanas a rechazar en ellas la instalaci¨®n de un basurero industrial. La Conea de Barber¨¢ es dentro del panorama industrial catal¨¢n una "pobre de solemnidad", por ello la negativa de la totalidad de sus habitantes est¨¢ siendo tan contundente, ya que tenemos la fuerza moral de poder gritarlo hasta ahogarnos.