El reencuentro de la izquierda
Considera el articulista que el comunismo debe iniciar una reconversi¨®n ideol¨®gica que ajuste cuentas con el pasado y recomponga su filosof¨ªa. De lo contrario, es probable que se derrumbe el ¨ªmpetu transformador que le ha alentado.
El estruendo de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn lo ha escuchado con toda nitidez toda la izquierda europeo-occidental hace unos d¨ªas. El ruido ven¨ªa de Bolonia.Ahora ya est¨¢ claro: el PCI avanza hacia el socialismo democr¨¢tico. La confirmaci¨®n de esta reconversi¨®n anunciada va a tener en diversos pa¨ªses occidentales, desde Escandinavia hasta la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, efectos incalculables. Quisiera analizar brevemente dos: la orfandad ideol¨®gica del comunismo y las perspectivas de un reencuentro de la izquierda en nuestro pa¨ªs.
El comunismo se ha quedado sin filosof¨ªa para la acci¨®n pol¨ªtica. El hecho es especialmente importante para este segmento de la izquierda, que tuvo como tradici¨®n sus posiciones de principio, esto es, el basar su acci¨®n pol¨ªtica en principios generales.
El comunismo ha sido -llevando las cosas al extremo y sin ¨¢nimo de caricaturizar- m¨¢s dogm¨¢tico que pragm¨¢tico. Pero ?qu¨¦ puede hacer ahora, cuando se queda sin dogma? Tres debates te¨®ricos me parecen relevantes en esta coyuntura: el debate sobre la utop¨ªa, el debate sobre la esencia del socialismo y el debate sobre los movimientos sociales y el Estado.
En el trasfondo de la ideolog¨ªa comunista siempre ha estado latente la utop¨ªa, o la eucron¨ªa, de una sociedad comunista, sin clases, sin explotadores ni explotados, que llegar¨¢ de la mano de la raz¨®n hist¨®rica -del progreso inevitable de la historia- y, como primer paso, de la mano de la raz¨®n de Estado, aunque de un Estado no burgu¨¦s, sino su contrario: el Estado de la dictadura proletariado. Pero la historia no ha ido por los senderos de la raz¨®n hist¨®rica, y la raz¨®n de Estado del proletariado se ha revelado como un Estado de la sinraz¨®n corrupto, ineficiente, antidemocr¨¢tico y adem¨¢s fracasado. ?No ser¨¢ necesario, ante la evidencia actual, renunciar a esa utop¨ªa de la sociedad comunista y poner en su lugar una nueva? Porque una cosa s¨ª est¨¢ clara: la izquierda se distingue de la derecha en que tiene una utop¨ªa que desarrollar. La izquierda es ut¨®pica, porque si no lo fuera no tendr¨ªa ¨ªmpetu transformador.
?No habr¨ªa que redefinir la utop¨ªa de la izquierda como una larga lucha democr¨¢tica por un cambio social que materialice al m¨¢ximo los valores de nuestra civilizaci¨®n -la libertad, la igualdad y la solidaridad-, es decir, aquellos valores que las clases burguesas dejaron de impulsar cuando lograron de la sociedad lo que quer¨ªan?
El comunismo ha mantenido una definici¨®n del socialismo equ¨ªvoca: ha considerado que era un modo de producci¨®n alternativo al modo de producci¨®n capitalista. Con la evidencia del fracaso econ¨®mico de los pa¨ªses del Este, ?no habr¨¢ que redefinir el propio concepto de socialismo? Habr¨¢ que concebir el socialismo como una larga marcha que m¨¢s que la abolici¨®n del capitalismo y su sustituci¨®n por un modo de producci¨®n alternativo es un movimiento pol¨ªtico que, sobre la base de una econom¨ªa mixta, va cortando las alas al capitalismo.
Sociedad civil
El comunismo ha considerado a los movimientos sociales como las vanguardias m¨¢s conscientes de la clase trabajadora, sobre la base de su concepci¨®n de los intereses objetivos de clase. Pero la evidencia, hoy, nos habla de la contraposici¨®n de intereses subjetivos en el seno mismo de las clases trabajadoras, as¨ª como de la emergencia de nuevos movimientos sociales que no est¨¢n directamente relacionados con los intereses de clase. ?No habr¨¢, por tanto, que concebir la sociedad civil como el campo donde florezca una cultura democr¨¢tica libre de consignas pol¨ªticas de aparato, que plantee la riqueza de sus reivindicaciones y, al tiempo, sea capaz de colaborar, y aun controlar, al propio Estado en una nueva concepci¨®n de lo p¨²blico y del bien com¨²n?
No es, ni mucho menos, balad¨ª este debate te¨®rico. Parece evidente que aquel comunismo que quiera seguir la senda de Ochetto y acercarse al socialismo democr¨¢tico en el plano internacional tendr¨¢ que acercarse primero al socialismo democr¨¢tico en su propio pa¨ªs. M¨¢s espec¨ªficamente, se tendr¨¢ que acercar a las opciones pol¨ªticas b¨¢sicas -aunque quepan discusiones sobre ritmos y pol¨ªticas puntuales- del socialismo democr¨¢tico; a concebir, por ejemplo, el Estado de bienestar como un logro a conquistar y no como una mera administraci¨®n del capitalismo; a concebir la lucha contra las desigualdades como un proyecto que requiere el compromiso por construir un pa¨ªs pr¨®spero y con una iniciativa privada din¨¢mica; a aceptar que la acci¨®n de la izquierda, en un pa¨ªs como Espa?a, es tanto una acci¨®n modernizadora y racionalizadora como una acci¨®n contra las desigualdades de renta y de poder. Pero a esas conclusiones se llega s¨®lo y exclusivamente como segunda derivada, como consecuencia congruente en la medida en que existan unos presupuestos ideol¨®gicos o filos¨®ficos nuevos, que sustituyan a los que hoy se le han derrumbado al comunismo.
La unificaci¨®n de la izquierda espa?ola, despu¨¦s de lo ocurrido en el Este, parece inevitable a largo plazo. Pero se producir¨¢ m¨¢s r¨¢pidamente en la medida en que comunismo y socialismo democr¨¢tico est¨¦n a la altura de las circunstancias. En este sentido, el borrador del Manifiesto 2000 contiene una clave digna de ser tenida en cuenta. Dice que la renovaci¨®n del socialismo democr¨¢tico adquiere el compromiso de convertirse en la plataforma para el encuentro de toda la izquierda". N¨®tese que es el proyecto socialista renovado el que ha de adquirir tal compromiso. Dicho de otro modo: si el socialismo democr¨¢tico, que ha puesto lo mejor de s¨ª mismo en estos ocho a?os de transformaci¨®n de Espa?a, demuestra su vitalidad renovando sus estrategias donde sea menester, se convertir¨¢ en la casa com¨²n de toda la izquierda. Pero no es el socialismo espa?ol el que m¨¢s lejos est¨¢ de la cita del reencuentro; son otros segmentos de la izquierda los que deber¨ªan retomar su tradici¨®n de una pol¨ªtica de princip¨ªos e iniciar una reconversion ideol¨®gica en profundidad, y, con ella, replantear sus opciones estrat¨¦gicas b¨¢sicas.
es coordinador del Programa 2000, del PSOE.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.