En nombre del pueblo peruano
"Tal vez el ¨²nico rasgo en com¨²n que comparten las principales fuerzas que se disputar¨¢n el acceso al Gobierno el pr¨®ximo 8 de abril sea su voluntad de cambiar Per¨² de ra¨ªz. La palabra revoluci¨®n no es ahora exclusiva de la izquierda. De revoluci¨®n hablan tambi¨¦n los principales l¨ªderes del Fredemo, sobre todo los que se adscriben al Movimiento Libertad, que preside Mario Vargas Llosa". Con estas palabras presenta la revista peruana Quehacer un informe especial titulado Fredemo, ?revoluci¨®n capitalista?M¨¢s adelante, en un art¨ªculo titulado La nueva derecha, ?refundar o refundir Per¨²?, el periodista Sinesio L¨®pez resume los acontecimientos que, en cuatro a?os, le han dado un importante vuelco a la pol¨ªtica peruana y han convertido a Mario Vargas Llosa en el personaje m¨¢s importante del escenario pol¨ªtico nacional: "28 de julio de 1985. El rostro adusto, cansado y envejecido de Fernando Bela¨²nde era la imagen fiel de la derecha derrotada, desconcertada, agotada y desalojada del palacio de Gobierno. Agosto de 1989. El rostro sonriente, jovial y altivo de Mario Vargas Llosa anuncia el retorno triunfante de la derecha, recompuesta, unida, renovada y a la ofensiva".
Dejando de lado "una historia densa, dram¨¢tica y traum¨¢tica que no es el caso de contar ahora", el periodista peruano anota los factores que han permitido un cambio tan radical del panorama pol¨ªtico peruano durante la presidencia de Alan Garc¨ªa: "En primer lugar, el fracaso del APRA 3, del alanismo, y con ¨¦l, el desmoronamiento del discurso y de las propuestas populistas que no han podido operar en medio de una crisis brutal".
"En segundo lugar", agrega, el entrampamiento y la crisis de Izquierda Unida, que la han incapacitado para organizar un discurso y un proyecto alternativo a los del populismo en descenso y a los de la modernizaci¨®n conservadora en ascenso y, por supuesto, al polpotismo de Sendero Luminoso. En tercer lugar, el terrorismo de Sendero Luminoso y del MRTA, que ha creado un clima cultural y pol¨ªtico conservador de b¨²squeda del orden, de la tranquilidad, la paz y la seguridad. En cuarto lugar, la incursi¨®n en la escena pol¨ªtica de una capa intelectual y tecnocr¨¢tico-neoliberal que ha logrado unificar a la derecha econ¨®mica y, pol¨ªtica, poni¨¦ndole una m¨¢scara modernizadora. Y finalmente, la crisis global que ha agotado los viejos patrones de acumulaci¨®n, ha disgregado la sociedad y rearcaizado la pol¨ªtica, o poni¨¦ndola. en tensi¨®n con los anteriores procesos de modernizaci¨®n capitalista, democratizaci¨®n social y de institucionalizaci¨®n pol¨ªtica".
Y lo dem¨¢s es Mario Vargas Llosa, me atrever¨ªa yo a agregar, en mi af¨¢n de hacer entrar finalmente en el escenario pol¨ªtico peruano a quien no necesita presentaci¨®n alguna. Todos sabemos que el gran escritor siempre, se interes¨® por la pol¨ªtica, que no lleg¨® a caer en la tentaci¨®n de entrar en el segundo Gobierno del "derrotado, desconcertado y agotado" Fernando Bela¨²nde, y que la rabieta estatizadora de Alan Garc¨ªa le hizo abandonar su escritorio de intelectual comprometido para comprometerse de una vez por todas, en nombre de la libertad, y m¨¢s tarde del pueblo peruano, con los sectores empresariales que hab¨ªa estigmatizado en su juventud de comunista rebelde que lee a Sartre pensando en Camus y relee a Camus pensando en Sartre.
Sus amigos y los simpatizantes que m¨¢s desinteresadamente colaboran con MVLL se irritan y sufren al ver c¨®mo diariamente este hombre irracionalmente disciplinado y amante del orden, la claridad, la limpieza y la rectitud, se mesa los cabellos al tropezarse con el sucio desorden de la pol¨ªtica criolla, siempre lejana de una realpolitik peruana, y que ya intenta repartirse la agotada riqueza de siempre sin reparar siquiera en aquella otra riqueza, nueva, moderna y competitiva, que el escritor sue?a m¨¢s que imagina para todos los peruanos y con el esfuerzo de cada uno de los peruanos.
Admira Margaret Thatcher y a toda una galer¨ªa de presidentes norteamericanos que puede ir del Reagan economista al Harding que dijo: "Menos Gobierno en los negocios y m¨¢s sentido de los negocios en el Gobierno", o al Coolidge que repiti¨®: "El negocio de Estados Unidos son los negocios". La honestidad intelectual que rabiosa y honestamente pregona Jean Fran?ois Revel le ha seducido hasta el extremo de saltarse voluntaristamente algunas advertencias del autor del Conocimiento ¨²til: "No es tal vez sin raz¨®n que los dirigentes de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo no piensan m¨¢s que en el mercado, incluso con un celo de ne¨®fitos un poco ingenuo".
Su prestigio internacional le ha convertido en profeta en un pa¨ªs de desconcertadas gentes y ha conmovido hasta a los inconmovibles barones de la industria y de la banca, que, mal amenazados, pero bien avisados por el caos creado por el presidente Garc¨ªa, han pensado en lo de Churchill, los militares y la guerra, y han concluido que tambi¨¦n la pol¨ªtica es algo demasiado serio para dejarla en mano de pol¨ªticos profesionales. Y as¨ª, el sincero amante de la sociedad abierta se ha descubierto poniendo manos a la obra en compa?¨ªa, entre otros, pero muy principalmente, de los amantes del Per¨² como coto privado de caza sin veda, olvidando tal vez que Popper defend¨ªa tambi¨¦n de estos se?ores a la sociedad abierta: "Como suele suceder con los oligarcas, los intereses de clase fueron m¨¢s fuertes que su patriotismo".
Y yo, muy humildemente, a?adir¨ªa: sobre todo, en Per¨², por la sencilla raz¨®n de que, en mi pa¨ªs, hay que estar ciego o muy dogm¨¢tico o totalmente amargado para no desearle suerte a un hombre que, metido a pol¨ªtico con gran sacrificio y riesgo, ha roto con aquel vicio y defecto tan peruano que otro gran intelectual, Gonz¨¢lez Prada, llam¨® "el pacto infame de hablar a media voz".
Vargas Llosa no tiene pelos en la lengua y su diagn¨®stico de la sociedad peruana parece salido del ¨²ltimo y m¨¢s perfecto esc¨¢ner norteamericano y japon¨¦s, sociedad an¨®nima. Es tan carism¨¢tico que necesita m¨¢s de cien guardaespaldas y como que no se diera cuenta, y, adem¨¢s, prefiere el trabajo en equipo, y afirma, aunque no siempre confirma, que est¨¢ contra el caudillismo legendario de la pol¨ªtica peruana. Tal vez sea demasiado peruano, es lo que pasa. Aunque es sin duda un verdadero patriota que constantemente parece estar repitiendo las valientes palabras de F. Roosevelt en su primer mensaje al Congreso de Estados Unidos: "El pueblo de Estados Unidos ha pedido disciplina y direcci¨®n bajo mi jefatura. Ser¨¢ posible que la ins¨®lita demanda y la necesidad del quehacer directo exijan la desviaci¨®n temporal del procedimiento p¨²blico legal".
Todo esto lo hizo Roosevelt y todos conocemos los buenos resultados de aquellos a?os. Pero la crisis peruana es tan distinta a la crisis que entonces enfrent¨® Roosevelt como distinto y much¨ªsimo m¨¢s complejo es Per¨² que ese Chile de Pinochet tan admirado por ciertos sectores de una burgues¨ªa ego¨ªsta y de mentalidad encajonada en Miami, ese Chile de los grandes logros econ¨®micos que a m¨ª, al menos, no me explican por qu¨¦ la mitad de los chilenos siguen pasando hambre.
Va a ser muy dif¨ªcil para Vargas Llosa o para quien salga elegido transformar la presidencia en encargo de organizaci¨®n y liberarse de la comunidad misma y su mundo de defectos y privilegios nacionales. Para ello tendr¨¢ que renegar diariamente del caudillismo surgido en situaci¨®n de emergencia, y todos sabemos en ese pa¨ªs lo que las llamadas fuerzas vivas suelen exigir, ni siquiera esperar, de un mandato otorgado de esa manera. Y, en caso de ser elegido, Vargas Llosa lo tendr¨¢ m¨¢s dif¨ªcil que nadie porque ¨¦l quiere realmente crear bienestar en Per¨², y eso le obliga a serle much¨ªsimo m¨¢s fiel a su esc¨¢ner de lo que muchos creen y quieren entre sus mismos socios del Fredemo, es decir, una Acci¨®n Popular (o caudillismo belaundista) y un Partido Popular Cristiano (o caudillismo bedoyista) que en dos oportunidades cogobernaron tan tradicional y ciegamente Per¨² que en 1985 eran de esa derecha que hasta un hoy imposible esc¨¢ner de fabricaci¨®n peruana habr¨ªa dado por muerta. Vargas Llosa impidi¨® que a Bela¨²nde y Bedoya Reyes los enterraran a¨²n con vida. Ahora le toca impedir que con ellos presentes regrese el pasado porque la emergencia y la crisis que le obligaron moral y c¨ªvicamente a dejar su escritorio son mucho m¨¢s profundas que el descalabro creado por el egocentrismo sin ton ni son, sin br¨²jula y sin moralidad de Alan Garc¨ªa. Est¨¢ destinado, pues, a experimentar nuevas formas de convivencia e1n un mundo en el que quieren perdurar eternamente muy viejas formas de connivencia.
Ya he hablado del esc¨¢ner de Vargas Llosa. Puesto en funcionamiento, el hombre es su estilo, y, para muchos, MVLL es el hombre y el estilo que Per¨² necesita urgentemente. La demolici¨®n de tab¨²es es una de sus caracter¨ªsticas, dentro de esa categ¨®rica estrategia oratoria de romper un pacto infame. Se habla en voz alta y al pan se le llama pan en un pa¨ªs que es el reino del eufemismo. A un animal no se le mata: se le beneficia. Y los harapientos basureros que no pueden limpiar la inmunda Lima no se llaman basureros: se llaman baja polic¨ªa. En cambio la Universidad peruana se llama farsa, la farsa de la autonom¨ªa universitaria de la que, en infame voz baja, nos hemos alimentado varias d¨¦cadas.
Tengo conmigo muchas entrevistas concedidas por Vargas Llosa: un suplemento especial del diario Expreso, de Lima, el suplemento cultural de La Naci¨®n, de Buenos Aires, etc¨¦tera. Y tengo tambi¨¦n conmigo muchas cartas de intelectuales peruanos que, desgarrados por mil tab¨²es o por una suerte de esquizofrenia, empiezan sus cartas maldiciendo a Vargas Llosa y terminan bendici¨¦ndolo. Puede ser tambi¨¦n un sincero amor por Per¨² ese desearle finalmente suerte al escritor de ayer y al pol¨ªtico de hoy. ?l, en cambio, no vacila al condenar a esas elites culturales que se "arrogan el derecho de hablar en nombre del pueblo peruano". Tambi¨¦n ¨¦l crey¨® alguna vez en la cultura estatista, nacionalista, socialista. Hoy le repugna todo eso y se alegra de que tambi¨¦n le repugne al pueblo peruano. Y se alegra tambi¨¦n tanto de Gorbachov y de todo eso.
Creo que se me entiende cuando subrayo todo eso. Hace poco, le¨ª un art¨ªculo de Jos¨¦ Luis de Vilallonga en el que expresaba su temor de que Estados Unidos traicionara a Gorbachov. Ser¨ªa absurdo y ser¨ªa b¨¢rbaro, claro. Y antihist¨®rico. Traslad¨¦monos ahora a Per¨², s¨®lo para se?alar que all¨¢ existe toda una determinada clase de gente (por no hablar de una gente de determinada clase) que piensa que hasta volar en Aeroflot es pecado de lesa majestad Bush, y que Gorbachov, s¨®lo por su apellido de resentido social ruso-indio peruano, es tan bruto como el propio Bush visto por un comunista prosovi¨¦tico peruano.
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