Prelados
He intentado portarme como una buena ni?a y no escribir ni una palabra sobre las catilinarias que la Iglesia nos ech¨® hace dos semanas con lo de la LOGSE. He procurado callar mi pasmo ante esa s¨²bita precupaci¨®n de los obispos por el binestar espiritual del tierno estudiantado. Y digo s¨²bita porque antes, hace muy poco, los prelados no parec¨ªan preocuparse de los excesos de algunos colegios religiosos. Por ejemplo, lo de dividir el alumnado entre finas ni?as de pago y la moralla de las menesterosas gratuitas. Y estigmatizar a las pobres con un ritual de indignidades: desde llevar uniforme distinto a tener que entrar al colegio por otra puerta, pasan por sentarlas en un gueto al fondo del aula o incluso, en algunos casos utilizarlas como verdaderas criadas de las ricas y del colegio. Pues bien los obispos, que yo sepa, no han mencionado nunca nada de esto, quiz¨¢ consideraran que el humillar perversamente a ni?os peque?os no ten¨ªa nada de inmoral ni era da?ino para los escolares. Mientras que con la LOGSE, por lo que se ve, la juventud corre el espeluznante riesgo de perder el alma.Pero dec¨ªa que pensaba callar mi estupor y no tocar el tema, cuando hete aqu¨ª que leo en la prensa que un manual editado en 1987 por el arzobispado castrense, y en uso hoy para los ejercicios espirituales de los soldados, sostiene que "el 90% de las mujeres son fr¨ªas", que la mujer se estropea pronto" y que "el hombre es el que lleva el peso de casa", entre otras profundas perlas filos¨®ficas. Tate, me dije, otra vez la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica dando la vara. Y si ellos no paran de hablar incluso de lo que no saben (ese 90% de mujeres fr¨ªas me ha dejado literalmente helada), ?por qu¨¦ hemos de calla nos los dem¨¢s? Y que luego los mandos de la Iglesia no hablen de "campa?as orquestadas contra la religi¨®n". Porque lo religioso, profundamente respetable, no tiene nada que ver en el asunto; y las cr¨ªticas, me parece, se las ganan a pulso.
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