El crimen rompe el espejo de Am¨¦rica
Nueva York bate propios, r¨¦cords delictivos
Las estad¨ªsticas de Nueva York siempre suelen reflejar el tama?o de la gran metr¨®poli americana pero ninguna estad¨ªstica suele ser tan estremecedora como la que refleja los ¨ªndices de criminalidad que sufre esta ciudad. En 1989, 1.905 personas fueron asesinadas en la Clan Manzana, nueve personas m¨¢s que en 1988. En el primer trimestre de este a?o, los asesinatos han crecido en un 20% sobre el a?o anterior. Nueva York, el espejo de Am¨¦rica, se rompe.
Durante 1989, en Nueva York una persona muri¨® asesinada cada 5 horas; cada tres horas, una mujer fue violada, cada tres minutos una persona fue asaltada, y 366 coches robados cada 24 horas. Definitivamente, Nueva York es un lugar peligroso donde la polic¨ªa est¨¢ perdiendo aquella contra la delincuencia.Las estad¨ªsticas policiales se?alan que nadie se salva de esta situaci¨®n y que la china le puede tocar a cualquiera, se trate de un neoyorquino o de un parisiense de vacaciones en Manhattan. El pasado a?o, 25.000 turistas sufrieron el azote de la delincuencia neoyorquina, seg¨²n datos oficiales.
En 1989 se cometieron en esta ciudad un total de 712.419 delitos denunciados. El desglose de estas cifras arroja la siguiente estad¨ªstica: 169.487 cr¨ªmenes contra las personas y 542.932 cr¨ªmenes contra la propiedad. Seg¨²n la polic¨ªa, estos n¨²meros reflejan 1.905 homicidios, 3.254 violaciones, 913.377 robos callejeros, 70.951 asaltos, 121.322 robos en casas y tiendas, 287.749 hurtos y 133.861 veh¨ªculos robados
La cifra de 93.377 robos callejeros es especialmente significativa. Este delito, el bar¨®metro de la criminalidad en cualquier ciudad occidental, indica que Nueva York, posee el peor ¨ªndice de todo EE UU, aun por encima de Washington DC, conde en, ?989 se bati¨® el r¨¦cord nacional de asesinatos, si se tiene en cuenta el porcentaje de poblaci¨®n.
Los responsables del departamento de polic¨ªa de Nueva York relacionan directamente la delincuencia con el aumento del consumo de crack, la coca¨ªna sint¨¦tica que est¨¢ destruyendo el sueno americano.
Auge de la droga
En las calles cada d¨ªa hay m¨¢s camellos -mulas, como se denominan en EE UU- y m¨¢s consumidores. Esta situaci¨®n, que ha degenerado la vida social de algunas ¨¢reas de Brooklyn, Queens y Staten Island y ha destruido gran parte del Bronx, ha penetrado en Manhattan.El resultado de la expansi¨®n del mercado de la droga, la epidemia del crack, como se la denomina en Nueva York, provoca la mayor parte de los delitos. Los homicidios han pasado a ser tan rutinarios que la investigaci¨®n de un asesinato se convierte a veces en algo tan burocr¨¢tico como una investigaci¨®n del departamento de bomberos o de la polic¨ªa de tr¨¢fico. La polic¨ªa patrulla en los pasillos de las escuelas para evitar consumo y tr¨¢fico de estupefacientes, as¨ª como violaciones y peleas. Los turistas reciben consejos en, los hoteles para no dejar objetos de valor en las habitaciones o para que no paseen con las c¨¢maras de v¨ªdeo por la calle.
En un intento desesperado de controlar la situaci¨®n, Lee P. Brown, el nuevo jefe de la polic¨ªa, neoyorquina, ha explicado que la polic¨ªa no puede por s¨ª sola controlar esta situaci¨®n y que son los ciudadanos Ios que deben ayudar a los agentes del orden a combatir la delincuencia".
Brown, como otros muchos pol¨ªticos, atribuye gran parte de la delincuencia al escaso centro, oficial que existe en la venta de armas. Mientras cualquier neoyorquino puede adquirir un revolver o un fusil de asalto semiautom¨¢tico si se lo propone, en Washington se est¨¢ discutiendo una ley que permita una limitaci¨®n al derecho constitucional de llevar armas de fuego.
El departamento de polic¨ªa de Nueva York cuenta con 25.000 agentes. Todos los habitantes de la ciudad est¨¢n de acuerdo en que deber¨ªa haber m¨¢s agentes, pero todos coinciden en que los impuestos no se pueden aumentar.
El fiscal del distrito de Manhattan, Robert M. Morgenthau, explica que las tres cuartas partes de los asesinatos registrados el pasado a?o en la isla de Manhattan se atribuyen a, asuntos de estupefalentes y afirma: "Si no gastamos m¨¢s dinero, pagaremos las consecuencias", ha comentado Morgenthau.
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