Empate
Dom¨ªnguez, Espartaco, LitriCuatro toros de Atanasio Fern¨¢ndez y 5? de Aguirre Fern¨¢ndez Cobaleda, discretos de presencia, inv¨¢lidos, manejables; 2?, sobrero de Antonio Ord¨®?ez, con trap¨ªo, bronco. Roberto Dom¨ªnguez: pinchazo, otro hondo -aviso con retraso-, pinchazo y estocada ca¨ªda (ovaci¨®n y salida al tercio); pinchazo y bajonazo (ovaci¨®n y salida al tercio). Espartaco: estocada trasera (gran ovaci¨®n y salida al tercio); pinchazo y estocada ca¨ªda (ovaci¨®n y salida al tercio). Litri: estocada delantera a toro arrancado, rueda de peones y cuatro descabellos (silencio); aviso antes de entrar a matar, pinchazo, estocada trasera y descabello (ovaci¨®n).
Plaza de la Maestranza, 22 de abril.
Octava corrida de feria. Lleno de "no hay billetes".
Si se tienen en cuenta datos estad¨ªsticos, referentes instrumentales y resultados objetivos, aquello que dicen se dilucidaba en la corrida de ayer acab¨® en empate. Dicen que se dilucidaba el mando del toreo entre Roberto Dom¨ªnguez y Espartaco. ?Hombre, no! Quien manda en el toreo, hoga?o, es Espartaco, a lo mejor sigue mandando toda la temporadita hasta el Pilar, pero el mando del toreo, tal como lo entiende la historia de la fiesta, tiene connotaciones distintas y m¨¢s serio significado.
El mando del toreo no se dilucida en una sola tarde, menos entre dos toreros que se podr¨¢n llamar de tu entre s¨ª, de acuerdo, pero no est¨¢n solos en el mundo pues hay muchos otros en el escalaf¨®n que, a ellos sin ir m¨¢s lejos, les pueden llamar tambi¨¦n de turur¨², por junto o por separado.
El indudable buen momento de Roberto Dom¨ªnguez no alcanza la plenitud torera, ni la ejecutoria de Espartaco los m¨ªnimos art¨ªsticos que se requieren para proclamarles mandones del toreo.
A Roberto Dom¨ªnguez se le fueron ayer de rositas dos toros que los coge cualquier espada de anteriores d¨¦cadas y arma la revoluci¨®n pendiente. Claro que, entonces, no hac¨ªa falta tanto. Es ahora, precisamente, cuando la revoluci¨®n pendiente hace falta.
Hace falta que salga un torero con un toro como esos y le haga aquel toreo que engrandeci¨® la tauromaquia a la categor¨ªa. de arte, all¨¢ penas si no est¨¢ en su mejor momento, all¨¢ penas si no es un probo profesional que corta orejas cada tarde.
Bomb¨®n en alm¨ªbar
Roberto Dom¨ªnguez consigui¨® ayer m¨¢s exquisitos muletazos en su segundo toro que en su primero, y sin embargo no fue mejor faena pues aquel su segundo toro era un bomb¨®n en alm¨ªbar, que ya es la desconcatenaci¨®n de la confitura y de la dulcer¨ªa.
Se constata que no les andaba a los toros sigiloso, a la manera de anteriores actuaciones pero se constata tambi¨¦n que si distante y desligada construy¨® su primera faena, en la segunda daba pases donde quer¨ªa el confite, citaba fuera de cacho y s¨®lo muy avanzado el trasteo meci¨® el natural cuatro veces, luego el redondo tres, como deben mecerse, lo que se celebr¨® -y se celebra-, si bien ser¨ªa conveniente preguntarle por qu¨¦ no los hab¨ªa mecido antes ni los meci¨® despu¨¦s.
Los toros de Espartaco resultaron menos buenos. En realidad el primero de Espartaco era un toro bronco con la man¨ªa de revolverse violento. Si se piensa que amilan¨® a Espartaco, ese es un pensamiento equivocado, porque Espartaco le plante¨® la pelea de poder a poder, intent¨® -y frecuentemente consigui¨® reconducir la embestida por los caminos que manda el Se?or, y lo mat¨® guapamente.
El quinto ten¨ªa clara nobleza e invalidez evidente, y le hizo la faena profesional de su estilo, que consiste en dar muchos pases ligerito, censurable ninguno, premiable tampoco, y demostrar al orbe que es un pundonoroso diestro con el que se cuenta siempre para lo que gusten mandar.
Es decir, que si se salva la meritoria faena al sobrero, no hubo toreo verdadero ni en Roberto Dom¨ªnguez ni en Espartaco, y ah¨ª empataron tambi¨¦n. Producido el empate, se le brindaba a Litri, que estaba en el cartel, la oportunidad de darles un ba?o a los mandones presuntos.
Pero donde no estaba Litri era en el toreo. La versi¨®n m¨¢s antiest¨¦tica, torpe, desastrada e incluso medrosa del toreo dio Litri, adem¨¢s con dos toros igual de manejables, tronados e inv¨¢lidos que toda la corrida. Pudo meterles un gol y result¨® que se lo meti¨® en su propia porter¨ªa.
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