La tarde torera de Luis Francisco Espl¨¢
Dom¨ªnguez / Manili, Espl¨¢, OlivaToros de Mar¨ªa Luisa Dom¨ªnguez P¨¦rez de Vargas (Guardiolas), de irreprochable trap¨ªo, preciosos de l¨¢mina, deslucidos en general; 62, bravo y noble. Manili: gran estocada
(petici¨®n y vuelta); estocada y descabello (ovaci¨®n y salida al tercio). Luis Francisco Espl¨¢: estocada ladeada (petici¨®n, larga ovaci¨®n y saluda desde el platillo); dos pinchazos y estocada corta ladeada (larga ovaci¨®n y saluda desde el platillo). Emilio Oliva: dos pinchazos, estocada corta escandalosamente atravesada, trasera y baja, y descabello (silencio); pinchazo y media (ovaci¨®n y salida al tercio).
Plaza de la Maestranza, 30 de abril. 17? corrida de feria. Menos de tres cuartos de entrada.
JOAQUIN VIDAL
La expectaci¨®n eran los toros de Guardiola y el p¨²blico sevillano se encontr¨® con la sorpresa de la tarde torera de Luis Francisco Espl¨¢. Reaccion¨® bien el p¨²blico sevillano. Espl¨¢ no hab¨ªa entrado nunca con buen pie en esta plaza: es alicantino y atleta, ya se sabe. Los t¨®picos sobre el pellizco no cuadraban con su personalidad y adem¨¢s se pasaba de atleta, venga correr y saltar. Pero ayer tuvo una tarde complet¨ªsima, que complaci¨® a la afici¨®n sevillana.
En banderillas puso a la afici¨®n sevillana en pie. En banderillas, Luis Francisco Espl¨¢ hizo una brillante exhibici¨®n de conocimiento de los toros -sus pies, sus querencias, sus caprichos-, de la suerte, de la calidad de espect¨¢culo que tiene la fiesta, y estuvo valent¨ªsimo, sobre todo en tres pares que reuni¨® por el pasillo estrech¨ªsimo entre el toro y las tablas que se busc¨® para reunir y escapar del encuentro, vivo y sin herniarse.
Con la muleta construy¨® dos faenas pulcras. Al segundo toro, que se quedaba corto, pas¨¢ndoselo cerca con temple y mando; al quinto, porfi¨¢ndole lo justo para comprobar que no embest¨ªa absolutamente nada, y adorn¨¢ndose muy torero. Ambos trasteos los sigui¨® el p¨²blico con mucho inter¨¦s y pudo apreciar c¨®mo Espl¨¢ es un diestro que armoniza t¨¦cnica y personalidad.
Distinto es que en esa conjunci¨®n arm¨®nica entre tambi¨¦n el arte, pues no entra. Espl¨¢ tiene serias dificultades para convocar a las musas. Precisamente esa falta de pellizco es lo que le achaca el p¨²blico, pero tambi¨¦n es cierto que te colocas la mano de visera, giras una mirada de 180 grados por el amplio escenario de la tauromaquia contempor¨¢nea, y toreros con pellizco encuentras tres, mal contados.
Encuentras tres y de los restantes 1.476, a lo mejor casi ninguno tiene los conocimientos taurom¨¢quicos, el sentido torero, la capacidad atl¨¦tica de Espl¨¢. A esta ¨²ltima virtud los taurinos le restan importancia y dicen que con gimnasia se consigue. No se crea. Servidor hizo la experiencia, y toda la gimna sia que se ech¨® al cuerpo no le vali¨® ni para alcanzar el auto b¨²s cuando lo ve a 50 metros y va a arrancar.
Los Guardiola salieron deslucidos, excepto uno. Con peligro los de Manili, que al prime ro le dio los pocos pases que ten¨ªa, al cuarto le consinti¨® vale rosamente varias coladas. Oliva no pudo con el tercero, prob¨®n y desigual, y al sexto no le hizo el honor de torearle como merec¨ªan su bravura y su boyant¨ªa.
Gran toro fue ese sexto Guardiola, empezando por el trap¨ªo, impresionante pese a que no pasaba de terciado, precioso en cuanto a estampa. Recarg¨® con gran estilo en una vara y fue l¨¢stima que no le quedaran fuerzas para soportar otra. En la muleta acudi¨® a todos los cites, con pastuefla fijeza. Oliva le aplic¨® redondos largos pero tambi¨¦n desligados pues rectificaba terrenos en cada remate. Un poco m¨¢s de fuerza en el toro y un poco m¨¢s de torer¨ªa en el diestro, hubieran conformado una lidia memorable.
Mas la torer¨ªa no ven¨ªa ayer de Chiclana, ven¨ªa de Alicante, la afici¨®n sevillana acus¨® recibo de ella, y le pareci¨® bien; lo que son las cosas.
Babelia
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