Las majas de Goya se encuentran en Londres con la Venus de Vel¨¢zquez

Francisco de Goya sentir¨ªa extrema satisfacci¨®n en la National Gallery londinense al ver juntas a La Venus del espejo y a sus dos majas, idea con la que pint¨® este par de singulares lienzos. Goya produjo La maja desnuda, la primera de la historia del arte en que la mujer aparece como tal, y no como representaci¨®n de una deidad, y La maja vestida en homenaje a Vel¨¢zquez y como seguimiento contempor¨¢neo de ese tipo de composici¨®n, raro en la pintura espa?ola. El ver los tres cuadros juntos es "una oportunidad ¨²nica", seg¨²n Michael Heiston, responsable de la colecci¨®n espa?ola en la pinacoteca.

Los lienzos cuelgan en la sala que est¨¢ al fondo de la entrada principal de la National Gallery, con la Venus flanquedada por la dos majas, la vestida a la derecha, "porque con su pose cierra el conjunto", de acuerdo con Helston.Los tres cuadros tienen una extraordinaria y enigm¨¢tica relaci¨®n que la muestra realza. Vel¨¢zquez pint¨® su Venus como r¨¦plica a la hoy perdida Venus reclinada en un paisaje, atribuida a Pordenone. Lo que en el veneciano era una pose frontal convencional, el genio del sevillano lo convierte en una original vista posterior, con la misma disposici¨®n de brazos, pero d¨¢ndole a la figura un realismo que la convierte en uno de los desnudos femeninos m¨¢s cre¨ªbles de la historia de la pintura.

Las dos Venus pertenec¨ªan a la colecci¨®n de la duquesa de Alba, donde se supone que las vio Goya y ante las que concibi¨® la idea de rendir tributo a Vel¨¢zquez creando una nueva pareja, esta vez con una mujer desnuda y vestida. La g¨¦nesis de los dos cuadros -las ¨²nicas pinturas de incuestionable car¨¢cter er¨®tico que consta cre¨® el aragon¨¦s- es un misterio que sigue sin resolverse, aunque est¨¢ bien documentada su pertenencia por razones desconocidas al venal Manuel Godoy, quien las exhib¨ªa con morbosidad a sus m¨¢s allegados junto a las dos Venus y a otros desnudos.

La ca¨ªda en desgracia del valido supuso el desmantelamiento de su colecci¨®n, en la que los cuadros que ahora se muestran en Londres estuvieron juntos hasta 1813. La Venus del espejo acab¨® en el Reino Unido y, tras su estancia en la antol¨®gica del Prado, vuelve a Londres tray¨¦ndose de la mano, como contrapartida a ese viaje madrile?o, a sus antiguas compa?eras.

Los tres cuadros forman un muy atractivo conjunto, en el que los paralelismos son tantos como las diferencias y en el que la figura del siglo XVII tiene un car¨¢cter m¨¢s realista que el de las majas novecentistas, envueltas en un encanto provocado por la riqueza de los brocados sobre los que descansan.

Las tres mujeres han llegado con fortuna hasta nuestros d¨ªas, tras salvar no pocas persecuciones de desnudos en Espa?a. La flagrante decisi¨®n de Goya de no enmascarar en la mitolog¨ªa un desnudo femenino que, adem¨¢s, y probablemente por primera vez en la historia del arte, muestra vello p¨²bico, atrajo la indeseada atenci¨®n de la Inquisici¨®n, que en 1815 se qued¨® con las ganas de "que se haga justicia", tal y como reclamaba el inquisidor.