Bodas de plata

La Orquesta Sinf¨®nica de RTVE celebr¨® el viernes su 25? aniversario, justo en el momento en que su sexto director titular -el h¨²ngaro Arpad Joo- se dispone a terminar su misi¨®n para dar paso al ya designado Sergiu Comissiona. Anteriormente, fueron titulares de la formaci¨®n Igor Markevich, Enrique Garc¨ªa Asensio, Antonio Ros Marb¨¤, Od¨®n Alonso y Miguel ?ngel G¨®mez Mart¨ªnez.Bastar¨ªa la relaci¨®n de casi 150 estrenos de 70 autores espa?oles para justificar un cuarto de siglo de tarea y hacer del aniversario una verdadera fiesta para los m¨²sicos, sobre todo si se tiene en cuenta que esos estrenos, una vez grabados, se difunden peri¨®dicamente por las antenas musicales de Radio 2.

Jornada espectacular

Tal ejecutoria habr¨ªa aconsejado, quiz¨¢, otro tipo de programa conmemorativo que el propuesto por el director y los directivos de la ORTVE, en el que la m¨²sica espa?ola, en sus creadores y sus int¨¦rpretes, salvo la brillante intervenci¨®n de la soprano Teresa Verdera, estuvo ausente.Se prefiri¨® una jornada espectacular y nada mejor, entonces, que la gran traca mahleriana de la Sinfon¨ªa de los mil, aunque el t¨ªtulo implique bastante exageraci¨®n. ?No habr¨ªa merecido un puesto alguna obra de Markevich? el director fundador efectivo, primero, y honorario, despu¨¦s.

Sin ninguna nueva opini¨®n sobre Mahler cuyo nombre y cuya obra est¨¢n instalados en la historia, recordemos el ser de la Octava sinfon¨ªa en sus dos grandes formulaciones: una prolongada pieza religiosa basada textualmente en el Veni Creator y la escena final de Fausto, ensayo dram¨¢tico m¨¢s importante en quien, aun am¨¢ndola, no cultiv¨® la ¨®pera, excepci¨®n hecha de su hermosa colaboraci¨®n en Los tres pintos, de Weber.

Del importante grupo de solistas sobresali¨® Clara Takacs, por la conmovedora belleza de su voz, en tanto la cantante m¨¢s c¨¦lebre de todos, Teresa Zylis Gara, adoleci¨® de gran inseguridad en la afinaci¨®n. La peliaguda fusi¨®n de los coros fue salvada con bastante fortuna, aunque con p¨¦rdida de calidad global y la escolan¨ªa se comport¨® a las mil maravillas.

Contando con la respuesta flexible de la orquesta, el maestro Arpad Joo actu¨® seguro, voluntarioso y hasta con cierta impavidez ante el tan cacareado misterio mahleriano. Los resultados fueron, antes que otra cosa, espectaculares visual y sonoramente. Con lo que el p¨²blico se felicit¨® por la arribada de una orquesta y un coro que ha hecho suyos al cuarto de siglo de existencia.