Destacados juristas consideran delictiva la orden del general Cassinello ante el 14-D

El general Jos¨¦ Cassinello, gobernador militar de C¨®rdoba y jefe de brigada, cometi¨® presumiblemente un delito al ordenar a sus subordinados que disparasen contra los piquetes que les cerraran el paso durante la huelga general del 14-D, seg¨²n juristas consultados por EL PA?S. El Ministerio de Defensa no le ha sancionado, alegando que la orden fue anulada por el capit¨¢n general de Sevilla, Ram¨®n Porgueres.

La circular, fechada el 13 de diciembre de 1988, en v¨ªsperas de la huelga general del 14-D, ordenaba a los mandos de la brigada que se incorporasen al d¨ªa siguiente a sus unidades y les daba instrucciones sobre la conducta a seguir en caso de que alg¨²n piquete les impidiera el paso. "Parar¨¢ el coche a distancia suficiente para hacerse o¨ªr y no ser rodeado; sacar¨¢ su arma y la montar¨¢; advertir¨¢ que como militar debe estar y est¨¢ de hecho al margen de la pol¨ªtica; pedir¨¢ con adem¨¢n decidido le dejen pasar, repiti¨¦ndolo por segunda vez si es necesario; en caso negativo, usar¨¢ del arma al aire; ante nueva negativa, usar¨¢ del arma a puntos no vitales (piernas); en caso negativo, se subir¨¢ al coche y emprender¨¢ la marcha; posteriormente, actuar¨¢ como las circunstancias le aconsejen", dec¨ªa la circular.Manuel Cobo del Rosal, catedr¨¢tico de derecho penal, considera que la orden era "absolutamente desproporcionada y fuera de lugar", ya que, en tiempo de paz, "el empleo de armas por militares s¨®lo puede llevarse a cabo en caso de leg¨ªtima defensa, y el simple supuesto de impedir el paso no comporta un caso de leg¨ªtima defensa". "Con todas las reservas", agrega, "hay indicios objetivos de que la orden pudiera estar incursa en la hip¨®tesis que contempla el art¨ªculo 139 del C¨®digo Penal Militar".

Dicho art¨ªculo castiga con cuatro meses a cuatro a?os de prisi¨®n al "militar que, en el ejercicio de sus funciones y sin causa justificada, ( ... ) ordenare ejercer contra cualquier persona violencias innecesarias para la ejecuci¨®n de un acto de servicio que deba realizar, u ordenare o permitiere (... ) uso il¨ªcito de las armas". La legislaci¨®n castrense no especifica qu¨¦ se entiende por uso il¨ªcito de las armas y deja dicha apreciaci¨®n en manos de los mandos, cuyas extralimitaciones castiga penalmente.

No obstante, en opini¨®n de varios juristas, se podr¨ªa aplicar "anal¨®gicamente" lo dispuesto por las ordenanzas para los centinelas, que s¨®lo pueden usar las armas "si tienen fundada sospecha de que resulta amenazada su persona o la seguridad de su puesto", es decir, ante una inminente agresi¨®n.

El car¨¢cter delictivo de la orden es sostenido, entre otros, por el abogado y coronel Juan Barja de Quiroga. Por el contrario, el tambi¨¦n letrado y coronel Gonz¨¢lo Mu?iz la considera "l¨ªcita", ya que, a su juicio, el mero hecho de impedir el paso constituye ya "una forma de agresi¨®n".