Paula reconoce que anda a la deriva
Rafael de Paula no disimulaba su abatimiento al finalizar la corrida y en la habitaci¨®n de su hotel, donde le acompa?aban sus hijos Rafael y Bernardo, reconoc¨ªa: "Estoy en un mal momento, ando a la deriva y muy inseguro". Agregaba que tal vez no fuera bueno que se mostrara tan sincero y hablara en contra suya porque ya lo har¨¢n bastante los dem¨¢s: "Con toda raz¨®n, bien es cierto".Sinti¨® l¨¢stima de s¨ª mismo cuando el p¨²blico se tom¨® en broma su actuaci¨®n con su segundo toro coreando con ol¨¦s sus mantazos en el ruedo: "Eso es muy triste, pero la gente estaba en su derecho". Junto a la pena tambi¨¦n le afloraban sentimientos de rebeld¨ªa ante la situaci¨®n: "Eso era lo peor, porque quer¨ªa estar bien y lo ve¨ªa imposi ble, con lo que aumentaba mi l¨¢stima e impotencia".
Al diestro gitano no le gustaron los toros, a los que calificaba de descastados, parados y a contraestilo, pero afirmaba que eso no era un atenuante a su p¨¦sima actuaci¨®n. Cuando se le pregunt¨® si, dado ese su mal momento y su edad, hab¨ªa pensado en retirarse, Paula elev¨® su hasta entonces entrecoratada voz: "Esa pregunta me deprime m¨¢s. Pero no, no me voy a retirar por ahora, mi rebeld¨ªa torera y mi dignidad me lo impiden. Antes he de resurgir y volver a triunfar. No s¨¦ c¨®mo, pero lo lograr¨¦ y entonces puede ser que me retire calladamente".
Sus hijos acudieron a la plaza para intentar ser testigos de una feliz actuaci¨®n de su padre, aunque preocupados por la responsabilidad. Se sentaron junto a Justo Algaba, sastre taurino e ¨ªntimo amigo de Paula, en una localidad del tendido tres, donde pasaron desapercibidos. Pese a ello, se marcharon despu¨¦s de la muerte del cuarto toro, para no escuchar algunos de los insultos que dirig¨ªan a su padre.
Cu¨¦llar se quer¨ªa morir
Juan Cu¨¦llar se mostraba contento de su actuaci¨®n en conjunto, con la excepci¨®n de sus fallos al descabellar a su segundo enemigo: "Me enfad¨¦ tanto al ver que despu¨¦s del tremendo esfuerzo y la gran estocada anterior lo echaba todo a perder, que me traicionaron los nervios y me quer¨ªa morir. Me daban ganas de pincharme, por el desprecio que sent¨ªa de m¨ª mismo". Indicaba que era la primera vez desde hace mucho tiempo que no acertaba: "Y me va a suceder en Las Ventas; es que es para matarme".
El diestro, al que tampoco agradaron los toros, cre¨ªa haber hecho una aceptable feria: "El balance es bueno, aunque no redonde¨¦. Pero he sido de los pocos que han cortado oreja, lo que no consiguieron casi ninguna de las figuras. Adem¨¢s siempre me march¨¦ entre ovaciones".
C¨¢mara coincid¨ªa en juzgar positiva su feria porque, en su opini¨®n, las tres tardes estuvo por encima de sus enemigos. Con respecto a ayer afirmaba que obtuvo grandes ol¨¦s y ovaciones s¨®lo con pases sueltos al primer toro, que nunca se tragaba una serie completa. Conclu¨ªa con un s¨ªmil concert¨ªstico: "No pudo sonar la m¨²sica de C¨¢mara, no porque fallasen los instrumentos, sino por las p¨¦simas partituras".
Babelia
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