Capital mestiza

La campa?a Todos amamos el mismo pa¨ªs, promovida por SOS-Racisme, se ha puesto en marcha con 16 millones de pesetas de presupuesto y la modelo mexicana Rosy como gancho. Todos recuerdan la frase de De Gaulle -"Francia es una idea, no una raza"- y nadie ha cobrado un franco por su trabajo. Modelo, fot¨®grafo y agencia de publicidad han unido esfuerzos para que el Trans Europ Concert que celebra hoy en la explanada del castillo de Vincennes, coincidiendo con los de Praga y Mosc¨², sea un ¨¦xito.Con un 6% de extranjeros sobre la poblaci¨®n total, Par¨ªs se ha convertido en la capital mestiza de Europa. Argelinos, marroqu¨ªes, tunecinos y turcos son, junto a portugueses, espa?oles e italianos, los principales n¨²cleos emigrantes. Y la m¨²sica no es ajena a esta fusi¨®n de razas y culturas.

Desde hace muchos a?os, Par¨ªs ha sido la casa madre que ha acogido a m¨²sicos africanos y orientales que eligieron la capital francesa como primera escala para lanzar su m¨²sica al resto del mundo. Salif Ke?ta, Cheb Khaled, Tour¨¦ Kunda Johnny Clegg, Mory Kante, Youssou. N'Dour, Xalam y muchos otros artistas africanos han escogido Par¨ªs como centro de operaciones. Mano Negra, les Negresses Vertes, Gipsy Kings y otros artistas franceses tambi¨¦n son fruto de la emigraci¨®n. Entre sus componentes hay descendientes de espa?oles, norteafricanos y de la Europa oriental.

Estos artistas han creado una m¨²sica nueva -M¨²sica del mundo, la llaman- que interesa a un p¨²blico occidental apasionado ante los nuevos est¨ªmulos y que descubre puntos de referencia hasta hoy marginados por la industria discogr¨¢fica.

Este crisol cultural ha convertido a Francia en la rampa de lanzamiento de una nueva est¨¦tica musical que ha situado a este pa¨ªs en una situaci¨®n de privilegio y dinamismo como no conoc¨ªa desde Brel, Brassens y los ye-yes de los a?os sesenta. Con el apoyo del ministerio de Cultura, a trav¨¦s de su titular, Jack Lang, la m¨²sica francesa como resultante de una fusi¨®n activa de culturas y tendencias es hoy conocida, apreciada y respetada en todo el mundo, precisamente por su generosidad en la apertura hacia el llamado tercer mundo y por la calidad de su mestizaje.