Polarizaci¨®n en Per¨² ante el probable triunfo de Fujimori en las presidenciales
El presidente aprista, Alan Garc¨ªa, y el ministro de Defensa, general Julio Vel¨¢zquez, aseguran que las Fuerzas Armadas de Per¨² respetan la Constituci¨®n y aceptar¨ªan al ingeniero hijo de japoneses Alberto Fujimori, de 51 a?os, si el domingo gana las elecciones. La probable victoria de Fujimori en la elecci¨®n presidencial ha desencadenado en Per¨² todas las polarizaciones imaginables: pobres contra ricos, protestantes contra cat¨®licos, blancos contra mestizos.
Fujimori se ha presentado en su campa?a como defensor de los pobres frente a la oligarqu¨ªa. Esto significa que muchos electores ven en El Chinito al hombre con preocupaci¨®n social frente a al pol¨ªtica de choque capitalista que se atribuye al programa del Frente Democr¨¢tico (Fredemo) y su candidato, el escritor Mario Vargas Llosa.El racismo latente en sectores de la sociedad peruana aflora con el eventual triunfo del candidato hijo de japoneses y casado con japonesa. En una entrevista con la revista S¨ª. Fujimori desminti¨® que en una helader¨ªa del elegante barrio lime?o de Miraflores se hubiesen negado a venderle a una de sus hijas. La explicaci¨®n que da Fujimori no es muy tranquilizadora: "En realidad, este hecho le ocurri¨® a una amiga de mi hija".
Estos d¨ªas pasados un peruano de origen japon¨¦s, ejecutivo de una empresa multinacional, no quiso acudir a un almuerzo de trabajo en un restaurante de lujo porque hab¨ªa padecido expresiones de rechazo por sus rasgos orientales. Muchos peque?os comerciantes peruanos de origen oriental, los llamados chinos, temen una victoria de Fujimori. Piensan estos comerciantes que, si gana el $ider de Cambio 90, ellos podr¨ªan pagar el pato y sus comercios convertirse en blanco de ataques, en caso de disturbios sociales provocado por un agravamiento de la crisis econ¨®mica.
A este conflicto latente, de clases, religioso y racial, se une otro de ¨ªndole militar: la actitud de las Fuerzas Armadas ante un eventual presidente japon¨¦s. El peri¨®dico La Rep¨²blica, adicto a Fujimori, titul¨® el jueves, en primera y a toda plana: "Alan Garc¨ªa descarta rumores infundados. Fuerzas Armadas no rechazan a Fujimori". El gigantesco titular respond¨ªa a una breve respuesta de Garc¨ªa, en la que negaba la existencia de una oposici¨®n de los militares a Fujimori y afirmaba la subordinaci¨®n a la Constituci¨®n de las Fuerzas Armadas.
Con tono abrupto, el ministro de Defensa, general Vel¨¢zquez, declar¨® sobre este asunto a los periodistas: "Observaremos exactamente los principios y las normas instituidas en nuestra Constituci¨®n. As¨ª que las Fuerzas Armadas respetan la decisi¨®n del pueblo y las normas legales vigentes. Si eso hay [rumores de que no aceptar¨ªan a Fujimori], gente interesada habr¨¢ en que se piense que as¨ª es".
El papel de los militares en el proceso electoral de Per¨² no es nada desde?able. Una de las actas de escrutinio de cada mesa se entrega al representante de las Fuerzas Armadas. En caso de elecci¨®n cerrada, con un escrutinio oficial lento y anuncios no oficiales anticipados, basados en proyecciones por muestreo, no se pueden descartar las acusaciones de fraude. En ese caso, los militares podr¨ªan erigirse en ¨¢rbitros de la disputa y asegurar que su c¨®mputo es el aut¨¦ntico.
Fujimori parece haber captado el peligro y trata de ganarse la benevolencia de los militares. En un reciente mensaje a las Fuerzas Armadas en un estilo rimbombante el candidato expresa su "encendido homenaje a los h¨¦roes" y "las m¨¢s puras advocaciones del hero¨ªsmo".
Para no quedarse s¨®lo en la verborragia, Fujimori mete en su mensaje una oferta electoral al afirmar que atender¨¢ no s¨®lo las necesidades de equipo, sino tambi¨¦n el bienestar del personal militar, en una clara alusi¨®n a los bajos sueldos del Ej¨¦rcito: un general gana el equivalente a 20.000 pesetas al mes.
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