Bohemia y embudo
Octubre aceler¨® el relevo de las generaciones literarias. Los viejos: Bunin, Andreev, se exiliarion. Simbolistas y acme¨ªstas se fueron apagando. La nueva generaci¨®n no era homog¨¦nea. Malakovski, en el Diccionario de las expresiones condenadas a desaparecer en la era comunista, incluy¨® las palabras "borracho", "bohemio", "Bulgakov". Hoy Bulgakov es el m¨¢s le¨ªdo. Ello revela la sinuosa historia de la literatura sovi¨¦tica. Con el paso a la NEP surgieron m¨²ltiples organizaciones literarias, cuya afinidad est¨¦tica se cimentaba en el origen social. La m¨¢s poderosa era la RAAP, que desde su primogenitura proletaria establec¨ªa las pautas y agrupaba a oportunistas, demagogos y algunos novelistas de renombre. Apoy¨¢ndose en Trotski, el grupo El Paso negaba la existencia de una literatura espec¨ªficamente proletaria. Entre los "hermanos SerapIon", animados por Gorki, destacaban Ivanov, Fedin , Shklovski, y Soshcheriko, cuya visi¨®n sat¨ªrica le convirti¨® en v¨ªctima del inquisidor Zdanov. Una especie de hermano mayor era Zamiatin, autor de Nosotros, una antiutop¨ªa sobre los estados totalitarios: emigr¨® en 1932, a los comienzos del estalinismo. Las refriegas literarias a fines del per¨ªodo fueron Interpretadas como batallas con vencedores y vencidos. Y con sangre: Visiolyi, Babel, Pilniak, lasenski fueron fusilados. Otros cayeron en los campos de concentraci¨®n. Contra toda l¨®gica se salvaron los que con el tiempo ser¨ªan considerados los m¨¢s grandes: Bulgakov y Platonov. En 1934 la literatura sovi¨¦tica alcanzaba ya la homogeneidad para entrar en la Uni¨®n de Escritores y quedar atrapada en el embudo del realismo socialista.
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