El fin de una larga agon¨ªa
El Grupo 47 se re¨²ne en Praga, 23 a?os despu¨¦s, para testimoniar su desaparici¨®n
El escritor Hans Werner Richter volvi¨® a convocar, hace unas semanas, al denominado Grupo 47, que contribuy¨® a transmitir al mundo una imagen humanista nueva de Alemania. Hac¨ªa 23 a?os que no se reun¨ªa oficialmente. Al encuentro, celebrado en Praga a puerta cerrada, asistieron algunas de las figuras m¨¢s legendarias del n¨²cleo: G¨¹nter Grass, W. H¨®llerer y el propio Richter, pero fueron m¨¢s destacadas las ausencias: Enzensberger y Walser. El grupo repiti¨® el ritual de lectura de textos in¨¦ditos. Pero, en esta ocasi¨®n, el viejo ritual s¨®lo sirvi¨® para confirmar que ya no es v¨¢lida aquella est¨¦tica formativa, preconizada por el grupo, que quer¨ªa aunar el potencial humanizador de la literatura con susobligaciones pol¨ªticas.
La literatura, y con ella el mercado literario alem¨¢n de posguerra, estuvo marcada por dos acontecimientos singulares: uno suficientemente conocido por todos, la Feria de Francfort, y otro m¨¢s desconocido para la mayor¨ªa, los encuentros anuales del Grupo 47, nombre que se debe a G. Brenner y que fue elegido, por lo dem¨¢s, en analog¨ªa con nuestra generaci¨®n del 98.Hans Werner Richter, fundador y cabeza visible del grupo, logr¨® que sus parties privados -una mezcla de c¨ªrculo de amigos, mercado literario y club de debate pol¨ªtico- se constituyeran no s¨®lo en peque?a copia del propio mercado, sino que logr¨® algo m¨¢s dif¨ªcil y que no tiene, como fen¨®meno, paralelo en la literatura del resto de Europa: que la historia del Grupo 47 llegara a hacerse pr¨¢cticamente id¨¦ntica a la historia de la literatura alemana de posguerra, como notar¨¢ quien recorra la lista de sus debutantes. B¨®ll en 1951; en 1952, Paul Celan, I. Bachmann e llse Alchinger; en 1953, Martin Walser; Enzensberger en la mitad de los cincuenta; en 1957, S. Lenz; en 1958, lee Grass un texto del Tambor de hojalata; en 1959, Uwe Johnson; en 1963, lee Peter Weis su Marat-Sade; mediados los sesenta surgen H. Fichte y K. B ayer.
El procedimiento por el que Richter consigui¨®, a partir del grupo reunido por primera vez en Bannwaldsee el 10 de octubre de 1947 y del que ¨¦l es el ¨²nico superviviente, un monopolio as¨ª fue sencillo: un n¨²cleo duro muy heterog¨¦neo de participantes m¨¢s o menos permanentes (cuyas figuras m¨¢s representativas acabar¨ªan siendo el sheriff Richter y el subsheriff Grass), completado por el contorno blando de participantes variables. En el m¨¦todo, un ritual extraordinariamente f¨¦rreo creado e impuesto por Richter: invitaciones personales e intransferibles de Richter; el invitado, sentado en la llamada silla el¨¦ctrica, lee, rodeado por los colegas invitados, algo in¨¦dito de su obra, a lo que seguir¨¢ una cr¨ªtica espont¨¢nea sin que el criticado tenga derecho a respuesta; la cr¨ªtica deb¨ªa reducirse a lo le¨ªdo y estaban absolutamente prohibidas las disputas. Las lecturas se hac¨ªan en un orden s¨®lo conocido por Richter.
Enterrado definitivamente
De esos dos grandes acontecimientos s¨®lo existe, desde hace unas semanas, uno: la feria. El otro fue enterrado definitivamente hace unos d¨ªas, a unos 30 kil¨®metros al suroeste de Praga, en el palacio de Dobris, donde, tras 23 a?os de ausencia, se reuni¨® de nuevo el denominado Grupo 47, o los restos de lo que se llam¨® as¨ª en su d¨ªa. Esa muerte no tiene en s¨ª misma nada de repentina, sino que se asemeja a una larga, dolorosa y dificil agon¨ªa iniciada en los a?os sesenta y desatada, ya claramente, en los encuentros del grupo del a?o 1964 en Sigtuna (Suecia) y, sobre todo, en Princeton (EE UU) en 1966, donde un debutante del que hasta entonces nadie hab¨ªa o¨ªdo una palabra, el hoy famoso Peter Handke, aprovech¨® las luces y focos de la prensa para, en plan enfant terrible, darse a conocer al mundo.La tensa situaci¨®n pol¨ªtica creada en 1968 acab¨® con los encuentros. Hac¨ªa 23 a?os que el grupo no se reun¨ªa oficialmente. El que se reunieran ahora en Praga y eligieran esa ciudad tiene una explicaci¨®n. En palabras del propio Richter: "... Quedaba un encuentro que les hab¨ªa prometido ya en 1965 a los escritores de Praga. Deber¨ªa haberse hecho en septiembre de 1968. Escrib¨ª, una vez m¨¢s, mis tarjetas de invitaci¨®n. Pero el Ej¨¦rcito Rojo se me adelant¨®... En una larga conferencia telef¨®nica les promet¨ª a los escritores checos que el Grupo 47 s¨®lo volver¨ªa a reunirse cuando el encuentro fuera posible en Praga, lo que significaba posponerlo sin fecha. He cumplido la promesa...".
Tras 23 a?os, el mismo ritual ceremonioso y f¨¦rreo: invitados por Richter, asistieron unos 60 participantes, de los que 21 estaban invitados a leer; el encuentro se cerr¨® herm¨¦ticamente a la prensa, con pocas excepciones. Estaban presentes algunas de l¨¢s figuras m¨¢s legendarias del n¨²cleo duro -Grass, Richter, H¨®llerer- m¨¢s otros miembros y escritores alemanes famosos: J. Becker, Ingrid Bacher, Chr¨ªstoph Hein, C. Amery, Peter Bichsel. Resaltaban m¨¢s, sin embargo, las ausencias: primero, las de los miembros fallecidos -B¨®ll, Uwe Johrison, P. Weis, Fichte-; despu¨¦s, las de los meros ausentes: entre ellas, especialmente destacadas; las de Enzensberger y Walser, m¨¢s las de cuatro de los cinco magn¨ªficos (el grupo de cinco cr¨ªticos famosos, Walter Jens, Hans Mayer, J. Kaiser, Relch-llanicki, W. H¨®llerer). Uno de viaje en China, el otro exig¨ªa un taxi para ir a Praga, otro semienfermo... Por parte checa, entre otros, el respetado ex presidente de la Sociedad de Escritores, exiliado durante a?os en Londres, Goldst¨¹cker, y el presidente Havel, que aunque no particip¨® en el encuentro se present¨® en el palacio Dobris a recoger el Premio al Libro Pol¨ªtico, de la Fundaci¨®n Ebert.
De los textos le¨ªdos hay que destacar dos narraciones breves de P. Bichsel sobre un hombre que quiere ser mujer y sobre una joven modista que finge un ataque de apendicitis. Algunas bellas met¨¢foras en un largo poema de J. Becker, los sue?os como vagones de un gran tren. Tres magn¨ªficos poemas de H¨®llerer, en los que Praga juega un papel especial, que forman parte de un libro con un hermos¨ªsimo t¨ªtulo alem¨¢n, algo as¨ª como Escrito en el muro a la salida del museo del siglo, poemas que componen una magn¨ªfica y dram¨¢tica foto impresionista del siglo. Y, sobre todo, el momento estelar y esperado por todos: Grass y su lectura de un peque?o texto in¨¦dito titulado Las nubes como un pu?o sobre el bosque, parte del libro Madera muerta. Un texto ecol¨®gico, en defensa del bosque y de la naturaleza, de lenguaje poderoso y trabajado, en el que los ¨¢rboles, con las ra¨ªces vueltas al cielo, son como seres sin palabras. Un texto de denuncia ecol¨®gica en el que la ecolog¨ªa prueba la poca penetraci¨®n de la palabra. Un texto asimismo pol¨ªtico: no faltan referencias, entre ir¨®nicas y cr¨ªticas, a los articulistas y editorialistas que lo saben todo, lo analizan todo; a los pensadores que piensan que la naturaleza "ya se sabr¨¢ ayudar ella sola". Est¨¢ presente tambi¨¦n el tema pol¨ªtico por excelencia: la reunificaci¨®n alemana, ya realizada en los bosques, todos igual de muertos, en el Este y en el Oeste.
Nostalgia
El legendario encuentro degradado a una ritualizaci¨®n del viejo grupo, ya sin su pulso, mediante una- reevocaci¨®n nost¨¢lgica de los ritos gloriosos del pasado. Autohomenaje del grupo al grupo, en el que, por atm¨®sfera, estilo y figuras, uno cree estar en un filme de Visconti: los supervivientes de una gran familia toda decadencia que domin¨® un d¨ªa la literatura alemana reunidos en el ¨²nico palacio que les queda. Aparte de promesas y de nostalglas, queda como ¨²nica Justificaci¨®n real del encuentro la raz¨®n pr¨¢ctica de los checos: el intento de importaci¨®n literaria del fen¨®meno 47. Como resalt¨® en su certero discurso de apertura el escritor Jirl Grusa, los checos necesitan, para acabar con la bancarrota moral del pasado literario inmediato, un tipo de literatura basada en la Iejania como principio met¨®dico de cualquier inmediatez", literatura sin pathos ni mesianismos, cosas que no puede aportar la vieja praxis de la resistencia, y que fue lo que precisamente aport¨® en su d¨ªa el Grupo 47.
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