El 'Loco' Higuita, el portero del futuro
Las mujeres colombianas aplicaron la l¨®gica del oso (cuanto m¨¢s feo m¨¢s hermoso) a una encuesta que las invitaba a decidir qui¨¦n era el jugador m¨¢s atractivo de la selecci¨®n nacional de su pa¨ªs y eligieron a Ren¨¦ Higuita. El resultado, duro golpe para la belleza, indica el grado de popularidad del portero colombiano. Rasgos dif¨ªciles, piel morena y pelo muy largo completan una figura estrafalaria pero menos poderosa que su personalidad. Los porteros suramericanos de aspecto tan sigular est¨¢n condenados a apodos como Mono o Gato; ¨¦l no. Ren¨¦ Higuita es conocido como El Loco, sobrenombre con el que se suele castigar a los adelantados que le abren horizontes nuevos al limitado mundo de los porteros. El argentino Gati es el mejor ejemplo.A sus 23 a?os, El Loco Higuita ya fue acusado de rid¨ªculo, exhibicionista e irresponsable s¨®lo porque la porter¨ªa le queda peque?a a su talento expansionista. Hasta los 13 a?os jug¨® de delantero centro, por eso guarda tanta vocaci¨®n atacante. Las condiciones naturales lo retrasaron hasta la porter¨ªa y el instinto, junto a su fuerte personalidad, se encargaron de hacer la revoluci¨®n.
Cuando el entrenador de Colombia, Francisco Maturana, lleg¨® al Nacional de Medell¨ªn, Higuita ya estaba inventado. El entrenador se enamor¨® de las prestaciones t¨¢cticas del portero del futuro y tuvo el m¨¦rito de promoverlo a la titularidad contra la opini¨®n de los bienpensantes. Maturana fue acusado de d¨¦bil por "dejar hacer a ese loco lo que le daba la gana" y respondi¨® llevando a ese mismo loco a la selecci¨®n nacional de Colombia, de la que tambi¨¦n era m¨¢ximo responsable. Si es cierto que "ser artista es atreverse a fracasar", tan artista es Maturana como Higuitas. Uno por arriesgar y el otro por confiar en el riesgo.
Licencia para escapar
Alg¨²n d¨ªa, en mitad de un partido, llamar¨¢n por tel¨¦fono a la porter¨ªa de Higuita y alguien, qui¨¦n sabe qui¨¦n, contestar¨¢ que ha salido. Arquero con la mente en el arco ajeno, portero con licencia para escapar, guardameta con derecho al amplio jard¨ªn comunitario que es todo campo de f¨²tbol; ¨¦se es Ren¨¦ Higuita. Que lance y detenga penaltis es una an¨¦cdota menor; estamos hablando de un portero que no sale del ¨¢rea para despejar sino para jugar.
Es el l¨ªbero de una defensa en l¨ªnea y en sus ratos libres trabaja de portero. Se le puede ver anticipando de cabeza, bajando la pelota con el pecho, tirando paredes o jugando en profundidad Despu¨¦s de cualquiera de esos viajes regresa con cara de no haber roto un plato al previo en donde le dejan usar las manos dejando en el aire miradas perplejas, sonrisas incr¨¦dulas, ges tos de estupor.
?Qui¨¦n dijo que en f¨²tbol est¨¢ todo inventado?
Curiosamente, Higuita tiene sus guardaespaldas delante. VIgilando su porter¨ªa desde tan lejos corre el riesgo de que una pelota lo sorprenda por arriba: "Si eso ocurre es porque entre las l¨ªneas existi¨® un desajuste", precisa Maturana. Colombia juega con una separaci¨®n de l¨ªneas (defensiva, media y atacante) que no debe ser nunca superior a los 15 metros y la actitud de los jugadores en la recuperaci¨®n del bal¨®n debe ser siempre presionante. Al rival le resulta dif¨ªcil encontrar claridad para tirar desde lejos.
Tambi¨¦n cuando sale a jugar fuera de su ¨¢rea se activan algunos elementales dispositivos de seguridad. Como un paracaidista en caso de peligro, el mismo Higuita acciona dos: agarra la pelota con la mano o comete falta contra un adversario. Si no funcionan, dos defensores estar¨¢n debajo de los palos en un intento ¨²ltimo de salvar la vida del paracaidista y la propia.
Ren¨¦ Higuita tiene la frialdad del transgresor y el coraje de ser peculiar en cualquier parte. No parece encontrar diferencias entre un partido amistoso en el estadio El Camp¨ªn de Bogot¨¢ y un encuentro por el Campeonato del Mundo en el Giuseppe Meazza frente a Alemania. Como el f¨²tbol es contagio, esa desenvoltura se la transmite a sus compa?eros desde el primer acto de atrevimiento.
Es bajo para su puesto (no alcanza 1,75 metros) y tiene dificultades para descolgar centros. ?sos son sus ¨²nicos puntos d¨¦biles. "Si no, ser¨ªa Dios", aclara Maturana.
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