El problema es el espacio
El director del museo del Prado prefiri¨® contestar por escrito a un cuestionario de un redactor de este peri¨®dico, por no poder acudir, a causa de una reuni¨®n de trabajo, a una cita previamente concertada para la entrevista. Hace unos d¨ªas tambi¨¦n pidi¨® un cuestionario a una redactora de este peri¨®dico que pretend¨ªa entrevistarle; entonces no respondi¨®, al marchar de viaje. El cuestionario al que contest¨® el jueves es el siguiente:Pregunta. Cu¨¢l es el principal problema de El Prado en la actualidad?
Respuesta. Fundamentalmente, la carencia de espacio para guardar sus colecciones.
P. ?Por qu¨¦ no se publica el bolet¨ªn del museo?
R. Lleva un retraso de un a?o, ocasionado por la dificultad de reunir material de calificaci¨®n suficiente para completar su n¨²mero de p¨¢ginas. Al haber fijado su tem¨¢tica s¨®lo sobre obras del propio museo, no es sencillo disponer de ese material a plazo fijo. Se estudia la posibilidad de convertirlo en anuario. El de 1989 saldr¨¢ en breve.
P. ?Es cierto que existe una falta de contacto y colaboraci¨®n entre la direcci¨®n del museo y algunos de sus principales conservadores?
R. La direcci¨®n reclama continuamente iniciativas y colaboraciones a todos los miembros del equipo. Si algunos no responden, es a ellos a quienes se deben preguntar las razones.
P. ?Es cierto que algunos conservadores no quieren viajar, acompa?ando cuadros, a causa de las muy bajas dietas previstas? ?Es cierto que en su defecto los cuadros van acompa?ados por restauradores?
R. Acompa?ar a los cuadros para las exposiciones es obligaci¨®n de conservadores y restauradores. En ocasiones, es incluso preferible que viajen los restauradores, ya que pueden, en un momento dado, realizar intervenciones y sugerir actuaciones con m¨¢s directo criterio profesional. Las dietas est¨¢n fijadas por normas administrativas. En efecto, son muy bajas, pero no dependen del museo.
P. ?Cu¨¢l es el sueldo promedio de un conservador?
R. 200.000 pesetas.
P. ?Es cierto que usted y la subdirectora, Manuela Mena, dirigen de una manera tan exclusiva el museo que, en su ausencia, nadie podr¨ªa asumir la resoluci¨®n de un problema grave?
R. Se procura que si el director est¨¢ ausente, est¨¦ la subdirectora. Si por alguna circunstancia ambos est¨¢n ausentes, asume la direcci¨®n el gerente. S¨®lo a t¨ªtulo excepcional, y por expresa delegaci¨®n escrita, puede asumir la resoluci¨®n de problemas graves un conservador, generalmente el m¨¢s antiguo. Esta norma es similar en cualquier instituci¨®n de caracter¨ªsticas an¨¢logas.
P. ?C¨®mo se encuentra el problema del espacio? ?Va a ceder el gobierno el palacio de Buenavista?
R. La resoluci¨®n del problema est¨¢ en manos del gobierno. Existe la promesa de resolver el problema y confiamos en que, seg¨²n expresa promesa, puedan resolverse estos problemas con el palacio de Buenavista. Ignoramos cu¨¢ndo puede ¨¦sto ser realidad.
P. ?Cu¨¢les son los principales objetivos ahora en la gesti¨®n del museo?
R. El primero es la resoluci¨®n del espacio, una vez conseguidos otros objetivos que fueron prioritarios: la conclusi¨®n de las obras y la actualizaci¨®n de los inventarlos [se ha publicado el primero de tres vol¨²menes]. Puede a?adirse la sistem¨¢tica restauraci¨®n y limpieza de las obras del museo y la publicaci¨®n de los cat¨¢logos cr¨ªticos, que est¨¢ en manos de los conservadores: no hay fecha para su realizaci¨®n.
Exposiciones
P. Usted ha criticado la asistencia masiva de visitantes a la exposici¨®n Vel¨¢zquez. ?Cu¨¢l es su pol¨ªtica de exposiciones?
R. No he criticado la asistencia masiva sino lo irracional de que quienes nunca hab¨ªan visitado el museo hicieran colas de seis horas, cuando la mayor parte de las obras hac¨ªan parte de la colecci¨®n permanente. La pol¨ªtica de exposiciones, fijada por el patronato, procura organizar exposiciones de gran atractivo, como la de Vel¨¢zquez, con otras de car¨¢cter puntual.
P. ?Por qu¨¦ la mayor parte de los cat¨¢logos del Prado son encargados a la misma persona y a la misma casa editorial?
R. No es cierto que se encarguen siempre a las mismas personas y editoriales, pero en cualquier caso la predilecci¨®n por alguno va condicionada a la mayor calidad, y gracias a ello se ha obtenido un cierto car¨¢cter espec¨ªfico en los aspectos creativos de los cat¨¢logos del Prado, de enorme prestigio. En el caso de Vel¨¢zquez [250.000 ejemplares] se han batido todos los records.
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