De color

Desconozco las normas del Libro de estilo de EL PA?S sobre la raza y, en consecuencia, del racismo. Considero a EL PA?S un diario serio y de contenido intelectual, por lo que no deja de ser sorprendente las noticias de algunos de sus corresponsales en el extranjero, y de algunos redactores desde el interior, sobre el tema. Les recomiendo, si cabe, la lectura del suplemento del jueves 7 pasado.Todo este pre¨¢mbulo tiene su origen en la noticia fechada en Almer¨ªa, con este titular: "Un hombre de 'color' recibe una paliza". (EL PA?S, domingo 10 de junio de 1990, p¨¢gina 17). El desarrollo de la misma comienza situando al lector con "un trabajador guineano recibi¨® una 'brutal paliza' en un bar de La Mojonera (Almer¨ªa)...". Pues bien, resulta que este ciudadano, este hombre, ha recibido dos palizas: una es la f¨ªsica que le proporcionaron unos cobardes que, escondidos tras los efectos del alcohol, han manifestado su poca altura de hombres; la otra, de orden moral, se la da quien redacta la noticia y, por extensi¨®n, la redacci¨®n del peri¨®dico al admitirla tal cual.

Que se sepa, en el mundo hay cinco razas, pero ninguna es catalogada por s¨ª sola como de color. Definir a un africano como hombre de color no es decir nada, o en todo caso, manifestar una actitud de rechazo a su persona, y por tanto es una actitud de racismo. Algo que con frecuencia se les oye decir a los locutores de radio y televisi¨®n en las retransmisiones deportivas cuando se dirigen a los negros con el negrito, el morenito, el hombre de color, etc¨¦tera. Se vio en el partido Argentina-Camer¨²n c¨®mo el locutor de TVE calific¨® el juego del equipo africano de primario. ?Es Espa?a racista? El racismo a veces no es s¨®lo una paliza f¨ªsica; puede tambi¨¦n ser, y lo es, la palabra dicha o escrita.-