Irlanda parte como v¨ªctima propiciatoria ante una selecci¨®n italiana rebosante de euforia
SANTIAGO SEGUROLA La selecci¨®n irlandesa aparece en los cuartos de final como la v¨ªctima segura de Italia, tal es el grado de euforia que se vive en este pa¨ªs. Los irlandeses llegan al partido de hoy (nueve de la noche, TVE-2) con el papel de honrados jornaleros del f¨²tbol, como un equipo que deber¨¢ rendirse a la clase, la verticalidad y la eficacia de los jugadores de Vicini. Nadie en Italia concede una posibilidad a Irlanda. El clima de satisfacci¨®n es de tal magnitud que incluso se descuenta el margen sorpresivo que siempre guarda un encuentro de f¨²tbol. La confianza en la selecci¨®n italiana es absoluta. La victoria frente a Uruguay desterr¨® los ¨²ltimos fantasmas.
Aquel partido confirm¨® que los italianos tambi¨¦n tienen car¨¢cter para superar los obst¨¢culos imprevistos. Uruguay despert¨® una inquietud que en ning¨²n momento ha provocado el anuncio de este partido frente a Irlanda cuyo juego simple y aguerrido no presenta las aristas del f¨²tbol uruguayo.Irlanda jugar¨¢ con calentura como siempre, y eso es lo que quiere Italia. Los jugadores de Vicini han demostrado que manejan a la perfecci¨®n los encuentros de alto voltaje, de ritmo trepidante. Sus ¨²nicos problema han llegado cuando el f¨²tbol del rival se ha vuelto denso. No ser¨¢ Irlanda una selecci¨®n de pasito corto y madeja continua. El pelotazo largo de sus futbolistas garantiza a Italia la posesi¨®n de la pelota durante todo el partido y la posibilidad continua de crear ocasiones.
El partido reunir¨¢ a dos aficiones satisfechas. La italiana prepara la embestida para alcanzar el gran partido final; la irlandesa celebra con su placidez habitual los excelentes empates de su selecci¨®n. A Roma han llegado cerca de 20.000 irlandeses que caminan por sus calles aplastados por la can¨ªcula de la capital italiana. La carencia de entrada para ellos ha movilizado al Gobierno de Dubl¨ªn. Los buenos oficios del ministro de Deportes Frank Fahey, han logrado que 9.000 irlandeses puedan asistir a partido. La caza de entradas e incesante, aunque se da por seguro que la mitad de los seguido res del equipo de Jack Charlton no podr¨¢n acceder al estadio, lo que puede acarrear alg¨²n problema.
La baja de Ancelotti
Italia llega con tal seguridad a encuentro que nadie est¨¢ preocupado por la baja de Ancelotti aquejado ahora de dolores de lumbago, y la sanci¨®n de Berti por doble amonestaci¨®n. Al equipo retorna Donadoni, lesionado frente a Checoslovaquia. La vuelta del interior del Milan a?ade m¨¢s potencia al juego ofensivo de Italia.
Vicini volver¨¢ a contar con Baggio y Schillaci. La prueba puede ser muy interesante. La defensa irlandesa se caracteriza por su facilidad en el juego a¨¦reo y su contundencia. En este sentido, Baggio y Schillaci son dos jugadores livianos, que quieren jugar siempre con el bal¨®n en el suelo. Entre la astucia de estos dos futbolistas y la acorazada defensa irlandesa se puede presentar un duelo muy, agradecido.
Mientras Italia parte como favorito indiscutible, la delegaci¨®n irlandesa adopta el tono discreto que le acompa?a desde el primer d¨ªa. Jack Charlton dedica la mayor parte de sus jornadas a ironizar sobre el f¨²tbol primitivo que practican sus jugadores y recuerda que los resultados no han sido nada malos hasta el momento. Para los jugadores, estos d¨ªas han servido para encender una abrupta vena religiosa. Tras recibir la bendici¨®n del papa Juan Pablo 11, uno de ellos, el portero Pat Bonner, ha manifestado que tras el Mundial se retirar¨¢ a un convento para realizar unos ejercicios espirituales.
Con todo este entorno, da la impresi¨®n de que el partido est¨¢ salpicado de demasiados aspectos anecd¨®ticos. Es dif¨ªcil encontrar entre los jugadores italianos una declaraci¨®n de temor hacia sus rivales. Ellos, los portadores de la riqueza y el poder futbol¨ªstico, se enfrentan contra los representantes por excelencia del f¨²tbol antiguo, de la patada a la pelota y el topetazo al rival. As¨ª las cosas, nadie entre los aficionados locales logra imaginarse otra cosa que una f¨¢cil victoria.
Vicini parece dispuesto a colocar a De Agostini en el lugar de Berti, mientras descifra la educaci¨®n que le presenta Vialli en el banquillo. Carnavale puede quejarse en el desierto, pues no cuenta con respaldo alguno entre la afici¨®n y la cr¨ªtica, pero Vialli lleg¨® a ser el estandarte del equipo. Ahora est¨¢ en el banco, serio problema para el entrenador.
Alineaciones probables:
Italia: Zenga; Ferri, Baresi, Bergomi, Maldini; De Agostini, Donadoni, De Napoli, Giarmini; Baggio y Schillaci.
Irlanda: Bonner; Morris, Staunton, McCarthy, Moran, McGrath; Houghton, Townsend, Cascarino (o Aldridge); Sheedy, y Quinn.
?rbitro: Carlos Silva Valente, de Portugal.
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