Corcuera: "La muerte de los etarras fue cosa de tres"

El ministro del Interior, Jos¨¦ Luis Corcuera, que compareci¨® voluntariamente ayer en el Congreso de los Diputados para informar sobre la muerte de los etarras Juan Mar¨ªa Lizarralde y Susana Arregui en la Foz de Lumbier (Navarra), afirm¨® que ese hecho fue "sin duda cosa de tres". Corcuera se?al¨® que caben dos posibilidades: o los tres integrantes del comando decidieron colectivamente suicidarse o el jefe del grupo, Lizarralde, dispar¨® contra su compa?era o compa?eros. Rest¨® importancia al hecho de que la mujer tuviera dos disparos en la cabeza y cit¨® varios casos de suicidas que llegaron a dispararse dos veces.

El ministro del Interior se?al¨® en repetidas ocasiones que su comparecencia no obedec¨ªa a un intento de demostrar la inocencia de la Guardia Civil, porque ¨¦sta la supone, como corresponde a un Estado de derecho y que "los que crean que el Instituto armado es culpable deben de aportar las pruebas correspondientes".Corcuera atac¨® a aquellos que siempre ponen en duda la actuaci¨®n de las fuerzas de seguridad e insinu¨® que exist¨ªan "200.000 procedimientos para que no estuvi¨¦ramos en esta situaci¨®n", por si alguien viera "la mala voluntad del ojo por ojo" de la Guardia Civil en este caso. El ministro dijo que dado lo abrupto de la zona y su abundante vegetaci¨®n, en el caso de que los agentes hubieran tenido que defenderse de un ataque armado con posterioridad al asesinato del sargento, hubiera sido aconsejable la utilizaci¨®n de disparos a r¨¢fagas, pero que este supuesto no se produjo.

Respecto a las dudas sobre que los etarras decidieran suicidarse, Corcuera detall¨® los casos de otros seis miembros de ETA, Juan Bautista Goikoetxea, Jes¨²s Artetxe, Jos¨¦ Manuel Mart¨ªnez, Jos¨¦ Bernardo Iraola, Jes¨²s Julen Orbegozo y Miguel Uriaguerreca, que optaron por quitarse la vida al verse acosados.

Dos disparos en la sien

El ministro afirm¨® que el hecho de que Susana Arregui presentara dos impactos en la cabeza no debilita la hip¨®tesis del suicidio, porque pudo producirse por una sobrepresi¨®n en el gatillo, como ya ha ocurrido en otras ocasiones. Corcuera respald¨® su aserto con datos de dos guardias civiles que se suicidaron con dos disparos de su arma reglamentaria cada uno en los acuartelamientos de Tarifa y Vitoria, en 1977 y 1987, respectivamente.

El ministro hizo un pormenorizado relato de los hechos y se?al¨® que la verdad sobre la muerte de los dos terroristas se conocer¨¢ al 100 '//o, con absoluta seguridad cuando la justicia finalice las investigaciones. "Pero esa verdad sin duda es s¨®lo cosa de tres", apostill¨®. Seg¨²n el ministro, el sargento Jos¨¦ Luis Herv¨¢s y el cabo primero Domingo Ortega, del puesto de Lumbier fueron a mediod¨ªa del lunes, d¨ªa 25, a la Foz para prevenir posibles robos en veh¨ªculos de los excursionistas. Patrullaban la zona en un todoterreno desde el camino paralelo al curso del r¨ªo, y al llegar a una curva desde donde se divisa la mayor parte del r¨ªo, el sargento observ¨® unas bolsas en la orilla que le infundieron sospechas. El suboficial baj¨® el desnivel hasta la orilla y mientras tanto, otro Nissan de la Guardia Civil, procedente de Sang¨¹esa, en el que viajaban el sargento Jos¨¦ Dom¨ªnguez y el guardia Benito Rivero se acercaron al primer veh¨ªculo. El cabo Ortega inform¨® al sargento Dom¨ªnguez que su superior hab¨ªa bajado a la orilla, y ¨¦ste le indic¨® que le llamase. El cabo hizo sonar un silbato y seguidamente se oyeron varias detonaciones.

Los guardias vieron al sargento en el suelo y a dos hombres y una chica que corr¨ªan r¨ªo arriba. Les dieron el "alto" y los terroristas respondieron con disparos. Se produjo entonces un enfrentamiento en el que result¨® herido el sargento Dom¨ªnguez. Los guardias decidieron evacuar al herido y conectar con el mando.

Dos periodistas holandeses que estaban en las inmediaciones, oyeron los disparos y se aproximaron a ver que ocurr¨ªa. Los tres etarras, que llegaban corriendo, uno de ellos herido, les abordaron y les preguntaron si ten¨ªan coche. Los dos extranjeros respondieron que no por se?as y los etarras bajaron de nuevo a la hondonada y se ocultaron en la maleza.

Posteriormente oyeron una nueva detonaci¨®n procedente del t¨²nel de Lumbier, aunque ignoran qui¨¦n pudo disparar.

En la zona no hubo guardias civiles hasta las 12.45 horas, en que dos agentes de paisano en un coche particular, al conocer las primeras informaciones, recorrieron la Foz procedentes de Lumbier. A las 12.55 horas, el cabo Ortega y el guardia Rivera, despu¨¦s de haber evacuado al herido, volvieron a la zona con asistencia m¨¦dica y un sacerdote.

Al llegar al lugar de los disparos encontraron el cad¨¢ver del sargento Herv¨¢s, al que le faltaba la pistola. A las 13.15 horas la Foz hab¨ªa sido despejada de excursionistas y hab¨ªa sido bloqueada por una compa?¨ªa de los GAR (Grupo Antiterrorista Rural). Un helic¨®ptero sobrevolaba el lugar desde las 12.35 horas.

A las 20.45 una patrulla del GAR localiz¨® a uno de los etarras semioculto. Era Germ¨¢n Rubenach que llevaba una pistola al cinto y la cara cubierta de sangre. Fue detenido y evacuado.

Al d¨ªa siguiente fueron encontrados Lizarralde y Susana Arregui. El ten¨ªa el cuerpo parcialmente sumergido y un disparo en la cabeza. Bajo el cad¨¢ver se encontr¨® una pistola Browning. Ella estaba a metro y medio de Lizarralde, entre unos matorrales. A su lado estaba la pistola del sargento y dos casquillos marca Santa B¨¢rbara.