M¨¢s crias, menos sitio
El Zoo de Madrid comienza a tener problemas de superpoblaci¨®n
El Zoo de Madrid cuenta con cinco nuevas cr¨ªas de oso panda rojo, un animal procedente de Nepal y habituado a vivir a 2.000 metros de altura, cuya adaptaci¨®n al clima mesetario ha significado un reto para sus cuidadores. Sin embargo, este motivo de congratulaci¨®n no mitiga el principal problema del zool¨®gico, que radica precisamente en la reproducci¨®n excesiva y la consiguiente superpoblaci¨®n de algunas especies.
El panda rojo, junto con el panda blanco y negro que los especialistas conocen como gigante, son dos de las especies m¨¢s dif¨ªciles de adaptaci¨®n, problema del que parten toda la serie de dificultades relativas a su desarrollo y que afectan directamente a su reproducci¨®n.El zoo madrile?o cuenta en su haber con 18 pandas rojos nacidos en cautividad, desde la llegada de la primera pareja procedente de Nepal, como presente de aquel pa¨ªs a los Reyes de Espa?a, de los que tan s¨®lo murieron tres en su periodo de crianza. De las cinco cr¨ªas que acaban de nacer hace apenas un mes, una de ellas est¨¢ siendo alimentada con lactancia artificial, se llaman Marilyn y desde sus a¨²n cerradas pupilas empieza a dar muestras de una pelirroja coqueter¨ªa.
"Es una de las especies m¨¢s dif¨ªciles de alimentar artificialmente porque tienen gran propensi¨®n a la asfixia debido a su peculiar anatom¨ªa traqueal, de manera que durante los primeros d¨ªas hubo que aplicarle una sonda a trav¨¦s de la que recib¨ªa el alimento cada dos horas", relata el jefe del departamento de Veterinaria, Antonio Luis Garc¨ªa del Campo.
Bien adaptados
Este animal, cuyos ejemplares adultos no llegan a pesar m¨¢s de seis kilos, se ha adaptado a las condiciones clim¨¢ticas de Madrid con mayor facilidad que los conocidos osos panda, cuyos 100 kilos de peso medio descansan su holgazaner¨ªa a la sombra de la arboleda que se les ha destinado para paliar el calor del est¨ªo.De la pareja que lleg¨® al zoo hace ahora ya una d¨¦cada, queda una pareja de machos, padre e hijo, ya que la hembra muri¨® contraviniendo los cuidados y atenciones que se les dispensan. A pesar de su tama?o, las cr¨ªas del panda gigante, especie descubierta por un misionero espa?ol en China a principios del siglo XIX, son de una extremada fragilidad, lo cual, unido a las dificultades de su reproducci¨®n en cautividad, constituye alguno de los problemas de esta especie que se halla en peligro de extinci¨®n.
"La fase m¨¢s peligrosa de un animal es la de su periodo de adaptaci¨®n; la especie del panda rojo, que est¨¢ a mitad de camino entre el oso y el mapache, proviene de Nepal, India y Burma, en un h¨¢bitat situado a 2.000 metros de altitud; el cambio al clima de Madrid, que llega en el verano a unas temperaturas, como las actuales, de 40 grados, fue un reto para nosotros".
En los zool¨®gicos actuales no siempre puede ni debe recrearse exactamente su paisaje originario, como se hac¨ªa antes, pues se pueden crear desequilibrios debido al clima y otras condiciones del nuevo asentamiento. Ahora se intentan adaptar las especies a un paisaje adecuado a sus necesidades psicol¨®gicas y alimenticias. Se tiende a reproducir condiciones higi¨¦nicas racionalmente pensadas, porque se supone que las necesidades paisaj¨ªsticas de los individuos nacidos en cautividad son ya otras.
Para los pandas rojos, habituados a vivir en los ¨¢rboles, se prepararon unas casetas que manten¨ªan una baja temperatura, pero el aire acondicionado fue un lujo del que prescindieron desde el primer momento, y tras un periodo de unos dos a?os de adaptaci¨®n se consigui¨® una alimentaci¨®n regular que ha permitido su reproducci¨®n.
Esta especie mon¨®gama se reproduce una vez al a?o con un m¨¢ximo de tres o cuatro cr¨ªas y tiene una gestaci¨®n peculiar que suele interrumpirse al poco tiempo de formado el embri¨®n, el cual queda en estado de latencia hasta que las condiciones m¨¢s favorables de la primavera estimulan su desarrollo normal. Se calcula que actualmente hay en cautividad unos 300 ejemplares repartidos por todos los zoos del mundo.
Pero no todos los cachorros son tan anhelados como los de las dos especies de pandas. "El principal problema con el que nos encontramos en el zool¨®gico es precisamente el de la reproducci¨®n. Una vez que las diferentes especies se han adaptado a sus nuevas condiciones vitales, a veces debemos recurrir a un control de la natalidad, a trav¨¦s de un implante, para que el n¨²mero de individuos en relaci¨®n con las instalaciones no sea excesivo y desequilibrado". Es el caso de los tigres, leones, leopardos, ¨®rix y, sobre todo, de las hienas.
Intercambios
Para paliar este problema que se plantea a nivel internacional, los zoos espa?oles realizan intercambios entre ellos y con los diferentes parques nacionales extendidos por toda la Pen¨ªnsula. El a?o pasado, en el parque de Cazorla se produjo una superpoblaci¨®n de cabras hisp¨¢nicas que una sarna se encarg¨® de diezmar en un proceso de equilibrio que la naturaleza genera por s¨ª misma. Este problema tambi¨¦n surge con animales en libertad. Cuando una especie depredadora desaparece, las especie s que eran cazadas por esta primera sufren una superpoblaci¨®n y aparecen otras causas que eliminan a los individuos sobrantes.Una de las soluciones que se le ha dado a este problema ha sido la reintroducci¨®n de algunas especies en su lugar de procedencia. Es el caso del ¨®rix de Arabia, especie de ant¨ªlope que el zoo de San Diego ha devuelto a su h¨¢bitat original, o el bisonte y la nutria europeos, que se est¨¢n poniendo en libertad.
Por desgracia, la reintegraci¨®n no es posible en much¨ªsimos casos porque el motivo de la recuperaci¨®n de animales por parte de los zool¨®gicos se ha debido fundamentalmente a la destrucci¨®n de estos h¨¢bitats naturales, y ¨¦sta no ha cesado, sino que el agravamiento de su deterioro convierte en ut¨®pica esta soluci¨®n feliz.
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