Los polacos se quedan sin negocio
ENVIADO ESPECIALLos m¨¢s de 200.000 polacos que cada semana visitaban Berl¨ªn desaparecieron como por arte de magia el lunes, por creerse los rumores que aseguraban que a partir de ahora se les exigir¨ªa visado al cruzar la frontera con la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana. Pese a que los medios de comunicaci¨®n de Varsovia se hicieron eco de esta informaci¨®n, lo cierto es que los requisitos exigidos a los polacos siguen igual que antes, aunque la realidad es que la frontera oriental de la Comunidad Europea se ha trasladado del Elba al Oder y, adem¨¢s, los beneficios econ¨®micos que obten¨ªan de la peculiar situaci¨®n monetaria han desaparecido.
Ayer, en el paso fronterizo de Francfort del Oder, los camiones que pretend¨ªan entrar en la RDA deb¨ªan esperar cerca de 10 horas, debido a que para las mercanc¨ªas empez¨® a aplicarse la reglamentaci¨®n de la CE. Sin embargo, lo m¨¢s curioso fue la desaparici¨®n, ya a partir del lunes, de los cientos de miles de polacos que ocupaban Berl¨ªn Oriental y se agolpaban en las tiendas donde se vend¨ªan productos electr¨®nicos libres de impuestos, para salir despu¨¦s cargados con enormes cajas que se llevaban al otro lado del r¨ªo Oder para venderlos con un buen margen de beneficio.
El mercadillo cercano a la Postdamer Platz, que sacaba provecho de las grietas que comunicaban los modelos econ¨®micos de las dos Alemanias, estaba asimismo casi vac¨ªo.
De hecho, la situaci¨®n, seg¨²n confirmaban ayer los guardias fronterizos alemanes de Francfort del Oder, no ha variado. Para visitar la RDA, a los polacos s¨®lo se les exige -en teor¨ªa- que hayan sido invitados por alg¨²n alem¨¢n oriental. Pueden visitar Berl¨ªn Occidental sin ning¨²n tr¨¢mite, una herencia de la actitud de Occidente durante la guerra fr¨ªa y del especial estatuto de la ciudad, pero necesitan un visado para viajar a la Rep¨²blica Federal de Alemania. El cambio radical de la situaci¨®n, la desaparici¨®n total de los con troles fronterizos, ha dejado esta reglamentaci¨®n obsoleta por lo que los rumores equivocados antes mencionados no explican su temor a cruzar la frontera. La realidad es que se les ha acabado el negocio.
En los ¨²ltimos meses los polacos compraban alimentos bienes subvencionados en la RDA y los vend¨ªan despu¨¦s a los consumidores occidentales. Tambi¨¦n llenaban sus bolsas en las tiendas libres de impuestos de las autopistas de tr¨¢nsito de Alemania Oriental, llamadas intershop, especialmente tabaco y bebidas, que tambi¨¦n acababan en el mercadillo.
Con los beneficios invad¨ªan determinadas tiendas de productos electr¨®nicos de Berl¨ªn Occidental, abasteci¨¦ndose de radiocasetes, televisores y v¨ªdeos, que volv¨ªan con ellos a Polonia o viajaban posteriormente a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, donde eran vendidos con un gran margen de beneficio. La llegada del marco occidental a la RDA ha terminado con uno de los eslabones b¨¢sicos del negocio.
En su segundo d¨ªa como miembros de una econom¨ªa de mercado, los alemanes orientales mantuvieron ayer la misma tendencia que el lunes. La importante subida de los precios de los bienes de alimentaci¨®n b¨¢sicos, como la leche, el pan, el az¨²car o la mantequilla, ha tenido un efecto radical en la tentaci¨®n de satisfacer las ansias de consumo acumuladas.
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