Ballesteros identifica al intermediario de los confidentes huidos tras el tiroteo del bar Hendayais
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El comisario Manuel Ballesteros facilit¨® ayer al juez Luis Tovar, titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 3 de San Sebasti¨¢n, encargado de las diligencias abiertas a consecuencia de los sucesos ocurridos en el bar Hendayais el 23 de noviembre de 1980, la identidad de una persona, funcionario policial, que habr¨ªa actuado de intermediario para entrar en contacto con los tres confidentes policiales que tras el tiroteo en Hendaya, que cost¨® la vida a tres personas, cruzaron el paso fronterizo de Ir¨²n y posteriormente fueron puestos en libertad.
Manuel Ballesteros fue juzgado en 1985 por un delito de denegaci¨®n de auxilio a la justicia por el que fue condenado, por la Audiencia donostiarra, a tres a?os de inhabilitaci¨®n profesional y 100.000 pesetas de multa, y del que fue absuelto por el Tribunal Supremo. En esta ¨²ltima sentencia, suscrita por unanimidad de los magistrados, se indicaba que la actuaci¨®n del ex jefe del Mando ¨²nico de la Lucha contra el Terrorismo (MULC), al negarse a comunicar al juez los nombres de los confidentes, fue por error y no por malicia "en la creencia err¨®nea de que proteg¨ªa bienes jur¨ªdicos superiores".
Ocho ocasiones
En ocho ocasiones, previas a la vista oral celebrada el 14 de mayo de 1985, el comisario hab¨ªa sido citado a declarar en el juzgado que instruy¨® las diligencias. En todas ellas, acogi¨¦ndose al secreto profesional, se neg¨® a facilitar los nombres de esas personas que, seg¨²n manifest¨® el entonces ministro del Interior, Juan Jos¨¦ Ros¨®n, en la comisi¨®n de Interior del 3 de diciembre de 1980, formaban parte de una modesta red de informadores de ciudadanos no espa?oles.Los hechos que desencadenaron la apertura de diligencias en el juzgado donostiarra tuvieron lugar el 23 de noviembre de 1980. Un comando, formado por tres personas, dispar¨® en el bar del hotel Hendayais contra los ciudadanos que en aquellos momentos se encontraban en el local. A consecuencia de los disparos, tres personas fallecieron y nueve resultaron con heridas de diversa consideraci¨®n. Poco despu¨¦s de suceder los hechos, a escasos kil¨®metros, tres individuos cruzaron el puesto fronterizo de Santiago, en Ir¨²n, en un autom¨®vil Renault 18 de color verde con matr¨ªcula falsa y sin documentaci¨®n. El veh¨ªculo atraves¨® la frontera a gran velocidad, salt¨¢ndose los controles, lo que motiv¨® que una vez que entraron en territorio espa?ol se entregasen a las autoridades policiales. Con los brazos en alto, fueron detenidos por la Guardia Civil y entregados a los agentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, quienes unas horas m¨¢s tarde, tras una llamada telef¨®nica a Madrid, los dejar¨ªa en libertad. El n¨²mero de tel¨¦fono al cual se llam¨®, result¨® ser el de Manuel Ballesteros, el comisario que estaba entonces al frente del Mando ¨²nico para la Lucha Contraterrorista.
La acci¨®n fue reivindicada por el Batall¨®n Vasco Espa?ol La actuaci¨®n de las Fuerzas de Seguridad espa?olas provoc¨® momentos de tensi¨®n en las relaciones entre Madrid y Par¨ªs y la polic¨ªa del pa¨ªs vecino solicit¨® repetidamente la identificaci¨®n de los miembros detenidos en la frontera y su devoluci¨®n a Francia.
La historia del atentado al Bar Hendayais, es uno de los episodios m¨¢s oscuros de la etapa del Gobierno Su¨¢rez. La investigaci¨®n del atentado fue competencia exclusiva de la justicia francesa, por haberse perpetrado en su territorio, si bien existe una serie de hechos ocurridos minutos despu¨¦s y que tuvieron como escenario la provincia de Guip¨²zcoa, lo que motiv¨® que se abriera una investigaci¨®n judicial espa?ola, paralela a la francesa, para determinar responsabilidades, especialmente el encubrimiento policial de las tres personas a las que se supone fueron los autores del atentado.
La sentencia del Tribunal Supremo dej¨® abierta la posibilidad de que Manuel Ballesteros pudiese ser interrogado de nuevo, por el juez instructor, sobre la identidad de aquellas personas, ya que en esta ocasi¨®n Ballesteros sab¨ªa que la investigaci¨®n judicial ten¨ªa preferencia sobre cualquier otra consideraci¨®n.
El titular del juzgado n¨²mero 3 decidi¨®, hace unos meses, reiniciar las investigaciones, por lo que fue citado Ballesteros. Poco despu¨¦s de las diez de la ma?ana de ayer, Manuel Ballesteros lleg¨® a la tercera planta del Palacio de Justicia, con una discreta escolta policial, y durante una hora declar¨® ante el titular del juzgado a las preguntas de las distintas partes personadas en las diligencias sobre los sucesos que se produjeron a partir del momento en el que aquellos individuos se adentraron ilegalmente en Espa?a.
Ballesteros, en su comparecencia, no facilit¨® los nombres de los ocupantes del veh¨ªculo que en la noche del 23 de noviembre de 1980 se saltaron la barrera de la frontera, pero s¨ª ofreci¨® la identidad de una persona que podr¨ªa haber actuado como intermediario para contactar con los confidentes mercenarios. Manuel Ballesteros, considerado un hombre clave en la lucha contra ETA, tanto en el puesto que ocup¨® como comisario general de informaci¨®n como en el que se encuentra actualmente, hizo constantes alusiones al tiempo transcurrido, casi una d¨¦cada, como para recordar detalles con precisi¨®n.
El comisario Ballesteros, que volvi¨® al Palacio de Justicia donostiarra cinco a?os despu¨¦s de que fuera sentado en el banquillo, consider¨® que su presencia de nuevo en los juzgados sobre un tema que ocurri¨® hace casi diez a?os, es "parte de la servidumbre profesional de los servicios de informaci¨®n".
La prueba testifical de Manuel Ballesteros ir¨¢ acompa?ada de media docena m¨¢s de periodistas que durante los primeros a?os de los 80 centraban su actividad en temas de Interior y que realizaron un importante n¨²mero de informaciones relacionadas con los sucesos del bar Hendayais.
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