Rigor isl¨¢mico en Jordania
La sociedad cambia tras el triunfo electoral de los integristas
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Los peluqueros de se?oras siguen ejerciendo su oficio, de momento, en Amm¨¢n. Los rigoristas isl¨¢micos, cuya fuerza qued¨® refrendada en las elecciones del pasado noviembre, han logrado que cese la concesi¨®n de nuevas licencias, pero han tenido que transigir con las existentes. Ha sido una de las consecuencias de la treintena de esca?os de que dispone la corriente islamista en el Parlamento jordano. Para los musulmanes m¨¢s radicales, que un hombre peine a mujeres parece tener algo de ignominioso.
Los integristas la han emprendido con uno de sus principales caballos de batalla: el consumo de bebidas alcoh¨®licas, prohibidas ya en las recepciones oficiales.Dos f¨¢bricas de cerveza, una destiler¨ªa y varios restaurantes sufrieron da?os durante las protestas que siguieron a las medidas israel¨ªes en los Territorios Ocupados por la matanza de siete trabajadores palestinos.
En Jordania, por ley, s¨®lo los cristianos pueden ser propietarios de tiendas autorizadas a expender alcohol. Por tanto, los ataques corren el riesgo de avivar la inquietud de la minor¨ªa cristiana -un 8% de la poblaci¨®n- ya preocupada por la creciente influencia de los sectores rigoristas del Islam.
Este avance se ha traducido en una progresiva islamizaci¨®n de la vida cotidiana, que sorprende a quienes regresan al pa¨ªs tras unos a?os de ausencia. M¨¢s mujeres con velo -alrededor de un 50% en el ¨²ltimo a?o, seg¨²n algunos observadores-, menos programas de variedades en la televisi¨®n y el recorte de las escenas de amor en el cine son algunos de los indicadores de esta repentina moralizaci¨®n.
Ley cor¨¢nica
Convicci¨®n o acomodo a los nuevos aires sociopol¨ªticos, la realidad es que este panorama que tanto sorprende a la burgues¨ªa adinerada de Amman responde en gran medida a los usos de la poblaci¨®n plural de su pa¨ªs. Ah¨ª se apoya tal vez el bloque isl¨¢mico, cuya fuerza parlamentaria no se ha traducido en una representaci¨®n ministerial, para solicitar que el sistema judicial se base en la ley cor¨¢nica (shar¨ªa). Esta pretensi¨®n, que se apoya en el art¨ªculo 2 de la Constituci¨®n seg¨²n el cual "el Islam es la religi¨®n del Estado", acabar¨ªa, por ejemplo, con la distinci¨®n entre tribunales civiles y religiosos."De momento, no parece haber peligro de que estas aspiraciones vayan a exigirse de manera violenta", asegura un diplom¨¢tico europeo en Arriman, convenc¨ªdo del compromiso democr¨¢tico de los Hermanos Musulmanes, el ¨²nico grupo organizado que como tal pudo concurrir a las elecciones de noviembre. "Deseaban obtener la Cartera de Educaci¨®n, y hasta que no logren introducirse en el Gobierno no van a poner en peligro su pacto no escrito con el poder", manifiesta otra fuente.
Pero junto a los Hermanos Musulmanes y otros islamistas moderados, cuyos esfuerzos se concentran en aspectos meramente sociales de la vida nacional, existen grupos extremistas en la clandestinidad, con objetivos pol¨ªticos m¨¢s precisos, tales como la liberaci¨®n de Palestina por la guerra santa (yihad). En los ¨²ltimos meses ha recuperado protagonismo, por la detenci¨®n de varios de sus miembros, Al Tajerir (liberaci¨®n), un grupo desmantelado en los a?os sesenta por atentar contra el r¨¦gimen. Otros, como Justicia, Arrepentimiento y ?xodo, Vocaci¨®n o los palestinos Ham¨¢s y Balt al Makdes, se reparten el espectro m¨¢s radical, sin que se conozca su verdadera influencia.
El avance rigorista ha coincidido con la puesta en evidencia de una grave crisis econ¨®mica, por la dependencia estructural de la ayuda externa ¨¢rabe.
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