"Despu¨¦s del incendio siempre quedan rescoldos"

El general espa?ol asegura, parafraseando a Violeta Barrios de Chamorro y Daniel Ortega, que "la guerra de Nicaragua ha terminado"; aunque, agrega, "hace falta mucho tiempo, ayuda y buena voluntad para que la paz se asiente".

Como testigo privilegiado de las conversaciones que llevaron a la desmovilizaci¨®n de la contra, tras la victoria de la oposici¨®n frente al sandinismo en las elecciones del 25 de febrero, Quesada resta importancia a las dificultades y aplazamientos sucesivos que salpicaron el proceso: "Han sido m¨¢s de ocho a?os de guerra civil, con unos 30.000 muertos. Eso es muy duro y no se cambia en un d¨ªa. Hay que desterrar la desconfianza, el miedo y el odio. Por eso, un retraso de 19 d¨ªas en la entrega de las armas, como el que se produjo, no es nada. Las fechas nunca me asustaron, sirven de indicaci¨®n, pero no hay que dejarse acogotar por ellas".

El jefe de ONUCA est¨¢ convencido de que la desmovilizaci¨®n de la contra ha sido completa, aunque la aparici¨®n de armas durante los disturbios que rodearon la reciente huelga general en Nicaragua pareciera contradecirle, "Hay armas en manos de civiles", afirma, "pero no son s¨®lo de la Resistencia". "Hay muchas armas entre simpatizantes de uno y otro lado, y una de las tareas del Gobierno ser¨¢ lograr que s¨®lo las tengan los legitimados para ello".

Pese a que la desmovilizaci¨®n de la Contra ha concluido, un contingente de la ONU seguir¨¢ en Nicaragua para garantizar la seguridad de los 20.000 ex combatientes y 30.000 familiares, que pronto volver¨¢n de Honduras.

Efecto domin¨®

Los efectivos de ONUCA seguir¨¢n desempe?ando, adem¨¢s, sus dos cometidos iniciales: vigilar que el territorio de un pa¨ªs no se utilice como plantaforma para atacar al vecino y verificar el cese del apoyo a grupos irregulares; aunque ambas misiones han quedado notablemente simplificadas tras la desaparici¨®n de la Contra y la ca¨ªda del sandinismo. Para cumplir su tarea, Quesada cuenta con 260 militares de cinco pa¨ªses (50 de ellos espa?oles), adem¨¢s de cuatro patrulleras y 6 helic¨®pteros, tras el regreso a Venezuela del batall¨®n que colabor¨® en el desarme de la Contra.El general prefiere "no entrar en honduras" cuando se le pregunta por violaciones de los acuerdos de paz y, si bien dice que "no han podido demostrarse" las denuncias realizadas, tambi¨¦n admite que el control no puede ser exhaustivo. No en vano, lo primero que hizo cuando lleg¨® a Centroam¨¦rica fue presentarse ante los cinco mandatar¨ªos de la zona y recordarles: "Estamos aqu¨ª porque ustedes nos han llamado".

Quesada, que no se considera optimista sino realista, espera que el efecto domin¨® funcione en Centroam¨¦rica y que el ejemplo de Nicaragua, "donde la paz se va reafirmando pese a todo", acabe abri¨¦ndose camino en el El Salvador y Guatemala. "Tanto los Gobiernos como las fuerzas insurgentes", argumenta, "se van dando cuenta de que sus pueblos est¨¢n ya cansados de guerra y quiere la paz". En su opini¨®n, las negociaciones ser¨¢n largas y dificiles, "porque hay mucha sangre derramada", pero al final acabar¨¢ imponi¨¦ndose el criterio de que "lo mejor es enemigo de lo bueno" y de que "en alg¨²n punto est¨¢ el precio Justo de la paz; s¨ª, como parece, todas las partes quieren encontrarlo".