Estruendo
Aquello de "vamos a una cafeter¨ªa para charlar un rato" ya no se lleva. Lo que se lleva es "vamos a una cafeter¨ªa para gritar un rato". En cafeter¨ªas, en bares, incluso en restaurantes, en discotecas principalmente, en la mayor parte de los lugares p¨²blicos y en no pocos privados, las conversaciones han de ser a gritos o no hay quien se entienda. A gritos tampoco se entiende casi nadie, desde luego, pero como en todas partes hay un estruendo infernal de televisiones, radios, tocadiscos, conectados a potent¨ªsimos amplificadores de sonido que taladran o¨ªdos e incrustan voces y melod¨ªas en el cerebro, la ¨²nica alternativa de la gente que quiere decir algo es gritar.A veces el estruendo, est¨¢ en el propio domicilio familiar. A los muchachos les gusta recrear en sus casas el ambiente de los establecimientos que frecuentan, y, como el ambiente consiste en que haya ruido -cuanto m¨¢s insoportable, mejor ambiente-, abren al m¨¢ximo volumen radio, tocadiscos y restantes loros dom¨¦sticos,- all¨¢ penas si ponen la cabeza loca a toda la familia. Los padres a veces se preguntan si sus hijos padecen sordera o se han vuelto majaretas, y de todo puede haber. O¨ªdos que habitualmente taladran megafon¨ªas es natural que acaben sordos, y cerebros incrustados de bataholas musicales pueden convertir a individuos normalmente dotados en merluzos.
El estruendo ambiental es nocivo para la salud y, tambi¨¦n una salvaje agresi¨®n contra los derechos del individuo. Todo lo que le atruenan por megafon¨ªa -as¨ª sea m¨²sica, pol¨ªtica, religi¨®n, industria, comercio- supone atentar contra su libertad de expresi¨®n, alterar su equilibrio emocional, ofender su inteligencia. Por ejemplo, si aqu¨ª no hay playa, vaya, vaya, ¨¦se no es motivo para estar repiti¨¦ndoselo con estr¨¦pito todo el santo d¨ªa. Bueno, hay dudas de que la megafon¨ªa quepa en el sitio donde la gente pretende que se la meta el t¨ªo que la maneja.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.