Dar una ca?a y ense?ar a pescar
Un programa de Unicef cambia la vida de las mujeres de una aldea egipcia
Cuando Jaifa empieza a llorar ante la presencia inusitada de la periodista, r¨¢pidamente es trasladada a los brazos de su madre, que en una habitaci¨®n contigua aprende a coser a m¨¢quina. Jaifa es una de las afortunadas ni?as del Tercer Mundo a cuya aldea, en la provincia egipcia de Kom Ombo, ha llegado uno de los programas de Unicef, el Fondo Internacional de las Naciones Unidas para la Ayuda a la Infancia.
Jaifa, como varios miles m¨¢s de ni?os en todo el mundo, disponen, gracias a esta asistencia, -de agua potable, letrinas, atenci¨®n sanitaria o unas m¨¢s amplias expectativas de educaci¨®n.El Centro de Mujeres (le Adua, en el municipio de Iqlit, atiende en la actualidad a 90 familias, cuyas f¨¦minas acuden, en grupos de 30 y por periodos de seis meses, a recibir alguna ense?anza que pueda mejorar sus condiciones de vida y, en consecuencia, las de sus hijos. All¨ª aprenden desde normas elementales de higiene hasta a coser a m¨¢quina, una actividad que puede proveer de algunos ingresos extra para sus familias. En otros centros se promueve la alfarer¨ªa o la cr¨ªa de animales. Para ello, se facilitan a las mujeres peque?os pr¨¦stamos -entre 4.000 y 20.000 pesetas- a bajo inter¨¦s para iniciar su trabajo.
Mientras ellas cortan las t¨²nicas masculinas (galabeyas) y los vestidos, con una rudimentaria t¨¦cnica de medida a palmos, sus hijos mas peque?os, aprenden las primeras letras del alifato en un aula improvisada. La clase sirve tambi¨¦n para que aquellas que abandonaron demasiado temprano el colegio, o ni siquiera tuvieron oportunidad de acudir a ¨¦l, superen el analfabetismo. As¨ª, Aida, una viuda de 35 a?os, ha podido comprarse una peque?a m¨¢quina de coser con la que obtiene unos ingresos suplementarios que permiten que sus tres hijos puedan continuar los estudios secundarios. El plan prev¨¦ que durante los pr¨®ximos cinco a?os los pr¨¦stamos alcancen a 10.000 mujeres y que unos 15.000 ni?os, entre los tres y los seis a?os, puedan recibir esta atenci¨®n preescolar en 204 pueblos.
Cumbre para la infancia
Los d¨ªas 29 y 30 de septiembre se celebrar¨¢ en Nueva York, dentro de la Asamblea General de la ONU, una Cumbre Mundial para la Infancia. Alarmados por la muerte diaria de 40.000 ni?os menores de cinco a?os en los pa¨ªses subdesarrollados, seis dirigentes -entre ellos el egipcio, Hosni Mubarak- pidieron, en noviembre de 1989, esta cumbre.
Seg¨²n Unicef, las causas m¨¢s importantes de esas muertes son la ausencia de cuidados sanitarios, la falta de alimentaci¨®n regular y nutritiva o la carencia de agua salubre. Por ello, un esfuerzo internacional podr¨ªa salvar la vida de cerca de 50 millones de ni?os durante el pr¨®ximo decenio. El principal obst¨¢culo lo constituye la financiaci¨®n de ese objetivo: 2.500 millones de d¨®lares, en los pr¨®ximos 10 a?os.
Los programas puestos en marcha en Egipto son ejecutados por los propios consejos locales, con una financiaci¨®n compartida, al 50%, entre el Gobierno y Unicef. "Nuestro mayor logro es en haber convencido a las autoridades para que asignen dinero a este tipo de proyectos en zonas rurales", dice uno de los funcionarios locales de Unicef.
M¨¢s dif¨ªcil de abordar, por su car¨¢cter vergonzante, es la explotaci¨®n de los ni?os en el trabajo. Los propios responsables de Unicef evitan entrar en el asunto para "soslayar dificultades con los Gobiernos ",seg¨²n reconoc¨ªa extraoficialmente un miembro de la organizaci¨®n.
En el caso de Egipto, el trabajo infantil es un fen¨®meno en crecimiento. En 1984, los ni?os entre seis y quince a?os representaban un 10% del total de la fuerza laboral, frente al 4% en 1979.
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