Siniestra decisi¨®n
ASISTIMOS A una escalada en las medidas del Gobierno de Bagdad contra los extranjeros que, por unas u otras razones, se encontraban en el territorio de Irak o de Kuwait en el momento de la invasi¨®n de este ¨²ltimo. Primero se cerr¨® la frontera y se les prohibi¨® retornar a su pa¨ªs. El jueves, las autoridades de B agdad dieron orden a los brit¨¢nicos y- norteamericanos -unos 5.000, los primeros, y 3.000, los segundos- de concentrarse en determinados hoteles. Disposici¨®n grav¨ªsima, porque es el primer paso para poder utilizarlos como rehenes, en violaci¨®n de las normas universalmente aceptadas del derecho internacional. Aunque, en principio, esta medida no afecta a los espa?oles - 184 personas, seg¨²n las declaraciones del ministro Fern¨¢ndez Ord¨®?ez-, representa tambi¨¦n para ellos una amenaza potencial: mientras se les impida salir est¨¢n a merced de las decisiones arbitrarias de unas autoridades que no respetan los principios humanitarios m¨¢s elementales.Pero las declaraciones hechas el s¨¢bado pasado por Sadi Mahdi Sal¨ª, presidente del Parlamento de Irak, y confirmadas ayer por el portavoz de Sadam, Husein, superan todo lo que se pod¨ªa temer. Ha anunciado que los ciudadanos de "pa¨ªses hostiles" ser¨ªan "alojados" en centros militares, bases a¨¦reas, refiner¨ªas y otras instalaciones estrat¨¦gicas, y que tales medidas se prolongar¨ªan hasta que Irak tenga garant¨ªas serias de que ya no est¨¢ amenazado. No se trata s¨®lo de rehenes. Tal medida equivaldr¨ªa a convertir a los extranjeros en escudos vivientes. Un chantaje macabro con vidas inocentes. Incluso con lade los ni?os, seg¨²n la expresa referencia del portavoz irak¨ª. Una vez m¨¢s, Sadam Husein, que ya se ha destacado por su utilizaci¨®n de gases asfixiantes, quiere intimidar con m¨¦todos de una crueldad casi nunca alcanzada.
Por otra parte, las medidas represivas no se limitan a los europeos o norteamericanos. En Kuwait e Irak viven unos dos millones de asi¨¢ticos y africanos, a la mayor parte de los cuales se les proh¨ªbe retornar a sus pa¨ªses de origen. Ya se ha producido una protesta del Gobierno filipino por el trato absolutamente intolerable al que son sometidos sus ciudadanos. De esta manera, Irak pretende presionar a numerosos Gobiernos para que no respeten el embargo decidido por las Naciones Unidas, cuya eficacia depende en gran medida de que se aplique universalmente.
Aunque Sadam Husein grad¨²a sus medidas para reforzar su imagen de cruzado antioccidental, ¨¦stas exigen una respuesta no s¨®lo de los Gobiernos m¨¢s afectados, sino del conjunto de la comunidad internacional. Est¨¢ en juego la vida de miles de personas. Y adem¨¢s, normas b¨¢sicas elementales de civilizaci¨®n y de derecho est¨¢n siendo pisoteadas. No es tolerable que un pa¨ªs pueda recurrir a salvajadas que recuerdan las ¨¦pocas m¨¢s negras de la historia.
Ante esta situaci¨®n, el Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado el s¨¢bado pasado una resoluci¨®n exigiendo al Gobierno iraqu¨ª que autorice la salida de los extranjeros, permita que ¨¦stos sean visitados por los funcionarios consulares y renuncie a cualquier medida que pueda causarles da?o. La resoluci¨®n invoca el cap¨ªtulo VII de la Carta -dedicado a las sanciones contra los agresores-, lo cual indica una voluntad de tomar otras medidas de presi¨®n si Irak no tiene en cuenta la demanda. Siendo lo m¨¢s significativo que la resoluci¨®n haya sido aprobada por unanimidad, incluso por Cuba y Yemen, que se abstuvieron en la condena inicial de la agresi¨®n iraqu¨ª.
No ser¨¢ f¨¢cil que esta resoluci¨®n tenga todos los efectos deseables. Pero es fundamental asegurar en este caso el m¨¢ximo protagonismo de la ONU. Y no s¨®lo. en este caso. A medida que la situaci¨®n se hace m¨¢s amenazadora, todos los Estados -incluso EE UU y el Reino Unido- deber¨ªan ayudar a que la ONU, que garantiza acciones de ¨¢mbito universal, asuma tambi¨¦n el mayor protagonismo en la aplicaci¨®n del embargo.
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