Una perra sin cerveza
30.000 norteamericanos dispuestos para el combate intentan dominar sus frustraciones
Mientras un grupo de oficiales del Pent¨¢gono se carcajeaba en el hotel International escuchando la propaganda de Radio Bagdad dirigida a las tropas norteamericanas para desmoralizarlas, aviones de transporte C-5 Galaxy, de la US -Force, vomitaban toneladas de material b¨¦lico sobre las pistas de una gigantesca base a¨¦rea, a una distancia imprecisa de la ciudad. La actividad en las instalaciones militares es fren¨¦tica durante las 24 horas del d¨ªa, y se intensifica cuando al anochecer la temperatura baja de los 50?
El mando norteamericano ha exigido a los periodistas no identificar la localizaci¨®n de ninguna base. Ni las noticias ni las im¨¢genes deben facilitar al enemigo iraqu¨ª su exacta ubicaci¨®n. Con este compromiso, el ej¨¦rcito permite que los enviados especiales veamos las hambrientas tripas de su poderosa m¨¢quina de guerra, a la que todav¨ªa siguen alimentando. Junto a un moderno hospital desmontable (50 camas, quir¨®fano completo y aire acondicionado), se amontonaban los equipos de combate seguramente m¨¢s variados y mort¨ªferos que existen en el mercado. Frente a los aviones de carga, y despu¨¦s de pasar la noche en sus camastros colocados en los hangares, las unidades de combate iban subiendo a los aparatos que las llevar¨¢n a la zona de guerra. "A m¨ª la ¨²nica guerra que me da miedo es la qu¨ªmica", dijo a EL PA?S un soldado nacido hace 19 a?os en Georgia. A?adi¨® que conf¨ªa en que los iraqu¨ªes no lancen un ataque con gas venenoso (sarin) o con mostaza porque, si lo hicieran, "nos han dicho que golpearemos muy duro y en muy poco tiempo controlaremos la situaci¨®n".De momento, esta situaci¨®n es tensa, y las tropas norteamericanas intentan dominar sus frustraciones. "Ni siquiera podemos beber una cerveza al d¨ªa, porque los saud¨ªes impusieron esta prohibici¨®n, ya que su religi¨®n proh¨ªbe completa mente el alcohol, coment¨® otro soldado de Ohio. "Con bastante resistencia han permitido que las mujeres de nuestro ej¨¦rcito [un 10%] puedan conducir veh¨ªculos, porque tambi¨¦n eso es un delito en esta socieedad", a?adi¨® el soldado."Esto va en serio"Aviones y helic¨®pteros de ataque entran y salen incesantemente de esta base, que fue dise?ada por ingenieros estadounidenses, y el destino parece entreg¨¢rsela ahora. "Aqu¨ª estamos preparados para resolver muchos problemas. Podemos cambiar incluso los motores de los aviones. Cuando haga falta alg¨²n trabajo mayor lo realizaremos en la base que tenemos en Espa?a", explic¨® un oficial. M¨¢quinas excavadoras bulldozer, pintadas de camuflaje y tra¨ªdas desde Estados Unidos, maniobraban entre aviones de combate. Los soldados comentaban que esto va en serio, pues de lo contrario el presidente Bush no habr¨ªa llamado a 40.000 reservistas para que cubran los huecos dejados por ellos en Estados Unidos.La prensa saud¨ª, controlada por el Gobierno, se ha lanzado a la aventura de calentar los ¨¢nimos guerreros de la poblaci¨®n. El diario Arab News, que se edita tambi¨¦n en la capital egipcia, conclu¨ªa un editorial afirmando: "Un conflicto aplazado ser¨¢ un conflicto m¨¢s mort¨ªfero"; y negaba toda credibilidad a cualquier promesa de paz proclamada por el dictador iraqu¨ª: "Quien crea que Sadam Husein desea la paz verdadera no s¨®lo se enga?a est¨²pidamente a s¨ª mismo, sino que ocasiona un enorme da?o al futuro de la naci¨®n ¨¢rabe".
Aunque los militares norteamericanos reh¨²san dar cifras de sus efectivos en Arabia Saud¨ª, diversas fuentes indican que al menos ya est¨¢n dispuestos para el combate 30.000 hombres, entre los que se encuentran 13.000 de la temible Divisi¨®n 82. Pero por muy espectacular que pueda parecer cualquiera de sus intervenciones, esta fuerza ser¨ªa insuficiente, aun con apoyo a¨¦reo y naval de envergadura, para adentrarse en Kuwait, donde los iraqu¨ªes esperan con 120.000 hombres, entre los que figuran varias divisiones de la guardia presidencial, experimentada e incontenible fuerza de ¨¦lite.
La superioridad indiscutible de los norteamericanos y brit¨¢nicos en el aire no garantiza una derrota del enemigo en tierra, seg¨²n estiman algunos analistas, pues hacen falta m¨¢s tropas. Al parecer el Pent¨¢gono tampoco desea precipitar los acontecimientos sin haber logrado dos objetivos previos: que todas las tropas norteamericanas se encuentren aclimatadas perfectamente a las condiciones muy duras del desierto y, tambi¨¦n, que el bloqueo impuesto por Estados Unidos debilite al m¨¢ximo al enemigo. Por supuesto, la soluci¨®n m¨¢s limpia y deseable para los saud¨ªes, los norteamericanos y las fuerzas multinacionales ser¨ªa que se produjera un golpe de Estado en Bagdad, con la desaparici¨®n del dictador.
Nadie desea aqu¨ª esta guerra. El mando militar estadounidense ha expresado la aversi¨®n que siente hacia una confrontaci¨®n. Lo ha hecho por boca del teniente general Charles Honer, comandante en jefe de estas fuerzas destacadas aqu¨ª. "Hoy detentamos el mando quienes hace m¨¢s de 20 a?os combatimos en Vietnam, y debo decir que la guerra no nos gusta. La guerra es el hombre en su estado m¨¢s abyecto".
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