Oportunidad falsa
Tres diestros con pocos festejos toreados gozaron de la te¨®rica ocasi¨®n de levantar sus carreras. Pero s¨®lo en teor¨ªa, porque la oportunidad fue falsa debido a la catadura bronca, moruchera y peligros¨ªsima de los animales que lidiaron. Una vez m¨¢s, la ley del embudo, bajo cuyos auspicios se maneja hoy la fiesta, sali¨® a relucir. A las figuritas, blandas chochonas pajunas; a los modestos, marrajos imposibles, para que sigan en el pozo.Si existiese una graduaci¨®n universitaria de toros descastados, los cinco ejemplares de Fr¨ªas alcanzar¨ªan la m¨¢xima nota: sobresaliente cum laudem. Su destino debi¨® ser directamente el matadero, sin saltar jam¨¢s al ruedo de un coso. Y, mucho menos, al de Las Ventas, donde ayer se recordaban tantos,festejos similares programados por la anterior empresa.
Fr¨ªas / Marisme?o, Morenito de Ja¨¦n, S¨¢nchez Cubero
Toros de Luis Fr¨ªas, con trap¨ªo, descastad¨ªs¨ªmos y peligrosos; 2?, de Tabernero de Villanueva, bravo, noble y flojo. Marisme?o: metisaca, media perpend¨ªcular desprendida y bajonazo (silencio); media baja y descabello (silencio). Morenito de Ja¨¦n: pinchazo,.media delantera y descabello (ovaci¨®n); pinchazo, media tendida, media perpendicular ca¨ªda y cuatro descabellos (silencio). S¨¢nchez Cubero: estocada (silencio); pinchazo a paso de banderillas, dos pinchazos sin soltar y estocada (silencio). Plaza de Las Ventas, 26 de agosto. Casi media entrada.
La actual prometi¨® desterrar este tipo de encerronas cuando se hizo cargo de la Monumental para convertir a ¨¦sta en plaza de temporada. Deb¨ªa ser de temporada tur¨ªstica, aunque los for¨¢neos tampoco se divirtieron y se llevaron una penosa imagen de la fiesta, convertida en una bronca mojiganga.
Banderillas negras
Los coletudos bastante hicieron con quitarse de encima con dignidad y sin perder los papeles a semejantes malajes, dos de los cuales, cuarto y sexto, echaron sobre el historia? de la divisa el oprobio de ser condenados a banderillas negras. Un dem¨¦rito que pudo ser extensivo a los otros cuatro. S¨®lo hubo un cerril, el segundo, de otro hierro, con casta y nobleza, sin que Morenito de Ja¨¦n, acusando quiz¨¢ tambi¨¦n lo poco placeado que est¨¢, lo aprovechara como se merec¨ªa.Lo banderille¨® jugueteando con ¨¦l antes y despu¨¦s de clavar los palos, y se luci¨® especialmen te en uno al quiebro en el mismo platillo del coso. Pero su faena no alumbr¨® la tarde porque falt¨® mando, pues citaba con la sarga retrasada. A¨²n as¨ª, la nobleza del animal casi le oblig¨® a que le sa cara alg¨²n redondo de enjundia y una bella trincherilla. Con la izquierda, al igual que le sucedi¨® con el percal, no se acopl¨®.
Marisme?o no pudo practicar ni su bello estilo ni sus conocimientos, que le han ganado justa fama en tantos tentaderos andaluces. Como S¨¢nchez Cubero y el propio Morenito de Ja¨¦n en su otro, enemigo, entabl¨® bizarra pelea para librarse de las tarascadas y arreones de unos moruchos que siempre iban al bulto y nunca a los enga?os.
Babelia
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