El s¨ªndrome de Gab¨®n

?Es posible que los cementos valgan 3.000 pesetas, la uralita 2.000 y el tel¨¦fono 800?". "S¨ª se?or". "?Pues compre!". Esta clase de di¨¢logo entre los despachos y sus clientes devolvi¨® la esperanza al mercado continuo a primeras horas de la ma?ana de ayer. La ansiada reacci¨®n t¨¦cnica no pod¨ªa demorarse m¨¢s. Despu¨¦s de todo, los precios no son de saldo, sino de pura ganga. La cumbre de la OPEP ha puesto freno al ascenso del barril de petr¨®leo. Todos los productores, incluido Gab¨®n, parecen estar dispuestos a incrementar la cuota de crudo.Por otra parte, algunos de los valores m¨¢s significativos del mercado barcelon¨¦s est¨¢n al mismo nivel que antes de la gran ascensi¨®n de 1986. Si no fuera porque las apariencias enga?an -la realidad est¨¢ siempre en el per medio de la Bolsa- se dir¨ªa que los precios pueden hincharse como ocurri¨® en el globo alcista, preludio de la gran ca¨ªda de octubre de 1987. Descartado todo paralelismo, los bolsistas -con Nueva York y Tokio a la cabeza de un interminable domin¨®- se muestran ahora m¨¢s optimistas con relaci¨®n a las consecuencias inflacionar¨ªas de la crisis del Golfo. Dicen: "Si la inflaci¨®n sube en todo el mundo, incluidos nosotros, no tendremos un diferencial negativo".