Bajo control paterno
Casi todos los medios de comunicaci¨®n se hicieron eco hace semanas de la pol¨¦mica habida en Italia en torno a la supresi¨®n o inclusi¨®n de publicidad durante las pel¨ªculas televisadas. Un notable grupo de intelectuales, encabezados por el director Federico Fellini y con el lema algo cursi de "No se interrumpe una emoci¨®n", intentaron que la nueva ley ordenadora de las televisiones italianas prohibiera la inclusi¨®n de anuncios durante las pel¨ªculas. El condottiero masa-medi¨¢tico Berlusconi lanz¨® alaridos Cat¨®dicos y los viejos progres (que aprendieron su ideolog¨ªa por el mismo sistema de impregnaci¨®n que sirve para promocionar detergentes, aunque la suya ya no lave m¨¢s blanco) se congratularon de esta audaz iniciativa contra los mercachifles. Despu¨¦s, desolaci¨®n: la ley aprobada restringe la inclusi¨®n de publicidad, pero no la suprime. ?El poderoso Berlusconi se frota las manos safisfechos.Al menos queda una compensaci¨®n: la ley prohibir¨¢ la proyecci¨®n televisiva de todas las pel¨ªculas para mayores de 18 a?os, lo cual obligar¨¢ al condottiero, a comerse muchas de las que ya tiene almacenadas. Algo es algo.No he le¨ªdo en ninguna parte comentarios ni protestas por la radical censura institucional a las pel¨ªculas para mayores de 18 a?os (las destinadas a mayores de 14 s¨®lo podr¨¢n pasar a partir de cierta hora de la noche). Por lo visto, interrumpir las emociones est¨¢ muy feo, pero suprimirlas de ra¨ªz no tiene mayor importancia. ?Con tal de que se fastidie Berlusconi ... ! Ya ven, tambi¨¦n en esto soy raro. Con tal de que yo pueda ver las pel¨ªculas que me apetezcan, me trae sin cuidado que el signor Berlusconi se haga de oro. Siempre me gustaron los viejos intermedios de las sesiones cinematogr¨¢ficas de antes y aprovecho las pausas con anuncios de la tele para buscar tabaco o ir al excusado, de modo que lo de interrumpir la emoci¨®n -siempre que sea con mesura- no me parece tan intolerable. Peto, en cambio, me subleva que un are¨®pago de curas. y bur¨®cratas ti?osos decida qu¨¦ es lo que se puede ver a los 14 a?os, a, los 18 o nunca. Seg¨²n la nueva ley, para el Parlamento italiano ning¨²n ciudadano tiene m¨¢s de 18 a?os o nadie de m¨¢s de 18 a?os ve jam¨¢s la televisi¨®n o su propia catalogaci¨®n por edades es un subterfugio y mayores de 18 a?os quiere decir nadie. En cualquier caso, tiran¨ªa y disparate. No conozco los criterios de la censura italiana para clasificar las pel¨ªculas, pero con el Vaticano tan cerca y el partido socialista de que all¨ª se disfruta (peor que el nuestro, para que se hagan una idea) supongo que algo as¨ª como el 30%. de la filmograf¨ªa universal ir¨¢ al infierno del cine gravemente peligroso. Pero claro, cuando est¨¦n viendo en grata reuni¨®n familiar Dumbo sin cortes publicitarios, siempre podr¨¢n alegrarse recordando los sollozos de rabia de Berlusconi en su palacio.
La cruzada puritana proviene de Estados Unidos, como ya se ha repetido hasta la sacie dad. No s¨®lo concierne al cine, sino tambi¨¦n a exposiciones art¨ªsticas, monumentos p¨²blicos y, ¨²ltimamente, discos (2 live crew, Judas Priest o Neil Young, cuya grabaci¨®n m¨¢s reciente lleva un parental advisory anunciando letras expl¨ªcitas: lo que significa que en ellas queda claro que los Reyes Magos no son ni siquiera los pap¨¢s ... ). Parece que EE UU ha iniciado su propia islamizaci¨®n integrista, a lo que ya no faltan tampoco, gracias a Noriega y Sadam Huseini, sus guerras santas. Pero los Gobiernos europeos van aceptando esta escalada fundamentalista con docilidad conmovedora. Primero fue la persecuci¨®n de las drogas, cuyo origen ya casi nadie se molesta en recordar y cada cual adopta como iniciativa propia. Ahora le toca el turno a las siguientes medidas de protecci¨®n de la virtud y lucha contra el vicio, como dicen los saud¨ªes. Se afianza cada vez la funci¨®n religiosa de la polic¨ªa.
En el Reino Unido, una emisora de televisi¨®n v¨ªa sat¨¦lite ha puesto a punto un sistema que permite bloquear los programas que, de acuerdo con los censores de guardia de la empresa, contienen demasiado sexo o violencia. Es algo as¨ª como la mano que el cura interpon¨ªa ante el objetivo en la escena del beso durante el cine colegial, pero en m¨¢s sofisticado. La imagen desaparece de la pantalla y la sustituye esta leyenda: "El programa queda bajo control paterno". Con la nueva ley de televisi¨®n italiana, el cura estatal mete mano antes y se evita hasta la posible tentaci¨®n. ?Y eso en Italia, por favor, precisamente en Italia, la patria natural del desenfado y la belleza inteligente!
Volvamos a lo m¨¢s grave: ?por qu¨¦ no se ha comentado con indignaci¨®n esta incre¨ªble medida? Respuesta: porque tanto la derecha como la izquierda est¨¢n pose¨ªdas de paternalismo estatista. El paternalismo consiste en suponer que los problemas vienen siempre por culpa de permitir cosas, nunca por prohibirlas. Cuanto se auto riza (im¨¢genes, sonidos, sustancias, costumbres ... ) puede acarrear abusos y causar problemas a algunos: lo prohibido, en cambio, siempre nos deja a sal vo a todos (ejemplo: la droga). ?Que se pierde libertad y por tanto capacidad de desarrollar la responsabilidad, la propia iniciativa y el autocontrol adulto? Todo eso no es nada, por que son instancias que en ¨²ltimo t¨¦rmino hacen superfluos a los padres y dem¨¢s autoridades, es decir, instancias subversivas de la piedad religiosa en la que debemos arroparnos. Y ahora ser¨ªa el momento de volver so bre la cuesti¨®n del individualismo y sus requisitos, de lo que tanto hay que hablar. Pero es toy aprovechando el ocio vera niego para leerme a Dumont, Levi-Strauss, Plotino y otros autores recomendados sobre este tema por Eugenio Tr¨ªas en un art¨ªculo de no hace mucho. En cuanto concluya mis debe res, vuelvo a la carga.
es catedr¨¢tico de ?tica de la Universidad del Pa¨ªs Vasco.
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