Charo L¨®pez
La actriz interpreta a una prostituta de los a?os cincuenta
"Interpretar es muy divertido, es una forma de evasi¨®n; es creerte que eres un ni?o que est¨¢ jugando", dice Charo L¨®pez con su serenidad caracter¨ªstica. Momentos antes, en un barcelon¨¦s bar de los a?os veinte, y bajo la atenta mirada de todo un equipo de rodaje, ahogaba su tristeza en una copa de co?ac despu¨¦s de recibir la despedida de su joven amante, papel interpretado por Martxelo Rubio. Entusiasmada con su trabajo, prefiere la interpretaci¨®n a la realidad. Ahora vive en el papel de Balbina, la prostituta de Un d¨ªa volver¨¦, novela de Juan Mars¨¦ sobre la que el director catal¨¢n Francesc Betriu dirige une. serie para Televisi¨®n Espa?ola. La acci¨®n se desarrolla en los a?os cincuenta en el barcelon¨¦s barrio de Gr¨¢cia, para cuya reconstrucci¨®n se han levantado unos escenarios en el antiguo cuartel de Caballer¨ªa de la calle de Lepanto de Barcelona.Nacho Mart¨ªnez, quien tambi¨¦n interviene en la serie, que empeza Ia emitirse en octubre de 1991, y con quien ya hab¨ªa trabajado en 1985 en Los pazos de Ulloa, vuelve de la c¨¢rcel y encuentra a su cu?ada, Charo L¨®pez, dedicada a la prostituci¨®n. "Balbina es un personaje muy atractivo", explica Charo "Es una prostituta a la que su profesi¨®n no le crea ning¨²n conflicto interno y que al mismo tiempo es capaz de enamorarse de un joven como el que interpreta Martxelo Rubio. Ella es una pieza m¨¢s del tablero de este barrio".
Maestra en el arte de la seducci¨®n, que considera funda mental en la interpretaci¨®n de cada personaje, reivindica el privilegio de la belleza. En Lo gozos y las sombras (1981) cautiv¨® a Eusebio Poncela, con quien tambi¨¦n trabaja en esta serie.
Camale¨®nica en lo profesional, su vida se reparte entre Espa?a y Argentina, aunque no se define por ning¨²n sitio en particular. "Depende siempre del proyecto que me ofrezcan". Nacida en Salamanca en 1943, sus continuas decisiones y renuncias le han forjado una fuerte personalidad. Reconoce que una de las mayores decisiones que ha tenido que tomar fue la de dejar todo para ir a Am¨¦rica a hacer teatro. "Me sent¨ªa muy acobardada, pero fue una experiencia extraordinaria que, al cabo de los tres a?os que estuve all¨ª, se convirti¨® en algo muy bueno para m¨ª".
"Me interesan los problemas que pasan en la calle y los de las mujeres de hoy", afirma. "Por ello trato de que mis interpretaciones sean lo m¨¢s cre¨ªbles posible". Con todo, en El rey del mambo tuvo, extra?amente, un papel c¨®mico que ella define como "un golpe de suerte grand¨ªsimo".
Segura de s¨ª misma, dice aprender de sus errores. "?Y qui¨¦n no los comete?", se?ala con una mirada entre interrogante y convincente. "Los errores son como pilotos rojos que se encienden y a los que hay que prestar mucha atenci¨®n".
Acaba de recibir el Premio de Teatro Ercilla en Bilbao. "Es un premio muy querido para m¨ª y, al ser el primero que he recibido desde que llegu¨¦ de Am¨¦rica, estoy muy orgullosa de ello"
Despu¨¦s de trabajar con Gonzalo Su¨¢rez en varias ocasiones -Ditirambo (1967), El extra?o caso del doctor Fausto (1969), Parranda (1977) o Ep¨ªlogo (1984)-, entre sus proyectos est¨¢ una nueva colaboraci¨®n con este director.
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