Bush intenta mantener el frente com¨²n sovi¨¦tico-estadounidense

El presidente George Bush puso fin ayer a tres semanas de agitadas vacaciones y regres¨® a la Casa Blanca para preparar su reuni¨®n del domingo en Helsinki con el l¨ªder sovi¨¦tico, Mija¨ªl Gorbachov, en la que el primer mandatario de Estados Unidos tratar¨¢ por todos los medios de evitar que las suspicacias de la jerarqu¨ªa sovi¨¦tica ante el despliegue militar norteamericano en el Golfo no socaven el frente com¨²n de Washington y Mosc¨² establecido desde el comienzo de la crisis.

En su anuncio de la pr¨®xima cumbre, realizado el s¨¢bado desde su residencia veraniega en Kennebunkport, Bush rechaz¨® la posibilidad de una mediaci¨®n sovi¨¦tica con la frase "no veo en absoluto a los sovi¨¦ticos desempe?ando un papel de mediador, ni creo que ellos se vean en ese papel". Sin embargo, fuentes de la Administraci¨®n no excluyen la posibilidad de que Bush acceda a un ¨²ltimo y desesperado intento por parte de Gorbachov para evitar la guerra, siempre que la iniciativa partiera de? l¨ªder sovi¨¦tico.El presidente norteamericano ha expresado en varias ocasiones su total pesimismo sobre las diversas gestiones mediadoras emprendidas, entre otros, por el rey Hussein de Jordania y por el secretario general de las Naciones Unidas, Javier P¨¦rez de Cu¨¦llar, ante las repetidas negativas de Bagdad a retirar sus tropas de Kuwait y su decisi¨®n de incorporar el emirato como 19? provincia del Estado iraqu¨ª.

El desencanto expresado por P¨¦rez de C¨²ellar tras sus entrevistas con el ministro de Asuntos Exteriores iraqu¨ª, Tarik Aziz, no ha hecho sino reforzar las aprensiones de Bush de que s¨®lo un reforzamiento del bloqueo comercial y, si ¨¦ste falla, una acci¨®n militar fulgurante contra Irak puede forzar al hombre fuerte iraqu¨ª, Sadam Husein, a retirar sus tropas de Kuwait.

Bush es consciente de las reticencias que la masiva presencia norteamericana en Arabia Saud¨ª y en la zona del Golfo provoca entre sectores importantes de la jerarqu¨ªa sovi¨¦tica, principalmente la militar, que no han ocultado su preocupaci¨®n ante la posibilidad de una guerra en su flanco sur a poco m¨¢s de 1.000 kil¨®metros de sus fronteras.

Preocupaci¨®n militar

La preocupaci¨®n de los c¨ªrculos militares sovi¨¦ticos fue expresada abiertamente la pasada semana por el general Vlad¨ªmir Lobov, comandante en jefe de las fuerzas del Pacto de Varsovia, para quien la presencia de miles de tropas norteamericanas en Oriente Pr¨®ximo pone en peligro no s¨®lo el equilibrio estrat¨¦gico de poder, sino tambi¨¦n las negociaciones de Viena sobre reducci¨®n de armas convencionales.

Y, por su parte, el ¨®rgano del Partido Comunista de la URSS, Pravda, advirti¨® el domingo en un comentario del analista Guennadi Vasiliyev sobre las consecuencias de "una soluci¨®n militar" en el Golfo para las futuras relaciones entre las superpotencias.

El presidente norteamericano ha expresado varias veces p¨²blicamente su satisfacci¨®n por la actitud mostrada por Mosc¨² desde los primeros momentos de la invasi¨®n iraqu¨ª, plasmada en la hist¨®rica declaraci¨®n conjunta de condena de Bagdad hecha en Mosc¨² por el ministro de asuntos exteriores sovi¨¦tico, Edvard Shevardnadze, y el secretario de Estado, James Baker, y en las votaciones afirmativas del representante sovi¨¦tico en las cinco resoluciones condenatorias de Irak aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Bush desea mantener esa unidad de acci¨®n a toda costa con el fin de que Sadam Husein no pueda presentar el actual conflicto como un enfrentamiento entre Irak y EE UU. Por eso, m¨¢s que una mediaci¨®n sovi¨¦tica, el presidente norteamericano busca una nueva expresi¨®n de condena de Irak por parte de Gorbachov, en la forma de un comunicado conjunto de los dos presidentes al t¨¦rmino de la cumbre. Funcionarios norteamericanos entienden que una nueva condena de Sadam Husein por parte de las dos superpotencias, acompa?ada de la exigencia de retirada de las tropas iraqu¨ªes de Kuwait enviar¨ªa un claro mensaje a Bagdad sobre la futilidad de sus intentos de dividir a Washington y Mosc¨².

Entre tanto, seg¨²n informa la revista Newsweek, Arabia Saud¨ª se ha mostrado dispuesta a financiar operaciones encubiertas de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA) y otros servicios secretos occidentales encaminadas a conseguir un derrocamiento de Sadam Husein a trav¨¦s de la resistencia kurda.