Un dilema kafkiano
Ir¨¢n es el ¨¢rbitro del torneo que Irak y Estados Unidos ri?en en el Golfo. Es, sin embargo, un ¨¢rbitro con problemas graves. En teor¨ªa, puede fortificar las posiciones de Irak, ayud¨¢ndole en su contienda mediante el levantamiento del bloqueo. Tambi¨¦n podr¨ªa facitar las cosas a EE UU, adoptando una neutralidad activa o facilit¨¢ndole apoyos indirectos en esta guerra que se avecina. Con Irak, Ir¨¢n jug¨® un duro torneo de ocho a?os, la guerra irano-iraqu¨ª, que acab¨® en empate. Con Estados Unidos, disputa un encuentro de odio ideol¨®gico-amor econ¨®mico permanente. El arbitraje es muy delicado. Los dos contendientes le ofrecen regalos. Irak le brinda el apetitoso cohecho de la paz y EE UU le soborna con promesas de facilitar la reconstrucci¨®n del pa¨ªs, destru¨ªdo por Irak durante los ocho a?os de guerra.Por ello, Ir¨¢n es un ¨¢rbitro temeroso. Pueden lloverle reveses de los dos lados. Si el torneo Irak-Estados Unidos lo ganara o empatara Irak, Ir¨¢n oment¨¢neamente consolidar¨ªa la paz regional, pero se encontrar¨ªa en posici¨®n de inferioridad respecto a su ambicioso vecino. De ganarlo EE UU, Ir¨¢n podr¨ªa beneficiarse en su reconstrucci¨®n, pero su paz con Irak peligrar¨ªa. Ante cualquier resultado de la lid, EE UU podr¨ªa verse tentado a matar dos p¨¢jaros de un tiro y mediante su flota desplegada en el Golfo acabar por las bravas con el chantaje permanente de la inestabilidad en la zona -los rehenes occidentales en L¨ªbano son la muestra- sobre cuyo pilotaje Ir¨¢n tiene bastante que ver.
Ir¨¢n arbitra otro torneo, esta vez interior, tambi¨¦n enormemente arriesgado. La base social del r¨¦gimen se alimenta de un discurso ideol¨®gico netamente antiestaodunidense, que hoy es expresado por el ex ministro del Interior, Me1ndi Mohtashemi. Mohtashemi cuenta con una mayor¨ªa de peso en el Parlamento, 180 diputados, que incitan a Teher¨¢n a combatir a Estados Unidos, dondequiera que se halle. Pero el r¨¦gimen de Ir¨¢n necesita apremiantemente la paz real con Irak y una reconciliaci¨®n con Washington.
Para colmo de complicaciones, el grupo de Mohtashemi, ex embajador de Ir¨¢n en Damasco, tiene la llave para solucionar los diferendos de Ir¨¢n con Estados Unidos a prop¨®sito de los rehenes occidentales. Pero no suelta esta llave.
Si Ir¨¢n abdica de su discurso antiestadounidense, adem¨¢s de destapar la ira del Parlamento y de la base social del r¨¦gimen, su liderazgo antiimperialista le ser¨ªa arrebatado por Irak. Pero si no abdica de ¨¦l, sus 1.000 kil¨®metros de costa sobre el P¨¦rsico podr¨ªan despertar los apetitos de la gran flota all¨ª destacada.
?Qu¨¦ hacer? ?Cu¨¢l es el torneo decisivo? ?Puede Ir¨¢n ser parcial en su arbitraje? De momento, el r¨¦gimen isl¨¢mico ha repartido los papeles entre sus lideres m¨¢s destacados. El Gu¨ªa de la Rep¨²blica y sucesor de Jomeini, Al¨ª Jamenei, habla de Jihad, de guerra santa contra Estados Unidos a prop¨®sito de la crisis del Golfo. Pero el presidente Hashemi Rafsanya ni pugna por mantener una neutralidad que disuada a EE UU de apuntar sus ca?ones hacia el territorio iran¨ª. Jamenei y Rafsanyani son, hoy, aliados. Por eso han formulado un 's¨ª pero no' a los dos contendientes.
Si en el interior se decide a meter en cintura al grupo de -Mohtashemi, aparte de la refriega civil que originar¨ªa, la legitimidad doctrinal del r¨¦gimen se tambalear¨ªa profundamente. Y si no acomete acciones contra ¨¦sta poderosa corriente, mantendr¨ªa su aislamiento internacional, aplazar¨ªa la reconstrucci¨®n del pa¨ªs y dar¨ªa pi¨¦ a que Estados Unidos la emprendiera contra la Rep¨²blica ¨ªsl¨¢mica para zanjar la perenne inestabilidad en la zona. Este es el dilema.
Lo kafkiano de este conflicto cruzado es que Ir¨¢n necesita mantener bien despejados Sus dos rostros, el interior, ideol¨®gico, populista y antiestadounidense y el exterior, pragm¨¢tico, econ¨®mico, proestadounidense. Vive sobre esta contradicci¨®n. El clero iran¨ª tiene la palabra.
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