Asad prolonga inesperadamente su visita a Ir¨¢n
Las dificultades para presentar una postura com¨²n ante la crisis de? golfo P¨¦rsico alteraron ayer el programa de? viaje a Ir¨¢n del presidente sirio, Hafez el Asad. La visita, que deb¨ªa terminar a primera hora de la tarde, se prolong¨®, sin que ninguna fuente oficial indicara ni por cu¨¢nto tiempo ni por qu¨¦ motivo. Damasco y Teher¨¢n, aliados estrat¨¦gicos desde hace a?os, difieren en la urgencia con que las tropas de Estados Unidos deben abandonar la regi¨®n.De acuerdo con el programa anunciado, el presidente Asad iba a acudir por la ma?ana a un centro industrial de la capital iran¨ª. Nadie explic¨® la anulaci¨®n de esta salida, como tampoco se comentaron las razones de la prolongaci¨®n de su estancia en Teher¨¢n. Contra lo que es habitual en Occidente, en esta parte del mundo el alargamiento de las visitas suele ser indicio de desavenencias que se intentan suavizar.
Antes de regresar a Damasco, el l¨ªder sirio ten¨ªa previsto mantener una segunda ronda de conversaciones con el presidente iran¨ª, Al¨ª Akbar Hachem¨ª Rafsanyani. Si esa reuni¨®n no lograra despejar el camino para la firma de un protocolo de acuerdo que recoja las grandes l¨ªneas de una pol¨ªtica com¨²n frente a la crisis, sus diferencias dar¨¢n un duro golpe a la tradicional amistad entre los respectivos pa¨ªses.
A falta de la celebraci¨®n de la conferencia de prensa conjunta entre los dos dirigentes, que servir¨¢ de colof¨®n al viaje, los analistas especulaban ayer con la gravedad de las disensiones entre ambos dirigentes.
Desde su primer encuentro, el pasado s¨¢bado, qued¨® claro que la prioridad dada por el Gobierno de Teher¨¢n a la retirada de las tropas extranjeras de la zona del Golfo no era compartida por Damasco. Hafez el Asad, que anteayer subray¨® la proximidad de los puntos de vista de ambas capitales, considera prioritaria la retirada iraqu¨ª de Kuwait, causa ¨²ltima de la crisis que padece la regi¨®n.Vecino y enemigo
No se trata de que las autoridades de la Rep¨²blica Isl¨¢mica no deploren la actitud de su vecino, y hasta ahora enemigo. Desde el primer momento, el Gobierno de Rafsanyani ha dejado clara su condena a la invasi¨®n y su rechazo de la anexi¨®n posterior. Pero el pragm¨¢tico del r¨¦gimen se ve obligado a disipar las dudas de los sectores m¨¢s radicales, que pueden interpretar tal actitud como un respaldo indirecto a la presencia norteamericana en la regi¨®n.
Nada m¨¢s lejos de la intenci¨®n de Teher¨¢n que echarse en brazos de su principal enemigo ideol¨®gico.Ofertas de Bagdad
De ah¨ª, el temor occidental a que en tales circunstancias los dirigentes isl¨¢micos puedan ser sensibles a los avances y ofertas del r¨¦gimen de Bagdad que, en un giro sin precedentes, ha abierto sus brazos hacia el Este, en busca del respaldo iran¨ª. Para mayor sorpresa, Sadam Husein abraza ahora las tesis del fallecido ayatol¨¢ Jomeini, a quien combati¨® durante ocho a?os.
De momento, Teher¨¢n se ha declarado respetuoso con el embargo internacional decretado por las Naciones Unidas contra Irak. Pero si el presidente de Siria se muestra incapaz de convencer a su interlocutor de que existen garant¨ªas de una inmediata retirada de las fuerzas extranjeras una vez resuelto el conflicto del golfo P¨¦rsico, el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s puede verse inclinado a dar un vuelco interesado a su postura.
Por otra parte, la Rep¨²blica Isl¨¢mica anunci¨® ayer el restablecimiento de relaciones diplom¨¢ticas con T¨²nez. ?stas hab¨ªan sido rotas en marzo de 1987, a ra¨ªz de que T¨²nez acusara al Gobierno iran¨ª de apoyar a los grupos isl¨¢micos opuestos al presidente Habib Burguiba.
Desde su sustituci¨®n al frente de ese pa¨ªs mediterr¨¢neo por Sin el Abidin ben Ali, se han legalizado los grupos de corte islamista, aunque las autoridades tunecinas siguen manteniendo un tira y afloja con esos sectores.
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