Santidad
Algunas ra¨ªces, semillas y flores tienen mucha santidad. Exprimi¨¦ndolas se extrae de ellas un aceite esencial que puede aplicarse al cuerpo humano mediante masajes e inhalaciones. El s¨¢ndalo es bueno para la inseguridad, la rosa de Damasco para la aflicci¨®n, el pomelo para el resentimiento, el jazm¨ªn para la introversi¨®n, la manzanilla para la ira, el geranio para el odio, el romero para la memoria, el azahar para el sue?o. La rosa com¨²n cura la impaciencia si se toma en forma de mermelada. Mientras el mundo se est¨¢ preparando para celebrar un baile de m¨¢scaras bajo el resplandor del gas mostaza podr¨ªas alcanzar la perfecci¨®n d¨¢ndote unas friegas con el zumo natural que se deriva de ciertas plantas beneficiosas cuyo perfume ir¨¢ en busca de tu alma por muy lejos que se halle. Leer un poema de H¨®lderlin junto al silencio de una infusi¨®n de salvia, contemplar la inmutable subida de un caracol hacia lo m¨¢s alto del espliego, escuchar el leve crujido que libera la hierbaluisa cuando crece: en eso consiste Dios ahora. Ya no resulta m¨ªstico azotarse con una soga de esparto recitando salmos de Isa¨ªas, sino formar un l¨¢tigo con las primeras acelgas de la temporada y darse disciplina con ellas en la espalda cantando baladas de amor. Ha pasado de moda la metralla. La pr¨®xima guerra se har¨¢ con insecticidas, puesto que el hombre ha sido elevado al orden de las cucarachas. Tambi¨¦n con ciertas semillas venenosas, con el polen de todas las flores del mal se ceban hoy las bombas que luego caer¨¢n en medio de un baile de m¨¢scaras. Tal vez Sat¨¢n es s¨®lo la savia de esas plantas que han arraigado en tu interior. Tal vez Dios habita ¨²nicamente en la ra¨ªz de un arbusto y es posible convertirlo en un aceite esencial para darse con ¨¦l toda clase de masajes, inhalaciones, gargarismos, infusiones y compresas. Bajo el sonido de todas las sirenas de Jerusal¨¦n morir tal vez consiste en aspirar a trav¨¦s de la careta de gas el perfume de los amores perdidos, de los deseos frustrados que en forma de semilla cada uno lleva dentro.
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