Monta?as azules
Carteles de tono celeste predominan en las vallas electorales
Un grupo de j¨®venes donostiarras contemplaba en el casco viejo de San Sebasti¨¢n, hace unos d¨ªas, el cartel con el que la coalici¨®n independentista Herri Batasuna convoca a sus militantes a votar el pr¨®ximo 28 de octubre. Es un cartel id¨ªlico, suave, de color azul celeste, en el que el cielo se confunde con una sucesi¨®n interminable de montes. Aunque lo ve¨ªan muy de cerca, los j¨®venes que contemplaban ese paisaje se mostraban incapaces de nombrar cada una de esas monta?as. Uno apunt¨® dos nombres: Txindoki y Aitzgorri. Pero el resto no se sinti¨® satisfecho y le reclam¨® m¨¢s precisi¨®n. "Ser¨¢ una composici¨®n fotogr¨¢fica", dijo al final, desesperado, "porque aqu¨ª no hay tantos montes seguidos".
No hay tantos montes seguidos ni hay un color azul tan t¨®pico. Hasta hace poco Euskadi era verde, y todo resultaba verde. Pero hace casi dos a?os que no llueve en serio en Euskadi y al menos uno que las restricciones son algo serio. De modo que el verde se est¨¢ difuminando y ya no resulta ni siquiera ver¨ªdico electoralmente te?ir de ese color los fondos de los carteles. Todos los partidos, pues, se han puesto de acuerdo, y por no citar la gama completa digamos que el azul de la coalici¨®n abertzale coincide con el matiz del PP de Mayor Oreja.La m¨²sica de los socialistas de Euskadi es la misma con la que los socialistas del Estado vencieron en dos elecciones generales sucesivas, y la de HB no le va a la zaga ni en orquestaci¨®n ni en suavidad mel¨®dica.
Esta rapsodia en azul a la que se han sometido todos los partidos que intervienen en la campa?a afecta tambi¨¦n al rostro de los candidatos: J¨¢uregui aparece serio, obligado por un color oscuro que sustituye su cara ani?ada por un gesto m¨¢s adusto, pero en el fondo el PSE-PSOE hace regresar sus viejos colores azules, con los que ya prob¨® suerte tantas veces, de modo que el cartel ene a J¨¢uregui como podr¨ªa tener a Felipe Gonz¨¢lez.
Kepa Aulestia se ha retratado en p¨²blico con las gafas de joven aplicado, que le han quitado su aire de baloncestista en reserva, de Clark Kent antes de ser Superman. Los que han hecho el cartel de Ardanza deben saber que la fuerza de su candidato no est¨¢ en el rostro, as¨ª que han recurrido a un largo discurso para redondearlo: "Lo nuestro es Euskadi". Y a Garaikoetxea lo han retratado como lo que quiso ser; es decir, un estadista sin Estado, y ahora, adem¨¢s, como un rostro sin aquel gesto que le hizo notorio: el labio derecho irresistiblemente ladeado hasta perderse m¨¢s abajo de la propia comisura.El color de los carteles ha contagiado el tono total de la campa?a, de modo que es una campa?a azul celeste hasta en las palabras. Se repite tanto en Euskadi este concepto que ya ha llegado a ser un t¨®pico. Herri Batasuna ha tenido la mala fortuna -o la buena suerte- de hacer coincidir su eslogan con el de una firma de coches: "?sta es la tuya".Sin timidez
El PP est¨¢ convencido de que "el futuro es popular", y para ello recurre a un ¨¦xito electoral de cuyo beneficio a¨²n no se ha repuesto: 100.000 vascos apoyaron su opci¨®n la otra vez.
Acaso es Eusko Alkartasuna: el partido que con m¨¢s descaro revela sus prop¨®sitos de entrar en el Gobierno de Euskadi: "Una nueva mayor¨ªa para un Gobierno fuerte". Pero el partido de Aulestia tampoco anda demasiado t¨ªmido: se presenta como "el voto m¨¢s ¨²til para Euskadi". Y el PSOE dice de s¨ª mismo que es "tu garant¨ªa".De momento, la estridencia parece haberse desplazado. Un solo cartel -del Movimiento Comunista (MC)- se convierte en una iron¨ªa: J¨¢uregui y Ardanza disfrutan juntos, vestidos de crupieres de colores chillones, de las ganancias de las m¨¢quinas tragaperras, y ellos mismos son llamados "los tragalperras".
Pero el resto de los s¨ªmbolos no contienen m¨¢s referencias que las que ya est¨¢n controladas. Y ni siquiera en los carteles de HB figuran las palabras que suelen ser el sustento del mensaje abertzale.
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