La l¨ªnea Bilbao-Madrid
Es legendario que Madrid tiene una glorieta de Bilbao, pero en Bilbao no tienen ni una esquina que se llame Madrid. Madrid, adem¨¢s, en euskera no se llama Madrid, sino Madril, como Biarritz, que es de por s¨ª tan raro como nombre, tampoco se llama Biarritz, sino Miarritze. Sin embargo, de las capitales del mundo que m¨¢s menciones cotidianas reciben en la ciudad de la r¨ªa es Madrid la que se lleva la primac¨ªa. Es natural, porque Madrid siempre ha sido el punto de referencia: a los vascos -a algunos vascos; no hay que exagerar el t¨®pico- les gusta m¨¢s decir Espa?a que Madrid, y, a pesar de eso, los bilba¨ªnos tienen una plaza de Espa?a, pero no tienen una glorieta de Madrid, en justa reciprocidad.Hay una calle de Madrid en la zona del Gran Bilbao, en Basauri. Es una calle bien nutrida, y en la gu¨ªa telef¨®nica se ve eso con prontitud: la calle s¨®lo tiene 10 n¨²meros, pero hay m¨¢s de 200 abonados, que comienzan y terminan por nombres bien madrile?os, a mi parecer: Cabezudo es el titular del primer n¨²mero de tel¨¦fono y Sol¨ªs se llama el due?o del ¨²ltimo aparato de la gu¨ªa.
En Bilbao buscamos por todas partes al menos un bar, de los miles que hay a ambos lados de la r¨ªa, que lleve el nombre de la capital de Espa?a, pero las emisoras de los taxis que reclamaban esa informaci¨®n siempre permanecieron mudas ante la demanda. As¨ª que el ¨²nico sitio de Bilbao donde se pueden reconciliar las palabras Bilbao y Madrid es en la estaci¨®n de autobuses, que est¨¢ en una calle que adem¨¢s se llama Autonom¨ªa.
Esta calle se llamaba antes Gregorio Balparda, y la gente se ha hecho tal confusi¨®n sobre si el nombre actual es el antiguo o viceversa que ahora la gente dice una denominaci¨®n poniendo la otra entre parent¨¦sis, de modo que la calle donde est¨¢ la estaci¨®n de autobuses Bilbao-Madrid, y viceversa, se llama ahora Autonom¨ªa y Gregorio Balparda, y viceversa.
Aumento de frecuencia
El ¨²ltimo viernes, poco antes de las diez de la ma?ana, la estaci¨®n parec¨ªa vac¨ªa de viajeros. Pero de pronto se llen¨® el segundo de los 13 autobuses que salen cada d¨ªa laborable para la capital de Espa?a. Hace 10 a?os, la frecuencia era m¨ªnima: dos autobuses al d¨ªa y se acab¨®. Un accidente de aviaci¨®n y una mejora del servicio -lo dicen con mucho orgullo en Getsa, la empresa que gestiona ahora esos viajes y que ha resultado del acuerdo de Madrid Continental con Autobuses del Norte- han animado a los bilba¨ªnos a usar prioritariamente esta l¨ªnea. Claro es que adem¨¢s ahora lo tienen m¨¢s cerca; hasta hace esa decena de a?os para ir a Madrid ten¨ªan que hacer una escala en Burgos y cambiar all¨ª de coche, de modo que el viaje se pon¨ªa en siete horas. Ahora son cinco las horas que toma desplazarse de Bilbao a Madrid, y adem¨¢s la gente puede ver pel¨ªculas.
El d¨ªa que fuimos a ver los autobuses de la calle de la Autonom¨ªa, o de Balparda, el conductor que llevaba a los viajeros de las diez de la ma?ana, Jos¨¦ Mari, un bilba¨ªno de pocas palabras, ten¨ªa preparadas dos pel¨ªculas para cubrir la jornada de transporte: una de Louis de Funes, de risa, llamada, como es natural en un viaje como ¨¦ste, Una maleta, dos maletas, tres maletas, y otra de autor que no anot¨¦ y que se titulaba El asalto.
La norma es que tienen que ser autorizadas para menores y no violentas. El asalto debe de ser violenta. F¨¢tima Barona, que lleva la estaci¨®n, explica que probablemente tenga pocos tiros y pueda pasar.
Estudiantes de fin de semana, comerciantes y pol¨ªticos de todos los partidos usan el servicio. A veces duplican el n¨²mero de autobuses, porque la gente va y viene mucho.
La estad¨ªstica dice, de todos modos, que estos bilba¨ªnos que van a Madrid son habitualmente los mismos, y ya los conoce el conductor tanto que se puede decir que en realidad la glorieta de Madrid en la que se encuentran los vascos es en realidad la l¨ªnea Bilbao-Madrid.
El viernes fueron en un sentido y otro 800 personas. Uno de los j¨®venes que se iba, con su paraguas y su maleta de cuero, ten¨ªa claro el destino de ida y vuelta: "Cuando yo me voy a Madrid lo hago por poco tiempo, porque como Bilbao no hay nada en el mundo. De modo que me voy por el placer de volver".
Un poeta de la r¨ªa, Jon Juaristi, se interroga por esa pasi¨®n que atrae con tanta fuerza al bilba¨ªno errante que en Madrid tampoco halla su cuna y que ha de regresar con la urgencia del hu¨¦rfano a la ciudad madre:
?Qu¨¦ ha sido esta ciudad, despu¨¦s de todo, / para tenerte asido de este modo / a un cielorraso de compacta bruma?".
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