Atentado en v¨ªsperas de la coronaci¨®n de Akihito
Un vigilante muri¨® y otras seis personas resultaron heridas, una de ellas grave, el jueves por la noche en una residencia de la polic¨ªa en un barrio c¨¦ntrico de Tokio por dos explosiones que se sospecha han podido ser obra de extremistas de izquierda decididos a boicotear las ceremonias de coronaci¨®n del emperador Akihito. El Gobierno, preocupado por las amenazas de violencia, baraja la aplicaci¨®n de una ley contra actividades subversivas que recorta las libertades p¨²blicas.
El primer ministro, Toshiki Kaifu, dijo ayer que se trataba de un acto muy lamentable que exige imponer medidas de seguridad m¨¢s severas, pero no quiso especificar si entre esas medidas inclu¨ªa la aplicaci¨®n de la ley contra actividades subversivas. Esta ley, que jam¨¢s ha sido utilizada hasta la fecha, permite restringir las actividades pol¨ªticas y prohibir organizaciones consideradas corno subversivas. El objetivo primordial de la ley cuando fue promulgada en 1952 era someter bajo fuerte control a grupos vinculados con el partido comunista.La polic¨ªa explic¨® ayer que dos artefactos de fabricaci¨®n casera estallaron en la noche del jueves al viernes en un cuartel en el c¨¦ntrico barrio de Shinjuku mientras dorm¨ªa m¨¢s de medio centenar de agentes. La primera bomba explot¨® en el dep¨®sito de basura y caus¨® la muerte de un guardia que patrullaba por las cercan¨ªas y heridas a otros dos cuatro, a uno de ellos de gravedad, y tambi¨¦n a dos civiles empleados de la dependencia.
Un segundo objeto estall¨® cerca de las cocinas tres horas despu¨¦s pero no ocasion¨® v¨ªctimas. Ning¨²n grupo ha reivindicado el atentado aunque las sospechas apuntan a Chukakuha, la organizaci¨®n m¨¢s activa de la extrema izquierda, que ya ha advertido que har¨¢ todo lo posible para entorpecer el desarrollo de las ceremonias de coronaci¨®n de Akihito los pr¨®ximos 12 y 22 de este mes para desprestigiar el sistema imperial, al que acusan de ser s¨ªmbolo del pasado militarista del pa¨ªs. En la madrugada del jueves tambi¨¦n se registraron dos atentados explosivos sin v¨ªctimas en otro cuartel en el barrio de Setagaya y el lanzamiento de un c¨®ctel m¨®lotov en un puesto de polic¨ªa, en la ciudad de Anjo, en la prefectura de Aichi, al sur de Tokio.
Las autoridades japonesas temen que los grupos radicales como Chukakuha cumplan las amenazas de perturbar las fiestas de la coronaci¨®n y en especial la del pr¨®ximo d¨ªa 12, a la que asistir¨¢n dignatarios de m¨¢s de centenar y medio de pa¨ªses, entre ellos el pr¨ªncipe Felipe de Borb¨®n y el vicepresidente de EE UU, Dan Quayle.
La Agencia Nacional de Polic¨ªa ha destinado 37.000 agentes a la vigilancia de la ciudad de Tokio. El n¨²mero es parecido al que hubo en febrero de 1989 durante el funeral del emperador showa (Hirohito), pero el gasto de la operaci¨®n (m¨¢s de 4.000 millones de yenes) es bastante m¨¢s elevado que el de entonces.
Se ha redoblado la protecci¨®n para todos los miembros de la familia imperial, se ha extremado la vigilancia al m¨¢ximo en los entornos del Palacio Imperial, del palacio de Akasaka, residencia temporal de Akihito, edificios p¨²blicos, embajadas, centros neur¨¢lgicos de comunicaci¨®n, estaciones de radio y televisi¨®n, centrales el¨¦ctricas y de gas, dep¨®sitos de agua, alcantarillado y han comenzado a funcionar puestos de control en las arterias principales de la ciudad. Los aeropuertos de Narita y Haneda est¨¢n m¨¢s poblados que nunca de efectivos policiales.
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