Herejes y renegados
Los socialistas han nutrido su partido de dirigentes procedentes de la crisis comunista
Ram¨®n Tamames, Enrique Curiel y Jord? Sol¨¦ Tura son s¨®lo tres nombres de la larga lista de los ex comunistas. Pero hay m¨¢s. Eugenio Triana, Pilar Brabo, Ludolfo Paramio, Jordi Borja, Jos¨¦ Mar¨ªa Mohedano y Enrique-Curiel, el ¨²ltimo integrado en la "casa com¨²n de la izquierda". Buena parte de ellos est¨¢n hoy en las filas socialistas, las mismas en las que hasta Santiago Carrillo dice que podr¨ªa tener cabida. Dos ministros actuales, Enrique M¨²gica y Jorge Sempr¨²n, son tambi¨¦n ex comunistas, pero m¨¢s antiguos. El socialismo espa?ol ha ido engordando a costa, en buena parte, del PCE, una tendencia que empez¨® a cambiar en 1987, al formarse Izquierda Unida y aumentar la disidencia en las propias filas del PSOE.
Entre los a?os 1980 y 1988, buena parte de los cuadros comunistas espa?oles abandonan el PCE o son expulsados del mismo. Unos se van a casa; otros, sin embargo, buscan proseguir la actividad pol¨ªtica en ¨¢mbitos cercanos y, de entre todos ellos, el PSOE es el que se muestra m¨¢s receptivo. Durante esos a?os, decenas de cuadros dirigentes y medios del PCE ingresan en las filas socialistas. Coinciden dos factores que no son de despreciar: por un lado, la ilusi¨®n que el triunfo del PSOE en las elecciones de 1982, despierta en la izquierda que, sin distinci¨®n de partido, sale a la calle la misma noche del 28 de octubre para festejar el triunfo; por otra, el PCE vive una de sus crisis m¨¢s pro fundas, en la que se concitan las divisiones internas con el desas tre electoral. Son, para utilizar las palabras de Carlos Barral, a?os de penitencia para los comunistas. Y no todos resisten el rigor de los tiempos. La tendencia se quebrar¨¢ en 1987. Desde entonces, la operaci¨®n Curiel es la ¨²nica que los socialistas pue den mostrar ante las c¨¢maras de los medios de comunicaci¨®n. En cambio, desde 1988, se han agudizado las tensiones internas en el PSOE. Pablo Castellano, Francisco Bustelo y Ricardo Garc¨ªa Damborenea est¨¢n fuera del partido; los dos primeros en Izquierda Unida, y el ¨²ltimo al frente de su propio partido. Pero lo que parece m¨¢s grave en el horizonte es la ruptura de UGT con el PSOE y el alejamiento, puede que definitivo, entre sus dos m¨¢ximos dirigentes, Felipe Gonz¨¢lez y Nicol¨¢s Redondo.
Hace ya a?os que Isaac Deutscher analiz¨® los abando nos del partido producidos por lo que llam¨® "herejes y renegados" y ratific¨® lo que un viejo refr¨¢n espa?ol hab¨ªa advertido un poco antes: que no hay peor cu?a que la de la misma madera. En efecto, no pocos ex militantes comunistas se cuentan entre los m¨¢s ac¨¦rrimos cr¨ªticos de la ideolog¨ªa en la que antes se movieron. La especificidad del caso espa?ol de los ¨²ltimos a?os es que los ex comunistas no se dedican, o al menos no especialmente, a la producci¨®n te¨®rica, sino que se afilian al PSOE, en cualquiera de sus variantes auton¨®micas, aunque haya excepciones casi olvidadas. Por ejemplo, a estas alturas, ?recuerda alguien que el Partido Andalucista se llam¨® un d¨ªa Partido Socialista Andaluz y que se declaraba marxista?
Hacia la izquierda
Otra diferencia es que la disidencia se produzca con herejes que se escoran a la izquierda. Es el caso de Pablo Castellano y Francisco Bustelo, dos de los m¨¢s duros cr¨ªticos del partido de Felipe Gonz¨¢lez y paladines de la un?dad de la izquierda y de un esp¨ªritu de libertad que dicen no encontrar en el PSOE.
La crisis de los socialistas es, con todo, moderada. Castellano y Garc¨ªa Damborenea han arrastrado escasa gente tras de s¨ª y, en cualquier caso, no se han llevado, al contrario con lo que ocurriera, con la crisis comunistas, a cuadros medios del partido. Salvo la gravedad de la quiebra de las relaciones con UGT, las salidas del partido no le han puesto en n¨ªng¨²n momento al borde de una escisi¨®n seria. A ello ayuda, seguramente, el que la crisis electoral del PSOE es mucho menor que la de los comunistas en los a?os pasados. Pese al retroceso en las elecciones generales, pese a la perdida de votos en Euskadi y Galicia, los socialistas gobiernan a¨²n en un buen n¨²mero de comunidades aut¨®nomas y alcald¨ªas, adem¨¢s de disponer, con un n¨²mero de diputados igual al de toda la oposici¨®n, de la Administraci¨®n central del Estado. Es un partido desde el que se puede hacer pol¨ªtica, entendiendo la expresi¨®n en cualquiera de sus significados y, especialmente, en el m¨¢s positivo de incidir sobre el conjunto de la sociedad para im pulsarla en de terminado sentido.
La crisis del PCE que produjo la avalancha de comunistas hacia las filas socialistas, fueran estos, expulsados o autoexcluidos, ha sido superada, pero Izquierda Unida no amenaza su papel hegem¨®nico en la izquierda. "Es verdad", explica un viejo militante comunista, "que muchos comunistas se apuntaron al PSOE y lo hicieron por razones muy variadas. Desde aquellos que en su trayectoria mostraron una cierta coherencia pol¨ªtica o una voluntad de incidencia social que durante unos a?os, justo es reconocerlo, nosotros no ofrecimos, hasta quienes lo hicieron por pesebrismo. Pero esta tendencia se quiebra en 1987, cuando empezamos a remontar la crisis. Sin embargo, la verdad es que el partido m¨¢s numeroso es hoy el de los ex comunistas y que buena parte de ellos est¨¢n en el PSOE, aunque no todos. Otros se fueron a su casa, salieron de ella durante la campa?a contra la OTAN y luego han vuelto a apartarse de la pol¨ªtica activa quiz¨¢ porque no hemos sabido explicar bien nuestro proyecto".
La musa roja
Comunistas y socialistas se niegan a aceptar que este proceso tenga paralelismo alguno con el de miembros de otras organizaciones izquierdistas pasados al PSOE: "Por cada uno de los alcaldes de la periferia de Madrid que no venga de la ORT o del PTE", explica un militante socialista, "podr¨ªa dar mil duros y a¨²n me sobrar¨ªa sueldo a fin de ines". La opini¨®n generalizada es que los militantes de estos grupos eran "radicales de palabra" m¨¢s preocupados por el anticomunismo que por tener un programa serio. Eso explica su paso al PSOE y no a un PCE supuestamente m¨¢s cercano. El ¨²ltimo de estos casos es el de Jos¨¦ Sanrom¨¢, ex dirigente de la ORT, que la pasada semana ingres¨® en el PSOE, partido con el que ya colaboraba desde hace tiempo. Un caso m¨¢s lejano, que no menos relevante, es el de la llamada "musa roja", Pina L¨®pez Gay, que lleg¨® a ser secretaria general de la Joven Guardia Roja.
La sangr¨ªa de Barcelona
Barcelona es uno de los lugares donde la sangr¨ªa comunista se produjo con mayor virulencia. La casi totalidad del pririer equipo municipal del PSUC y la totalidad del segundo est¨¢n hoy en el PSC, con o sin carn¨¦ del partido. Los comunistas s¨®lo han pod¨ªdo repetir cabeza de candidatura en las ¨²ltimas elecciones, ya que en las dos ocasiones anteriores acabaron captados por los socialistas.M¨¢s del 50% del actual equipo de Gobierno de Pasqual Maragall tiene origen comunista, y en un porcentaje elevado procede de la fracci¨®n que se incorpor¨® al PSUC con la integraci¨®n de Bandera Roja. Es el caso de Jordi Borja, Josep Miquel Abad (hoy en el COOB), Josep Maria Serra Mart¨ª, Jordi Cunill, Rafael Pradas y un largo etc¨¦tera. Como en el resto de Espa?a, los comunistas catalanes hoy en Iniciativa per Catalunya dan por cerrado el cap¨ªtulo de traspasos, aunque "pueda quedar alg¨²n caso aislado, como Antoni Quadras [ex secretario de organizaci¨®n] que est¨¢ intentando repetir a escala catalana la operaci¨®n Curiel en Madrid y no le sale".
IC tiene el pleno convencimiento de que en la pr¨®ximas municipales su concejales no representar¨¢n al PSC.
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