Hipn¨®tico

M. J. Sevilla rindi¨® pleites¨ªa a uno de los padres de la m¨²sica actual. Y Ornette Coleman supo corresponder a este inter¨¦s sevillano con un concierto l¨²cido e hipn¨®tico como pocos. Coleman ha ido despojando progresivamente a su m¨²sica de cualquier manierismo o superficialidad. Temas cortos y concisos, vitalistas y sugerentes, que caen como un aut¨¦ntico punch en la boca del est¨®mago. A Coleman no le gusta irse por las ramas, explica en pocas palabras grandes historias, sin recurrir nunca a los solos extremadamente largos y farragosos que caracterizan una buena parte del jazz contempor¨¢neo. Elabora sus improvisaciones a partir de las polirritmias cortantes y agresivas que le ofrece la banda, sin alejarse nunca del patr¨®n original. Coleman toc¨® esencialmente el saxo alto y s¨®lo recurri¨® a la trompeta y al viol¨ªn para cambiar el color y matizar dos pasajes.

El repertorio gir¨® alrededor de los temas que han caracterizado la ¨²ltima etapa del saxofonista tejano (Space warriors, Latin genetics, Song X, etc¨¦tera), con la inclusi¨®n de nuevas composiciones, alguna retornando viejos riffis de Free o The Blessing envueltos en el nuevo funk harmol¨®dico. Como bis retom¨® su carism¨¢tico Dancing in your head a un ritmo vertiginoso, que fue el colof¨®n ideal de un concierto pr¨¢cticamente ideal.

Coleman present¨® por primera vez en Espa?a a su nueva banda, en la que teclados y percusiones indias han sustituido a un bajo y una bater¨ªa, conformando un nuevo color al acompa?amiento y superando esa sensaci¨®n de suciedad instrumental sobre la que Coleman estaba acostumbrado a tocar ¨²ltimamente. Destac¨® el teclista Dave Bryant, con un estilo a medio camino entre el minimalismo repetitivo y la contundencia de un Cecil Taylor. Denardo volvi¨® a ser el seguro y fiel bombardero sobre cuyo ritmo implacable todo es posible, y m¨¢s cuando el legendario Badal Roy coloreaba cada frase con el toque paradigm¨¢tico de sus tablas. Sin duda puede hablarse de uno de los mejores Prime Time que Coleman ha liderado, y ¨¦l tambi¨¦n debe ser consciente de este hecho porque, por primera vez, dio rienda suelta a sus acompa?antes, que pudieron lucirse en diversos solos.