"S¨®lo dirijo aquello que amo"

Carlo Maria Giulini admira los modernos auditorios espa?oles, como los de Madrid y Valencia, y como italiano siente una sana envidia. "Porque en mi pa¨ªs", se?ala el director,"tenemos muchos y bell¨ªsimos teatros de ¨®pera, pero ninguna sala de conciertos comparable".

El maestro ha reducido su actividad a Europa y, al ¨¢mbito de los conciertos.-"No creo que vuelva a dirigir ¨®pera en el futuro. Requiere much¨ªsimo tiempo y ¨¦ste lo necesito para estar junto a mi esposa, que no se encuentra bien. Ella me ha dado tanto a lo largo de la vida y para m¨ª la familia es la cosa m¨¢s importante".

Razones para el adi¨®s

Hay otras razones permanentes, de ¨ªndole art¨ªstica, para este adi¨®s definitivo de Giulini a la ¨®pera ."Claro que hoy no tenemos otra Maria Callas entre los cantantes de ¨®pera. En el melodrama hay texto, m¨²sica y acci¨®n, y esos tres elementos han de convertirse en una unidad. Ya s¨¦ que la palabra servicio no est¨¢ hoy de moda. Pero los int¨¦rpretes estamos al servicio de aquellos genios que legaron estos tesoros del arte. Con capacidad, estudio y, sobre todo, con un gran amor. hemos de trabajar. pensando que estamos s¨®lo de paso y que el arte es lo ¨²nico que permanece".

Giulini habla sosegadamente. No desea emitir juicios sobre el trabajo de sus colegas m¨¢s j¨®venes. Expresa su respeto y aprecio por Herbert Von Karajan."Algo que ocurre en esta profesi¨®n: uno est¨¢ aqu¨ª y el otro all¨¢", apostilla el director italiano.

A diferencia de Karajan y Leonard Bernstein, Giulini no lograba muchos discos. "Hago las cosas conforme vienen. No s¨¦ todav¨ªa si llegar¨¦ a grabar las sinfon¨ªas completas de Beethoven. Voy a terminar el cielo de las de Brahms, con la Filarm¨®nica de Viena, a principio de a?o. Grabo la Octava Sinfon¨ªa, de Dvor¨¢k. con la Orquesta del Concertgebouw y para esta compa?¨ªa hay otros proyectos.

Giulini naci¨® en el Sur pero se cri¨® en el norte, en el Tirol italiano. Ama y conoce la cultura alemana. De joven fue violista en una orquesta de Roma y fue dirigido por Walter, Furtwaengler y Strauss.

"La m¨²sica de Anton Bruckner y Gustav Mahler me lleg¨® m¨¢s tarde. Hablando de semejantes genios, es dif¨ªcil decir a cu¨¢l se prefiere. En el sinfonismo de Bruckner est¨¢ el misterio del genio, pero esa espiritualidad suya la encontramos en otros autores. Mi m¨²sico preferido es aquel que estoy dirigiendo en cada momento. S¨®lo dirijo aquello que amo".

Para que una interpretaci¨®n musical sea digna de tal nombre Giulini considera indispensable que se den tres elementos: "La inteligencia y la capacidad para comprender las verdaderas intenciones del compositor; la t¨¦cnica para llevar a la pr¨¢ctica esos contenidos musicales, y el sentimiento y el amor a la m¨²sica".

"Lo que m¨¢s valoro en una orquesta' , comenta, "no es que el sonido en s¨ª mismo sea perfecto, sino la cualidad que hace que ese sonido, por la acci¨®n de la inteligencia, la t¨¦cnica y el sentimiento del hombre, sea realmente m¨²sica"-.

Este a?o se le ha concedido a Giulini la medalla y el anillo de oro de la ciudad de Viena. Por otro lado, la grabaci¨®n de Giulini, para la prestigiosa Deutsche Grammophon, de la Novena sinfon¨ªa de Anton Bruckner, con la Orquesta Filarm¨®nica de Viena, ha recibido diversos premios.